La pista de Playa Bagdad: as¨ª fue la b¨²squeda de los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros
Hasta ocho veh¨ªculos de un grupo criminal participaron en el seguimiento y el secuestro de los tres hombres y la mujer, el viernes pasado. El fiscal lo achaca a una confusi¨®n
Al este de Matamoros, antes de llegar a la costa, se extiende una enorme red de dunas, lagunas y bosques de matorrales, apenas interrumpida por algunas casas y ranchos. Son kil¨®metros y kil¨®metros de nada, el lugar perfecto para esconderse, para hacer lo que no puede verse. Durante a?os, criminales usaron un predio de por all¨¢, de nombre La Bartolina, para deshacer cad¨¢veres. Por all¨¢ tambi¨¦n han aparecido los cuatro turistas estadounidenses secuestrados el viernes pasado en la ciudad.
Ha sido un final agridulce para una historia que amenazaba con convertirse en una enorme crisis diplom¨¢tica. El incidente llegaba en un momento cr¨ªtico para las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos. El Partido Republicano, que ha hecho de la gesti¨®n de la crisis migratoria una de las armas arrojadizas contra la gesti¨®n de la Administraci¨®n de Joe Biden, ha propuesto un proyecto de ley que permitir¨ªa al ej¨¦rcito combatir el crimen organizado al sur de la frontera. Mientras tanto, varios estados fronterizos presionan para etiquetar a los c¨¢rteles de la droga como grupos terroristas.
En el caso de Matamoros, el FBI hab¨ªa ofrecido recompensas por datos que ayudasen a localizarlos. La Casa Blanca hab¨ªa calificado la situaci¨®n de ¡°inaceptable¡±. A diferencia de otros casos, la rapidez de las autoridades ha resultado providencial para que el resultado no haya sido peor. De los cuatro, dos han aparecido muertos, dos hombres, Shaeed Woodard y Zindell Brown. Un tercero, Eric Williams, ten¨ªa una herida de bala en la pierna. La cuarta, Latavia ¡°Tay¡± McGee, estaba en perfecto estado de salud, m¨¢s all¨¢ del terror que habr¨¢ vivido estos d¨ªas.
El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, ha informado de que la principal l¨ªnea de investigaci¨®n apunta a una ¡°confusi¨®n¡±, aunque no ha dado m¨¢s detalles. ?Los criminales confundieron a los cuatro amigos con un grupo de traficantes de droga haitianos, como han especulado estos d¨ªas algunos medios de EE UU? Barrios no ha dicho nada. Preguntado por el grupo criminal que podr¨ªa estar detr¨¢s del secuestro, el fiscal ha dicho que Matamoros ha sido hist¨®ricamente el basti¨®n del Cartel del Golfo. Las siguientes l¨ªneas dibujan lo ocurrido en estos cuatro d¨ªas, a partir de informaci¨®n recopilada por la Fiscal¨ªa de Tamaulipas y oficiales del Gobierno de EE UU, citados por medios de ese pa¨ªs.
3 de marzo
Los amigos hab¨ªan salido de Lake City, en Carolina del Sur. La idea era que se fueran turnando al volante de la Chrysler Pac¨ªfica, con matr¨ªcula de Carolina del Norte. A bordo de la miniv¨¢n iban Woodard, Brown, Williams y Tay McGee, de 33 a?os. El grupo de amigos estaba muy unido, seg¨²n Zalandria Brown, vecina de Florence, Carolina del Sur, y hermana de Brown, uno de los dos estadounidenses asesinados. Entre Lake City, la ciudad de 6.000 habitantes desde la que partieron, y Matamoros hay unos 2.300 kil¨®metros y los viajeros atravesaron cuatro Estados (Georgia, Alabama, Luisiana y Texas) antes de cruzar la frontera a la altura de Brownsville.
A las 9.18 del viernes, la Chrysler Pac¨ªfica, lleg¨® a la frontera. Cruz¨® a Matamoros por el Puente Viejo, en la colonia Moderna, la parte m¨¢s al norte de la ciudad mexicana. Los familiares perdieron contacto con ellos desde que cruzaron, debido a la mala se?al telef¨®nica. Los amigos se perdieron, seg¨²n las autoridades estadounidenses, buscando la consulta del m¨¦dico con el que supuestamente ella ten¨ªa cita. La mujer iba a realizarse una abdominoplastia, una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica. Tanto Zalandria Brown como la madre de McGee han contado a los medios estadounidenses que aconsejaron al grupo de cuatro amigos que no viajaran. McGee es madre de seis hijos.
Los cuatro circularon un rato por Matamoros. McGee hab¨ªa cruzado a?os antes a M¨¦xico por asuntos m¨¦dicos y no hab¨ªa tenido problemas. Las c¨¢maras de seguridad p¨²blica les ubicaron, antes de las 11.00, en una de sus principales arterias, el bulevar Cavazos Lerma. La Pac¨ªfica aparece en otras c¨¢maras hasta que, ya a las 11.00, el sistema de videovigilancia detecta que un Volkswagen Jetta gris empieza a seguirlos. A lo largo de los siguientes 45 minutos, hasta ocho veh¨ªculos distintos participan en el seguimiento, la intercepci¨®n y el secuestro.
Entre los veh¨ªculos involucrados hay una Suburban negra, dos Silverado negras y una dorada, un Aveo blanco y la c¨¦lebre GMC Sierra color blanco. En esta ¨²ltima, los criminales obligaron a subir a los cuatro, despu¨¦s de interceptarlos, escena que quedo registrada en un video compartido en redes sociales el mismo viernes. Por lo que cuenta la Fiscal¨ªa de Tamaulipas, los atacantes se llevaron en un primer momento al grupo de amigos, pero estos intentaron huir. Fue entonces cuando les dispararon.
Los v¨ªdeos que empezar¨ªa a circular el viernes recogen este ¨²ltimo momento, ya despu¨¦s de los disparos, cuando los criminales cargan a los amigos en la batea de la Sierra blanca y se los llevan de Avenida Lauro Villar y calle Primera, muy cerca del centro. Cuando llegaron las autoridades, encontraron dentro del coche tres d¨®lares en efectivo, varias tarjetas bancarios y membres¨ªas de distintos establecimientos y unos recibos. Al parecer, eran recibos m¨¦dicos que les permiti¨® a los investigadores afinar la posible identidad de las v¨ªctimas.
4 de marzo
Nada se movi¨® demasiado el viernes. Tampoco el s¨¢bado. Todav¨ªa se ignoraba la nacionalidad de los secuestrados. De hecho, en M¨¦xico ni siquiera se hablaba de un secuestro. En un pa¨ªs con m¨¢s de 100.000 desaparecidos, que un grupo de hombres armados se lleve a una o varias personas no tiene que ver necesariamente con la obtenci¨®n de un rescate.
Las autoridades de Tamaulipas se pusieron en contacto con los responsables del consulado de EE UU en Matamoros. A la vez, personal de la Fiscal¨ªa visit¨® varias cl¨ªnicas y hospitales de la ciudad para ver si encontraban a alguno de los cuatro. La l¨®gica era intachable: en los v¨ªdeos del d¨ªa anterior, se ve c¨®mo los criminales tratan algunos de los cuerpos, inconscientes, como sacos de grano. Los investigadores no tuvieron suerte. Visitaron al menos seis centros, entre p¨²blicos y privados, los recorrieron y no encontraron nada. Preguntados, trabajadores de los centros dijeron que no hab¨ªan recibido a heridos de bala en las ¨²ltimas horas.
Para entonces, la poca informaci¨®n p¨²blica era confusa. El viernes, la polic¨ªa estatal hab¨ªa informado v¨ªa redes sociales de un par de ¡°incidentes¡± en Matamoros, con v¨ªctimas y heridos. La ¨²nica v¨ªctima confirmada entonces era una mujer mexicana, de 33 a?os. Este martes, el gobernador del Estado, Am¨¦rico Villarreal, ha explicado que en realidad no fueron dos eventos, sino uno solo. Una de las balas que los secuestradores dispararon vol¨® a cuadra y media de distancia del lugar de los hechos, impactando en la mujer, que muri¨® poco despu¨¦s.
5 de marzo
El domingo, los investigadores se trasladaron a Reynosa, 100 kil¨®metros al oeste. Para ver el contenido de las c¨¢maras de seguridad, deb¨ªan visitar las instalaciones del C-5, el centro de coordinaci¨®n del sistema p¨²blico de videovigilancia. Empezaron a reconstruir el recorrido de la Pac¨ªfica y se dieron cuenta de la gran cantidad de veh¨ªculos implicados en el seguimiento. Hasta hoy, el n¨²mero de personas que participaron en el seguimiento, el ataque y el secuestro sigue siendo un misterio. La Fiscal¨ªa solo ha dicho que detect¨® a cuatro hombres armados, cuando descendieron de una de las Silverado negras.
Ese d¨ªa por la noche, el FBI dio un vuelco al caso cuando anunci¨® que los cuatro desaparecidos eran ciudadanos norteamericanos. La agencia inform¨® de que hab¨ªan cruzado a Matamoros el mismo viernes, en la Pac¨ªfica. La agencia ofrec¨ªa recompensas por datos que pudieran ayudar a localizarlos y dar con los responsables.
6 de marzo
El caso empez¨® a crecer el lunes temprano, cuando la rueda medi¨¢tica se puso en marcha. El embajador de EE UU en M¨¦xico, Ken Salazar, divulg¨® un comunicado se?alando que su Gobierno no tiene ¡°mayor prioridad que la seguridad de nuestros ciudadanos¡± y record¨® los peligros de viajar a Tamaulipas. Seg¨²n el Gobierno de EE UU, ¡°miembros fuertemente armados de grupos criminales a menudo patrullan ¨¢reas del estado y operan con impunidad, particularmente a lo largo de la regi¨®n fronteriza desde Reynosa hasta Nuevo Laredo. En estas ¨¢reas, la polic¨ªa local tiene una capacidad limitada para responder a incidentes delictivos,¡±
La Casa Blanca se refiri¨® igualmente al asunto. La portavoz del presidente Joe Biden, Karine Jean-Pierre, dijo: ¡°Nuestros pensamientos est¨¢n con las familias de estas personas. Estamos listos para proporcionar toda la asistencia consular que sea necesaria¡±.
Los investigadores, que integraban a funcionarios del Ej¨¦rcito, la Armada, la Fiscal¨ªa federal y la local, entre otras dependencias, realizaron el mismo lunes por la ma?ana b¨²squedas en ejidos aleda?os a Playa Bagdad, la zona costera cercana a Matamoros, incluyendo un paraje conocido como La Lagunona, en el Ejido El Tecolote, pero no encontraron nada. En la tarde, la Fiscal¨ªa de Tamaulipas habilit¨® un n¨²mero de tel¨¦fono y una direcci¨®n de correo electr¨®nico para que cualquiera que tuviera informaci¨®n del paradero de los desaparecidos o los veh¨ªculos implicados, se comunicase.
Las b¨²squedas siguieron por la tarde noche. Una llamada al n¨²mero de emergencia llev¨® al grupo de b¨²squeda a un ¡°campamento¡±, en un lugar no identificado. All¨ª, hab¨ªa dicho el denunciante, estaban las v¨ªctimas. Una caseta de madera elevada sobre unos pilotes de madera y una autocaravana estilo Breaking Bad integraban el campamento. Cuando los investigadores llegaron all¨ª no hab¨ªa nadie.
Otra llamada alert¨® al equipo de b¨²squeda esa tarde de que una de las camionetas que hab¨ªa participado en el ataque del viernes estaba en la calle Guinea, en un fraccionamiento al sur de la ciudad. Pero igual que con el campamento, cuando los agentes llegaron all¨ª no encontraron nada. Ya en la noche, otro denunciante llam¨® para decir lo mismo. Los investigadores volvieron, pero, de nuevo, no vieron la camioneta ni nada sospechoso.
7 de marzo
Sin que hayan explicado por qu¨¦, los investigadores volvieron este martes temprano al paraje de La Lagunona, en el Ejido El Tecolote. Esta vez s¨ª, el grupo de b¨²squeda encontr¨® a los cuatro desaparecidos en una peque?a caseta de madera. All¨ª detuvieron adem¨¢s a un hombre de 24 a?os, Jos¨¦ Guadalupe N, que, al parecer, hac¨ªa de vigilante. Cuando las autoridades llegaron, dos de los cuatro estaban muertos. No se sabe c¨®mo murieron. Preguntados al respecto, ni el fiscal Barrios ni el gobernador Villarreal han detallado las heridas que sufr¨ªan. Barrios ha dicho que peritos de la Fiscal¨ªa est¨¢n realizando las necropsias.
Mientras las autoridades daban con los cuatro amigos, el presidente de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ofrec¨ªa una conferencia de prensa, como cada ma?ana, en Palacio Nacional, en Ciudad de M¨¦xico. A las 9.00, a dos horas de que empezara, una periodista por fin pregunt¨® por el caso. Justo entonces, la secretar¨ªa de Seguridad, Rosa Icela Rodr¨ªguez, le dijo en voz baja al presidente: ¡°Ya los encontraron¡±. El mandatario pidi¨® entonces a su funcionaria que informara y esta le pas¨® su celular. El gobernador Villarreal estaba al tel¨¦fono.
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