La Fiscal¨ªa ten¨ªa el video de la matanza militar en Nuevo Laredo tres semanas antes de que se destapara en los medios
La dependencia federal no estudi¨® las im¨¢genes hasta que la secuencia de los asesinatos, ocurridos el 18 de mayo, sali¨® a la luz, el 6 de junio, seg¨²n el expediente del caso, al que ha tenido acceso EL PA?S
Desde el 20 de mayo, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) dispon¨ªa de los v¨ªdeos de la ¨²ltima matanza militar de Nuevo Laredo, ocurrida en la ciudad fronteriza dos d¨ªas antes. En las im¨¢genes, que recogi¨® una c¨¢mara de seguridad de un supermercado S-Mart, se ve c¨®mo un grupo de militares asesina aparentemente a cinco hombres, despu¨¦s de una persecuci¨®n. La dependencia no asent¨® el contenido del v¨ªdeo en el expediente ha...
Desde el 20 de mayo, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) dispon¨ªa de los v¨ªdeos de la ¨²ltima matanza militar de Nuevo Laredo, ocurrida en la ciudad fronteriza dos d¨ªas antes. En las im¨¢genes, que recogi¨® una c¨¢mara de seguridad de un supermercado S-Mart, se ve c¨®mo un grupo de militares asesina aparentemente a cinco hombres, despu¨¦s de una persecuci¨®n. La dependencia no asent¨® el contenido del v¨ªdeo en el expediente hasta pasado el 6 de junio, cuando EL PA?S divulg¨® las im¨¢genes.
La Fiscal¨ªa hab¨ªa obtenido el v¨ªdeo v¨ªa USB gracias a la colaboraci¨®n del gerente del supermercado, seg¨²n consta en el expediente del caso, al que este diario ha tenido acceso. El 20 de mayo, la dependencia mand¨® un oficio a la tienda para reclamar el material. Ese mismo d¨ªa, el gerente remiti¨® su respuesta a la Fiscal¨ªa y entreg¨® el USB con el video a un agente de la corporaci¨®n, que se acerc¨® a la tienda. Fiscales, peritos y polic¨ªas movieron el USB durante semanas, incluso hicieron copias, pero no dedicaron un minuto a su contenido. Y, si lo hicieron, no consta en el expediente.
La investigaci¨®n, que supera ya los cuatro tomos, incorpora oficios, cartas e informes sobre el v¨ªdeo, algunos verdaderamente impactantes, por su car¨¢cter superfluo. Es el caso del informe fechado el 1 de junio, 13 d¨ªas despu¨¦s de los hechos, en que un agente de la Polic¨ªa Federal Ministerial, el brazo ejecutor de la FGR, remite a sus superiores un par de hojas de papel, con el resultado de la inspecci¨®n del USB que conten¨ªa el v¨ªdeo. El polic¨ªa manda fotos del USB por fuera y firma.
Los tomos incorporan tambi¨¦n la preocupaci¨®n de la FGR por la divulgaci¨®n del v¨ªdeo el 6 de junio. Al d¨ªa siguiente, el mismo polic¨ªa que analiz¨® por fuera el dispositivo USB lleg¨® al S-Mart a entrevistar al gerente, para preguntarle si hab¨ªa dado copias de los videos a alguien m¨¢s. El gerente dice que no, pero revela datos preocupantes. El hombre cuenta que el mismo d¨ªa que entreg¨® el USB con el v¨ªdeo a un agente de la Polic¨ªa Federal Ministerial, esto es, el 20 de mayo, militares llegaron a la tienda y pidieron acceso a las grabaciones de las c¨¢maras.
¡°Vinieron dos personas del sexo masculino, ven¨ªan vestidos de militares y me solicitaron entrar al cuarto donde se encuentran los equipos de grabaci¨®n y monitoreo¡±, cuenta el gerente. ¡°Dichas personas entraron y se encerraron por alrededor de 20 minutos, y cuando salieron solamente se retiraron. Es importante mencionar que no s¨¦ qu¨¦ fue lo que hicieron estas personas en el tiempo en que estuvieron en el cuarto¡±, a?ade.
Ante la declaraci¨®n del gerente, el agente volvi¨® el mismo 7 de junio, ya en la tarde, a tratar de sacarle m¨¢s detalles. El polic¨ªa le pregunt¨® si los militares hab¨ªan dejado su nombre. El gerente contesta que no les pregunt¨®, ¡°ya que ven¨ªan uniformados¡±. El agente sigue y cuestiona si tiene los v¨ªdeos en que los ¡°presuntos militares¡± llegaron a la tienda y se encerraron en la sala donde est¨¢n los equipos de grabaci¨®n. El gerente dice que el disco duro se borra constantemente y que esos v¨ªdeos, por el tiempo que ha pasado, ya no existen. Por ¨²ltimo, el agente plantea si la tienda tiene alg¨²n tipo de libro de registro. El gerente dice que no.
Aunque parezca incre¨ªble, el agente no le pregunta al gerente si not¨® algo raro en los equipos de grabaci¨®n y monitoreo tras la visita militar; si percibi¨® alguna modificaci¨®n en el disco duro, archivos borrados o copiados, cosas as¨ª. La entrevista termina y el agente se va. El expediente no muestra que la indagatoria por la visita militar al S-Mart ascendiera m¨¢s all¨¢ de las preguntas al gerente. Si alg¨²n militar modific¨® o trat¨® de modificar el equipo de grabaci¨®n de la tienda, la FGR no ha indagado m¨¢s al respecto.
El silencio de la Fiscal¨ªa en este caso es atronador. A mes y medio de lo ocurrido, la dependencia no ha informado sobre los hechos o sobre el estatus de los militares implicados. Solo la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) lo ha hecho. El 10 de junio, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la publicaci¨®n del v¨ªdeo, el Ej¨¦rcito anunci¨® la detenci¨®n de 16 militares, todos acusados de un delito de desobediencia, tipificado en el C¨®digo de Justicia Militar. Pero la FGR, que investiga delitos del fuero com¨²n, como el asesinato, no ha dicho todav¨ªa una palabra.
El caso del S-Mart impact¨® a la opini¨®n p¨²blica mexicana. En los ¨²ltimos 15 a?os, al calor de la guerra contra el narco, las denuncias por presuntas violaciones a derechos humanos cometidas por militares han sido constantes. Pero es raro la aparici¨®n de v¨ªdeos as¨ª, tan claros. Antes de su publicaci¨®n, el caso apenas hab¨ªa sonado en la prensa local, por la cantidad de balazos disparados por militares y civiles, que mantuvieron en vilo el sur de la ciudad por varias horas. Pero fue el v¨ªdeo lo que cambi¨® las cosas. Tras su publicaci¨®n, la FGR tard¨® un d¨ªa en tener un informe de lo que mostraban las im¨¢genes y la Fiscal¨ªa militar abri¨® su propia indagatoria sobre el caso.
Sin presi¨®n medi¨¢tica sobre los investigadores, la delegaci¨®n de la FGR en Nuevo Laredo inici¨® una investigaci¨®n por lo ocurrido el 18 de mayo, a partir del informe del teniente a cargo de los militares, Jos¨¦ Luis N. La narraci¨®n del teniente se?alaba la persecuci¨®n de una camioneta civil que se hab¨ªa dado a la fuga, en una avenida al sur de la ciudad, Prolongaci¨®n Monterrey. La fuga acab¨® cuando la camioneta choc¨® contra la barda trasera del S-Mart, momento que ya recogen las c¨¢maras.
En el informe, el teniente narra que sacaron a cinco civiles del coche, los desarmaron, encontraron fusiles y armamento al interior del veh¨ªculo, tambi¨¦n unas dosis de marihuana y varios kilos de metanfetamina. Pusieron a los civiles de rodillas, junto al muro, mientras revisaban la camioneta chocada. El teniente dice que repente empezaron a dispararles desde el lado norte. Seg¨²n ¨¦l, eran parte del mismo grupo, que trataba de acercarse donde estaban para rescatar a sus compa?eros. Los militares estaban divididos en dos grupos, por un lado, los siete que estaban junto al muro, con los civiles desarmados y sometidos. Por otro, los diez que estaban unos 200 metros m¨¢s al norte, sobre Prolongaci¨®n Monterrey, inmersos en un tiroteo con el grupo de civiles que llegaban en operativo de rescate.
En medio de la balacera, algunos de los militares que estaban junto al muro dispararon contra los civiles. El teniente Jos¨¦ Luis N no dice nada de esto en su informe. Lo hace, en cambio, un sargento que estaba all¨ª mismo, cuyo testimonio desvel¨® este mi¨¦rcoles EL PA?S. El sargento B. J. se?ala que, visto el v¨ªdeo, reconoce a un cabo y otro sargento como los que disparan contra los civiles. El sargento se?ala igualmente al teniente Jos¨¦ Luis N, mando de los militares aquel d¨ªa sobre el terreno, de sembrar armas a los civiles, ya muertos. Las declaraciones de este y otros cinco militares, son parte ya de la indagatoria que abri¨® la Fiscal¨ªa militar, constan ya en el expediente de la FGR.
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