Los mexicanos pobres, con cinco veces m¨¢s probabilidades de morir de covid-19 que los ricos
El estudio m¨¢s detallado hasta la fecha muestra que el ingreso de las personas es clave para explicar diferencias en fallecimientos y hospitalizaciones por coronavirus en el IMSS
Dos mexicanos con diabetes y acceso a servicios de salud pero muy diferentes ingresos contraen covid-19. ?Qui¨¦n es m¨¢s probable que muera? Un estudio in¨¦dito indica que el m¨¢s pobre, y por mucho. El 10% de los trabajadores formales con menores salarios tuvo cinco veces m¨¢s probabilidades de morir durante la pandemia que el 10% con mayores salarios, y cuatro veces m¨¢s de ser hospitalizado, seg¨²n la investigaci¨®n que se publica este mi¨¦rcoles en The Lancet, la revista m¨¦dica m¨¢s prestigiosa del mundo, y que EL PA?S adelanta. Comorbilidades mal atendidas, desconfianza en la sanidad ...
Dos mexicanos con diabetes y acceso a servicios de salud pero muy diferentes ingresos contraen covid-19. ?Qui¨¦n es m¨¢s probable que muera? Un estudio in¨¦dito indica que el m¨¢s pobre, y por mucho. El 10% de los trabajadores formales con menores salarios tuvo cinco veces m¨¢s probabilidades de morir durante la pandemia que el 10% con mayores salarios, y cuatro veces m¨¢s de ser hospitalizado, seg¨²n la investigaci¨®n que se publica este mi¨¦rcoles en The Lancet, la revista m¨¦dica m¨¢s prestigiosa del mundo, y que EL PA?S adelanta. Comorbilidades mal atendidas, desconfianza en la sanidad p¨²blica y hospitales rebasados pueden explicar las diferencias en M¨¦xico, de acuerdo a los autores y a expertos en salud.
El dicho de que la enfermedad iguala a todos, ricos y pobres, no se sostiene. La pandemia ha servido de recordatorio de las enormes disparidades que existen en un pa¨ªs donde el 1% m¨¢s adinerado concentra el 29% del ingreso, seg¨²n la ONU. El virus ha provocado un exceso de casi 600.000 muertes en comparaci¨®n con a?os anteriores pero, al igual que la riqueza, este rastro mortal no se ha distribuido de manera homog¨¦nea, como muestra el informe El efecto del ingreso en la mortalidad y hospitalizaci¨®n por covid-19, el m¨¢s detallado hasta la fecha. La brecha entre los trabajadores formales que cobran alrededor de 4.000 pesos al mes, el 10% m¨¢s pobre, y aquellos que ingresan diez veces m¨¢s, el 10% m¨¢s rico, es abismal.
Gracias a una colaboraci¨®n entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y un grupo de investigadores externos, se ha accedido por primera vez a los datos salariales y de salud de 412.551 trabajadores formales entre marzo y noviembre de 2020, durante la primera ola de contagios. As¨ª se ha podido estimar la probabilidad de terminar hospitalizado o muerto. El resultado sit¨²a a M¨¦xico muy por encima de otros pa¨ªses de la OCDE, con menores niveles de desigualdad. En B¨¦lgica, por ejemplo, los m¨¢s pobres ten¨ªan dos veces m¨¢s probabilidades de morir que los ricos, seg¨²n otro estudio reciente citado por los mexicanos.
Para explicar la mayor mortalidad en la base de la pir¨¢mide salarial, investigaciones previas se?alaban la falta de acceso a servicios de salud, una mayor tasa de infecci¨®n y de prevalencia de comorbilidades. El estudio en The Lancet pone en duda que estos factores lo abarquen todo: el informe, por ejemplo, toma solo trabajadores formales registrados ante el IMSS, lo que cuestiona el peso de la falta de acceso como explicaci¨®n ¨²nica, aunque esta juegue un papel. Adem¨¢s, el an¨¢lisis no encuentra diferencias significativas en la tasa de positividad por nivel salarial salvo entre los m¨¢s ricos de los ricos, aunque eso no cierra por completo la posibilidad de que las personas de bajo Ingreso acudieran menos a menudo a realizarse pruebas diagn¨®sticas.
En cuanto a las enfermedades preexistentes, la investigaci¨®n indica que estas tampoco explican por s¨ª mismas la dimensi¨®n de la brecha. Es decir, un diab¨¦tico pobre sigue teniendo m¨¢s probabilidades de morir que un diab¨¦tico rico. La economista Eva Arceo-G¨®mez, una de las coautores del informe y profesora de la Universidad Iberoamericana, sostiene que las ¡°comorbilidades no lo explican todo¡±. ¡°Las enfermedades contribuyen a las tasas de mortalidad y hospitalizaci¨®n. Lo novedoso es que, a pesar de esas comorbilidades, seguimos encontrando una asociaci¨®n con el ingreso. El salario tiene un poder explicativo independiente¡±, se?ala.
Si la falta de acceso y la existencia de comorbilidades no explican por s¨ª solas esa mayor mortalidad, ?qu¨¦ es? ¡°Una persona con diabetes de altos recursos a lo mejor tiene mucho mejor controlada la enfermedad¡±, propone Arceo-G¨®mez. El m¨¦dico cirujano Andreu Comas, investigador de la Universidad Aut¨®noma de San Luis Potos¨ª, coincide en que el rico tendr¨¢ un ¡°tratamiento m¨¢s integral¡±. ¡°Los chequeos son m¨¢s frecuentes por privado porque las listas de espera por el IMSS son m¨¢s largas. Y luego en el IMSS a la mayor¨ªa les atiende un m¨¦dico familiar. En el privado van a buscar un endocrin¨®logo, un internista y seguramente un nutri¨®logo¡±, dice.
A una Farmacia Similares antes que al IMSS
Para Nayeli D¨¢vila, de 41 a?os, y Jorge S¨¢nchez, de 54, el IMSS es sin¨®nimo de largas filas. Este matrimonio se enferm¨® de covid-19 a principios de a?o, junto a sus tres hijos. Ella era asm¨¢tica y ¨¦l, diab¨¦tico e hipertenso. Antes de caer gravemente enfermos, se trataban principalmente en el peque?o consultorio de la doctora Fabiola, en una farmacia a 10 minutos de su casa, una colonia de clase trabajadora al oeste de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Le tenemos m¨¢s confianza, nos conoce¡±, dice la pareja. ¡°En el IMSS tienes cita a las seis pero uno sale a las nueve de la noche. A veces, te pasan con un doctor que no es el tuyo. ?De qu¨¦ sirve?¡±. Al IMSS van cuando no tienen m¨¢s remedio para hacerse los estudios y conseguir los medicamentos.
La tradicional desconfianza en los servicios p¨²blicos de salud, siempre cortos de recursos, se exacerb¨® con la irrupci¨®n de la pandemia y tambi¨¦n puede ayudar a explicar la brecha en mortalidad. Algunos enfermos aguantaron en casa y fueron al hospital cuando ya era demasiado tarde. ¡°El mexicano se tarda m¨¢s en acudir al hospital cuando se enferma. Ir al IMSS es un calvario, a veces implica perder todo el d¨ªa, que no haya medicinas. Ya suced¨ªa antes de este sexenio, pero ahora ha habido m¨¢s desabasto de medicamentos¡±, dice Andreu Comas. ¡°Con la pandemia los primeros hospitales en colapsar fueron los p¨²blicos¡±.
La experiencia de Nayeli D¨¢vila se acerca a la pesadilla. El d¨ªa de su ingreso en urgencias, aguard¨® cinco horas en la sala de espera, pegada a un tanque de ox¨ªgeno. Al poco de admitirla, la enviaron a otro hospital por considerar que estaba recuperada. Sin embargo, su estado se deterior¨® r¨¢pidamente y la tuvieron que devolver en ambulancia a la cl¨ªnica original. Para entonces, ya no hab¨ªa camas libres. Pas¨® otras tantas horas encerrada en una ambulancia. Su hijo tuvo que amenazar con denunciar al personal para que por fin la instalaran en una habitaci¨®n de ocho camas, siempre ocupadas. ¡°Me pasaba el d¨ªa sin moverme para no toser. Yo lo que quer¨ªa era huir. Le dec¨ªa a mi marido: ¡®s¨¢came de aqu¨ª porque me voy a morir¡±, cuenta. Meses despu¨¦s, todav¨ªa le duele mirar la mole de concreto; las cortinas beige de su cuarto visibles tras unas ventanas oscuras.
La posibilidad de acudir a un hospital privado no es una opci¨®n para la mayor parte de los afiliados al IMSS. S¨¢nchez, conductor de taxi, y D¨¢vila, trabajadora de limpieza, cobran 19.000 pesos entre los dos y con eso cubren tienen que cubrir los gastos de una familia de cinco y pagar deudas. En cambio, el 10% m¨¢s rico, ese que cobra m¨¢s de 45.000 pesos al mes por persona, pudo escoger, en un momento de colapso, ir a un hospital privado. ¡°Es posible que, aun teniendo servicios de IMSS, fueran a un m¨¦dico privado para atenderse de forma r¨¢pida¡±, dice el coautor Raymundo Campos, economista de El Colegio de M¨¦xico, para explicar las diferencias de mortalidad.
Con el paso de los meses, la brecha se ha ido acortando. En marzo y abril de 2020, el ratio de muertes confirmadas entre casos detectados alcazaba al 30% de los casos reportados entre los m¨¢s pobres, frente a tan solo el 7% en el polo opuesto. En noviembre, la diferencia era de aproximadamente el 10% para los m¨¢s pobres y del 5% para los ricos. Una posible explicaci¨®n de esta tendencia es la detecci¨®n de un mayor n¨²mero de casos, especialmente leves y entre las personas de menor ingreso, en las olas que siguieron a la primera. Campos apunta, adem¨¢s, a la mayor informaci¨®n disponible sobre la enfermedad y al cambio en los mensajes del Gobierno mexicano. Del ¡°hay que abrazarse, no pasa nada¡± de L¨®pez Obrador en marzo se pas¨® al ¡°qu¨¦date en casa¡± que marc¨® la campa?a subsecuente.
Con este estudio no queda todo dicho. La investigaci¨®n solo cubre a empleados de la econom¨ªa formal. Deja fuera, por tanto, a los trabajadores informales, el 56% de la fuerza laboral, con salarios t¨ªpicamente menores. Los autores se?alan la posibilidad de que la relaci¨®n entre ingreso y mortalidad sea a¨²n m¨¢s pronunciada en su caso. ¡°Dado que poseen menores ingresos, podemos suponer que tienen menos acceso a atenci¨®n temprana, comorbilidades peor controladas, y probablemente viven en comunidades m¨¢s alejadas¡±, se?ala Arceo-G¨®mez. La falta de informaci¨®n p¨²blica sobre el sector m¨¢s vulnerable de la poblaci¨®n impide, por ahora, incluirlos en el an¨¢lisis.