Un ret¨¦n del narco y una balacera en Navidad: as¨ª asesinaron a los cuatro j¨®venes desaparecidos en Zacatecas
Los vecinos de V¨ªboras sab¨ªan que en su pueblo se hab¨ªa instalado el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, escucharon los disparos y vieron c¨®mo transportaban los cuerpos, pero no se atrevieron a contarlo
El pueblo de V¨ªboras lo sab¨ªa desde la noche en que desaparecieron, pero sus padres tuvieron que esperar 26 d¨ªas hasta enterarse de que sus hijos hab¨ªan muerto. Vecinos de esa localidad de la regi¨®n noreste de Zacatecas, en el centro de M¨¦xico, han contado de forma an¨®nima a este peri¨®dico que, desde las siete de la tarde del 25 de diciembre, un ret¨¦n de narcotraficantes del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG) se apost¨® en la carretera federal 23 a la altura de V¨ªboras. Dicen que fueron ellos los que dispararon al coche ...
El pueblo de V¨ªboras lo sab¨ªa desde la noche en que desaparecieron, pero sus padres tuvieron que esperar 26 d¨ªas hasta enterarse de que sus hijos hab¨ªan muerto. Vecinos de esa localidad de la regi¨®n noreste de Zacatecas, en el centro de M¨¦xico, han contado de forma an¨®nima a este peri¨®dico que, desde las siete de la tarde del 25 de diciembre, un ret¨¦n de narcotraficantes del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG) se apost¨® en la carretera federal 23 a la altura de V¨ªboras. Dicen que fueron ellos los que dispararon al coche en el que viajaban los cuatro j¨®venes. Al parecer, Irma Paola Vargas, Jos¨¦ Melesio Guti¨¦rrez y las hermanas Daniela y Viviana M¨¢rquez murieron en el acto, pero sus familias estuvieron rezando para que apareciesen con vida durante casi un mes. El miedo a represalias en un pueblo controlado por los narcos provoc¨® el silencio de sus habitantes, que dec¨ªan no saber nada cuando eran preguntados por familiares, medios de comunicaci¨®n o autoridades.
Los vecinos que viv¨ªan en las casas cercanas lo escucharon todo, y algunos pudieron ver lo sucedido. Las camionetas del narco que bloqueaban la carretera luc¨ªan en lo alto unos faros azules y brillantes, como los de la polic¨ªa, que les serv¨ªan para confundir a sus v¨ªctimas, obligarlas a parar y, en los mejores casos, despojarlas del dinero y los objetos valiosos. A la hora en la que Daniel M¨¢rquez perdi¨® el contacto con sus hijas, sobre las 23.41 de la noche, la camioneta en la que iban los cuatro j¨®venes lleg¨® al ret¨¦n. Un vecino que pudo ver el incidente asegura que conduc¨ªa Guti¨¦rrez, el estadounidense con ra¨ªces mexicanas, y que no se detuvo, trat¨® de esquivar el ret¨¦n y choc¨® contra una de las camionetas que bloqueaba la carretera. Intent¨® dar marcha atr¨¢s, pero ya les hab¨ªan cerrado el paso. Este vecino dice que en ese momento escuch¨® el grito de uno de los narcos: ¡°Pues ya te llev¨® la fregada¡±.
Empezaron a disparar al veh¨ªculo, que 25 d¨ªas despu¨¦s se encontr¨® con m¨²ltiples impactos de bala en el rancho Monte de la Presa Vieja, en la comunidad de El Cuidado, a unos kil¨®metros de V¨ªboras. Dicen que los cuatro murieron all¨ª, en esa misma carretera que a la ma?ana siguiente recorrer¨ªan los familiares de las v¨ªctimas para declararlos como desaparecidos. Una de las fuentes cuenta que tardaron muy poco en transportar a los cuerpos hasta el rancho. ¡°Fueron como treinta minutos, amarraron la camioneta a una de ellos y se los llevaron¡±, cuenta. Despu¨¦s atravesaron el pueblo con la camioneta baleada y los cuerpos sin vida de los j¨®venes dentro. Es la ¨²nica v¨ªa para acceder al rancho donde aparecieron 26 d¨ªas despu¨¦s.
Al d¨ªa siguiente, sobre la misma carretera, todav¨ªa estaban los restos de la balacera de la noche anterior. Cristales de ventanillas rotas, sangre, y casquillos de bala a la luz del d¨ªa 26 de diciembre. La noche del 25, cuando Daniel trat¨® de ir a buscar a sus hijas en la ¨²ltima localizaci¨®n de la que ten¨ªa conocimiento, se encontr¨® con la polic¨ªa, que le dijo que no pod¨ªa seguir adelante porque ¡°estaba muy peligroso¡±. El padre de Irma Paola Vargas, consigui¨® avanzar hasta Tepetongo alrededor de la 1.30, pero no encontr¨® nada. Para entonces ya hab¨ªan movido los cuerpos de la carretera. Por eso es dif¨ªcil comprender que las autoridades todav¨ªa no se hayan pronunciado al respecto de lo que pas¨® aquella noche. Los familiares de las cuatro v¨ªctimas aseguran que la Fiscal¨ªa no se ha puesto en contacto con ellos y que tienen la misma informaci¨®n que el resto de personas. De la misma forma, la Fiscal¨ªa de Zacatecas no se ha pronunciado sobre este tema cuando ha sido cuestionada por este peri¨®dico.
Los padres, informados de esta historia antes de que se publicara, se lamentaban de una cosa: ¡°?Por qu¨¦ no nos avisaron?, aunque fuera que nos mandasen un mensaje para que nosotros no estuvi¨¦semos angustiados durante todos esos d¨ªas¡±. Para el pueblo de V¨ªboras, obligado a convivir con los narcotraficantes, no es tan sencillo. Desconf¨ªan de todo el mundo, incluidas las autoridades, y hablar no es una opci¨®n. Un vecino se queja de que s¨ª hablaron con la polic¨ªa, para decirles que los cuerpos probablemente estar¨ªan en el rancho cercano a El Cuidado, pero que las autoridades tardaron casi un mes en ir hasta all¨ª.
La batalla entre el Cartel de Sinaloa y el Cartel de Jalisco Nueva Generaci¨®n, que tiene lugar en esa regi¨®n monta?osa al sureste de Zacatecas, ha dejado n¨²meros devastadores en el Estado. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas, que no reporta todos los casos, registr¨® 755 personas desaparecidas solo en 2022. La Fiscal¨ªa de Zacatecas report¨® 1.428 homicidios en el mismo periodo. Pero la desgracia no se distribuye equitativamente entre los 58 municipios, y los n¨²meros tienden a acumularse en los pueblos m¨¢s cercanos a la sierra: Tepetongo, Jerez, Valpara¨ªso, Fresnillo. Adem¨¢s, una encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi) que recoge la percepci¨®n de inseguridad de localidades de todo M¨¦xico est¨¢ liderada publicada por Fresnillo y Zacatecas. Estas son las localidades en las que sus ciudadanos tienen mayor percepci¨®n de inseguridad, con un 97,7% y un 93,3% respectivamente.
Desde que los narcos llegaron a V¨ªboras, la vida en las calles de esta peque?a localidad ya no es la misma. ¡°Nos han dicho que la gente que se encuentre a las once de la noche fuera de su casa, ellos no se hacen responsables¡±, dice por tel¨¦fono una vecina. ¡°?Y qu¨¦ hacemos? Pues estar en casa, ellos son due?os y se?ores de hacer lo que quieran aqu¨ª. No es justo, esto no es justo¡±, se lamenta. ¡°No vives a gusto, vives con miedo hasta cuando sales a comprar, pero estamos aqu¨ª porque salir ser¨ªa como volver a empezar tu vida. Adem¨¢s, si te vas ellos no te dejan llevarte nada, lo tienes que dejar todo aqu¨ª¡±.
Esta vecina se lamenta que nadie, ni siquiera ella, tuvo la valent¨ªa de avisar a los padres de los desaparecidos. ¡°Es realmente algo muy, muy feo. Vinieron a preguntar, pero nadie se atrevi¨® a decir nada¡±, cuenta. ¡°Pero es que los narcos est¨¢n aqu¨ª viviendo¡±, se queja. Desde octubre del a?o pasado, V¨ªboras ha tenido que hacer hueco a nuevos habitantes del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n. Viven en casas abandonadas y a veces hablan cordialmente con los vecinos. ¡°Est¨¢s siendo c¨®mplice, porque no te atreves a decir nada, y es feo, ves a la familia y te sientes tan mal, y est¨¢s con un nudo en la garganta¡±, dice, ¡°pero si hablas pones tu vida y la de tu familia en peligro¡±.
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