Grupos de autodefensa: la delgada l¨ªnea entre defenderse del narco o convertirse en ¨¦l
La espiral de violencia en Chiapas pone de manifiesto un viejo problema en M¨¦xico: la presencia de comandos armados sin controles estatales de ning¨²n tipo
Una docena de hombres armados con fusiles, caras cubiertas con un pa?uelo, gorras y ropa oscura posa mientras mira a c¨¢mara. En el medio, el que aparenta ser el l¨ªder, con un jersey verde, lee un comunicado con siete reivindicaciones: ¡°Respeto a nuestras demandas ind¨ªgenas, no m¨¢s desv¨ªos de recursos del pueblo, ni sicarios ni narcotraficantes armados, cero tolerancia a la venta de drogas en lugares clandestinos, no m¨¢s muertes, atenci¨®n m¨¦dica digna, que la seguridad p¨²blica sea para el pueblo y no para los delincuentes¡±. Detr¨¢s de ¨¦l, una lona roja. A mano, escrito en letras negras: Fuerza A...
Una docena de hombres armados con fusiles, caras cubiertas con un pa?uelo, gorras y ropa oscura posa mientras mira a c¨¢mara. En el medio, el que aparenta ser el l¨ªder, con un jersey verde, lee un comunicado con siete reivindicaciones: ¡°Respeto a nuestras demandas ind¨ªgenas, no m¨¢s desv¨ªos de recursos del pueblo, ni sicarios ni narcotraficantes armados, cero tolerancia a la venta de drogas en lugares clandestinos, no m¨¢s muertes, atenci¨®n m¨¦dica digna, que la seguridad p¨²blica sea para el pueblo y no para los delincuentes¡±. Detr¨¢s de ¨¦l, una lona roja. A mano, escrito en letras negras: Fuerza Armada de Simojovel (FAS). Este grupo, nacido a principios de octubre en el Estado de Chiapas, no es un fen¨®meno nuevo, sino que simboliza el ¨²ltimo escalaf¨®n de una realidad que existe en M¨¦xico desde la d¨¦cada de los noventa, pero que en los ¨²ltimos a?os ha cobrado cada vez m¨¢s y m¨¢s fuerza: los grupos de autodefensa y la polic¨ªa comunitaria.
Aunque en un principio, ¡ªy en teor¨ªa¡ª, son experiencias que brotan, como plantean las reivindicaciones de FAS, para hacer respetar los derechos de los pueblos, muchas veces la realidad acaba siendo otra. Jos¨¦ Miguel Vivanco, director de la divisi¨®n para Am¨¦rica de Human Rights Watch, es categ¨®rico al respecto: ¡°La gran mayor¨ªa de estos grupos est¨¢n vinculados al crimen organizado. Incluso aquellos que se generan como asociaciones voluntarias de vecinos que se ven forzados a tomar las armas, despu¨¦s de muy poco tiempo terminan corrompi¨¦ndose¡±. Para ¨¦l, hay dos razones principales que explican esta conversi¨®n. Por un lado necesitan fondos que el Gobierno no va a proporcionar, lo que les lleva a asociarse con los carteles. Por el otro, son organizaciones al margen de la ley que carecen de ning¨²n tipo de control. ¡°El fen¨®meno de autodefensas es una manifestaci¨®n patente, expl¨ªcita, del fracaso del Estado en garantizar la seguridad de las distintas comunidades de la naci¨®n¡±, sentencia.
Su huella se puede ver, sin ir m¨¢s lejos, en la escalada de violencia que ha sufrido en los ¨²ltimos meses Chiapas, una coctelera donde se mezclan el crimen organizado, fuerzas de seguridad y grupos de autodefensa, en una espiral cada vez m¨¢s cruenta. Adem¨¢s del FAS, recientemente se han creado agrupaciones similares en Altamirano y Pantelh¨®, que, pese a que aseguran defender los intereses de sus pueblos, pueden empeorar la situaci¨®n por el mero hecho de estar armados. ¡°La presencia de armas alimenta la violencia, y por eso se entiende tambi¨¦n que la poblaci¨®n no anda armada, puesto que tiene a sus instituciones que la defiendan, pero parece que aqu¨ª se regresa a un c¨ªrculo vicioso¡±, explica Carla Monroy Ojeda, investigadora sobre pol¨ªtica criminal en la Universidad Aut¨®noma de Nuevo Le¨®n.
Vivanco lo tiene claro: ¡°Las autodefensas nunca pueden ser una opci¨®n, cualquier alternativa es mejor. Los l¨ªderes de esa comunidad van a acabar involucrados en actividades criminales, masacres, homicidios y torturas. Deber¨ªan organizarse, denunciar a estas mafias y exigir por parte del Estado la protecci¨®n a la que tienen derecho. S¨¦ que no es f¨¢cil y s¨¦ que conlleva riesgos, pero son riesgos m¨¢s manejables que lo que pueda representar organizarse en una especie de mini cartel. Mi posici¨®n es absolutamente pragm¨¢tica, realista, no tiene nada de naif. Lo ingenuo es creer que por esas v¨ªas se puede resolver el problema¡±.
Para Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Monta?a Tlachinollan, la polic¨ªa comunitaria ¡°fue un nuevo sendero que le dio a los pueblos ind¨ªgenas mayor presencia¡±. ¡°El punto de referencia eran las asambleas comunitarias, pero ese sistema se ha resquebrajado. Ahora los comandantes son los hombres fuertes, y ya no tienen controles internos. Algunos de estos grupos utilizan la fuerza para imponer sus intereses. La periferia de Acapulco es un ejemplo, est¨¢ tomada por la UPOEG, los mismos grupos est¨¢n vinculados con negocios de drogas, extorsiones, cuotas...¡±. La UPOEG (Uni¨®n de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero) ha sido acusada recientemente de haber desaparecido al activista medioambiental Vicente Su¨¢stegui. Tlachinollan y los familiares de Su¨¢stegui han denunciado tambi¨¦n en numerosas ocasiones que esta organizaci¨®n imposibilita la b¨²squeda del militante.
?Por qu¨¦ surgen?
Surgidos en su mayor¨ªa en zonas rurales donde la presencia del Estado es escasa e incluso nula, estos comandos representan una reacci¨®n al contexto de inseguridad, al abandono en el que se sienten sumidas las comunidades, o bien nacen para aprovecharse de ese vac¨ªo e imponer su propia ley. No son agrupaciones homog¨¦neas, y var¨ªan tanto en su formaci¨®n como en sus objetivos y formas de actuar. ¡°Los grupos de autodefensa son ciudadanos que se armaron y se organizaron en contra de la criminalidad existente. Los polic¨ªas comunitarios responden a un proceso con un bagaje cultural y social mucho m¨¢s profundo, ya que se basa en usos y costumbres, que adem¨¢s tienen un respaldo por la asamblea de cada pueblo ind¨ªgena. Nacen para la defensa de su territorio, no solo como reacci¨®n ante los grupos criminales¡±, ampl¨ªa Monroy Ojeda.
Los polic¨ªas comunitarios tienen un reconocimiento estatal, y constituyen estructuras leg¨ªtimas para la organizaci¨®n comunitaria, amparadas por el art¨ªculo 2? de la Constituci¨®n mexicana. Cobran fuerza en los noventa, siguiendo la estela del movimiento zapatista, y ¡°pueden querer legalizarse o no, identificarse como pueblo ind¨ªgena o no¡±, resume el experto en violencia colectiva Antonio Fuentes, Doctor en Sociolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Puebla. Los grupos de autodefensa, sin embargo, se mueven en la ilegalidad o alegalidad, en una zona gris a veces regulada por el Estado y a veces no.
Hasta los ochenta, exist¨ªa un equilibrio entre los carteles locales, el Estado y las comunidades, contin¨²a Fuentes. Pero a finales de la d¨¦cada, se rompe. La econom¨ªa se transforma en todo el mundo, y M¨¦xico no es una excepci¨®n. ¡°Con el giro hacia el neoliberalismo, hay un nuevo dise?o institucional y una prioridad social distinta. Una hip¨®tesis es que este nuevo modelo de desarrollo favorece el incremento de la actividad violenta, a partir de que se ausenta el Estado como regulador social¡±, a?ade Fuentes. En ese momento, en las comunidades rurales se crean este tipo de grupos, para defender su territorio, llamando especialmente la atenci¨®n el fen¨®meno en Guerrero. ¡°A partir de 1994 hay una crisis de delincuencia com¨²n, se generan los primeros grupos de defensa¡±. En 2006, con la conocida como guerra contra el narco del expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012) la situaci¨®n de violencia se recrudeci¨®.
El caso de Michoac¨¢n
El de Michoac¨¢n constituye un caso paradigm¨¢tico, opina Romain Le Cour, coordinador del programa de seguridad de M¨¦xico Eval¨²a y doctor en Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de la Sorbona. En este Estado, en el 2013 se crearon varios grupos de autodefensa ¡ªque, seg¨²n el investigador, llegaron a sumar entre 15.000 y 25.000 miembros que controlaban m¨¢s de la mitad del territorio¡ª para luchar contra los Caballeros Templarios, un cartel que dominaba la zona. Durante la legislatura de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), se llev¨® a cabo un proceso de institucionalizaci¨®n, in¨¦dito hasta el momento, que integr¨® a los comandos en las estructuras gubernamentales.
¡°A partir del caso Michoac¨¢n, las autodefensas se vuelven una marca. El Gobierno mostr¨® que est¨¢ dispuesto a dialogar con ellos, lo que convierte a los grupos armados en un aliado de las autoridades p¨²blicas. Lo que se aprende es que si tienes un grupo armado y le pones la etiqueta de autodefensa, significa que puede ser legitimado por el Estado. La terminolog¨ªa les sirve para sumarse a un ¨¢rea gris del derecho¡±, expone Le Cour, que realiz¨® su tesis sobre este proceso. ¡°Eso, a los grupos de ind¨ªgenas movilizados, amparados por la Constituci¨®n y apoyados en la comunidad, les resulta completamente contraproducente, porque la gente les confunde con los grupos de autodefensa¡±.
De ese fen¨®meno, el investigador extrae una tesis distinta a la visi¨®n hegem¨®nica que existe sobre estas organizaciones. Para ¨¦l, los grupos de autodefensa no son una reacci¨®n al Estado, sino que pretenden convertirse en interlocutores de las autoridades, llamar su atenci¨®n mediante las armas para conseguir una posici¨®n ventajosa. ¡°En M¨¦xico, el Estado siempre est¨¢ presente, por lo menos a trav¨¦s de las fuerzas armadas. Pero se manifiesta a trav¨¦s de modalidades que no necesariamente son las categor¨ªas que tenemos en mente de lo que deber¨ªa ser el Estado de Derecho¡±.
¡°Hay lugares en los que la autodefensa ha funcionado. Hay otros en los que se convirti¨® en predatoria de su propia comunidad. En el medio hay todo un abanico de colores. En un contexto ideal, el Estado no deber¨ªa estar delegando sus tareas de seguridad a grupos privados (dejando de lado a la comunidad ind¨ªgena, que se trata de un contexto diferente)¡±, sintetiza Le Cour. Antonio Fuentes a?ade que se trata de un problema estructural, ¡°que tiene que atenderse desde diferentes ejes: empleo, pol¨ªticas sanitarias, de inclusi¨®n social, educativas. Tiene m¨¢s dimensi¨®n de lo que parece. Si no se baja el nivel predatorio van a seguir surgiendo grupos de autodefensa cada vez m¨¢s violentos, como est¨¢ pasando en Chiapas¡±.
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