Los cabos sueltos del ¡®caso Matamoros¡¯
El motivo del ataque y el secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses sigue envuelto en misterio, igual que la identidad de los autores y el hallazgo del lugar donde los manten¨ªan cautivos
El hallazgo este martes de los cuatro ciudadanos estadounidenses secuestrados el viernes en Matamoros, Tamaulipas, en el norte de M¨¦xico, ha cerrado una carrera contrarreloj. El caso amenazaba con convertirse en un conflicto diplom¨¢tico de grandes proporciones entre ambos pa¨ªses. La intervenci¨®n del FBI y la Casa Blanca espole¨® a las autoridades mexicanas, que dieron con los desaparecidos en un paraje deshabitado unos kil¨®metros a las afue...
El hallazgo este martes de los cuatro ciudadanos estadounidenses secuestrados el viernes en Matamoros, Tamaulipas, en el norte de M¨¦xico, ha cerrado una carrera contrarreloj. El caso amenazaba con convertirse en un conflicto diplom¨¢tico de grandes proporciones entre ambos pa¨ªses. La intervenci¨®n del FBI y la Casa Blanca espole¨® a las autoridades mexicanas, que dieron con los desaparecidos en un paraje deshabitado unos kil¨®metros a las afueras de la ciudad.
Dos aparecieron muertos y dos con vida. De los ¨²ltimos, una mujer, Latavia MacGee, result¨® ilesa, mientras que el otro, Eric Williams, ten¨ªa tres heridas de bala en la pierna. Ambos fueron entregados a las autoridades de Estados Unidos el mismo martes. Los cad¨¢veres de los otros dos, Zindell Brown y Shaeed Woodard, se quedaron en M¨¦xico, para que peritos practicaran las necropsias. M¨¦xico ten¨ªa previsto entregar los cuerpos en la tarde del mi¨¦rcoles.
La resoluci¨®n del secuestro deja sin embargo muchas preguntas sin contestar, la principal, el motivo del ataque. En su comparecencia ante la prensa este martes, el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, se?alaba que la principal l¨ªnea de investigaci¨®n sobre el ataque es que se trataba de una confusi¨®n, aunque no dio m¨¢s detalles. A su lado, la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodr¨ªguez, matiz¨® que no hab¨ªa que descartar otras l¨ªneas.
Las palabras del fiscal Barrios abrieron espacio a la especulaci¨®n. ?Se refer¨ªa a que los atacantes pensaron que los cuatro amigos eran traficantes haitianos, como han apuntado estos d¨ªas medios de comunicaci¨®n de Estados Unidos? ?O acaso los confundieron con migrantes haitianos que, de alguna forma, hab¨ªan escapado a las redes de trata que tejen los criminales en la frontera? Barrios no quiso profundizar. Podr¨ªa ser alguno de estos motivos. Podr¨ªa ser otro.
La gran cantidad de carros que participaron en el seguimiento de la camioneta de los cuatro alimenta las dudas. Hasta ocho veh¨ªculos formaron parte del operativo de vigilancia del grupo criminal que los atac¨® y secuestr¨®. ?Tanto despliegue para cuatro migrantes haitianos? Resulta improbable. La falta de explicaciones de las autoridades alimentan teor¨ªas de todo tipo. El martes, el gobernador de Tamaulipas, Am¨¦rico Villarreal, se?al¨® incluso que no hab¨ªa ning¨²n indicio de que alguno de los cuatro tuviera alg¨²n tipo de relaci¨®n con agencias de seguridad de EE UU.
Otro de los aspectos de los que apenas se sabe nada es la identidad del grupo de atacantes. El martes, las autoridades anunciaron la detenci¨®n de un hombre de 24 a?os, Jos¨¦ Guadalupe N, quien supuestamente se encargaba de la seguridad de la caseta de madera, donde las autoridades encontraron a los cuatro amigos encerrados. Preguntado por la pertenencia de este hombre a uno u otro grupo criminal, el fiscal Barrios prefiri¨® no especular.
Barrios s¨ª dijo que en la zona del secuestro, Matamoros y alrededores, el grupo criminal dominante es el Cartel del Golfo. Ocurre sin embargo que decir eso es pr¨¢cticamente no decir nada. Vieja red criminal del noreste del pa¨ªs, el Cartel del Golfo se ha dividido progresivamente desde la detenci¨®n en 2003 de su entonces l¨ªder, Osiel C¨¢rdenas. La captura de C¨¢rdenas origin¨® la primera ruptura, la de los Los Zetas, su brazo armado.
Fue el primero de tantos quiebres. De ah¨ª salieron el grupo Escorpi¨®n y el grupo Los Ciclones, se?alados estos d¨ªas como posibles perpetradores del ataque, nada confirmado por autoridades de manera oficial. En un informe de hace dos a?os, Lantia Consultores, empresa especializada en an¨¢lisis de criminalidad, se?alaba que el Cartel del Golfo es una organizaci¨®n que ¡°ya no estaba cohesionada, sino dividida en distintas bandas antag¨®nicas entre s¨ª¡±. Lant¨ªa se?alaba la existencia de hasta 14 grupos distintos.
El ¨²ltimo de los cabos sueltos apunta a la localizaci¨®n de los cuatro. Seg¨²n inform¨® el martes el gobernador Villarreal, los criminales movieron a los cautivos por diferentes puntos de la ciudad, antes de trasladarlos a la caseta de madera del paraje La Lagunona, en el Ejido El Tecolote, camino a la costa. La cuesti¨®n es c¨®mo llegaron all¨ª. La Fiscal¨ªa de Tamaulipas hab¨ªa habilitado un n¨²mero de tel¨¦fono y una direcci¨®n de correo para obtener informaci¨®n, pero en su comparecencia ante la prensa, el fiscal Barrios no dijo que la pista que llev¨® al ejido hubiera llegado de una denuncia ciudadana.
Es m¨¢s, las autoridades visitaron La Lagunona el lunes por la tarde, horas antes de que encontraran all¨ª mismo a los cuatro ciudadanos estadounidenses. No fue el ¨²nico lugar que visitaron dos veces. El grupo de b¨²squeda visit¨® igualmente un fraccionamiento del sur de la ciudad, donde ah¨ª s¨ª, un denunciante an¨®nimo asegur¨® haber visto una de las camionetas que los atacantes hab¨ªan usado.
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