Yael Weiss, Rambo, Taxxa y la espera migrante
La escritora re¨²ne en ¡®Los muros de aire y otras cr¨®nicas de frontera¡¯ la traves¨ªa, la aventura, el peligro que viven los migrantes que se adentran en M¨¦xico de camino a Estados Unidos. Una fotograf¨ªa profunda del viaje desde cinco ciudades fronterizas
Habla Taxxa y cuenta que cuando consigui¨® un salvoconducto para atravesar M¨¦xico, despu¨¦s de meses de miseria en Tapachula, se regres¨® a El Salvador a darle un ¨²ltimo abrazo a su madre, que ya estaba vieja. Habla Rambo y lo hace gritando como el rugido de un tigre o un jaguar. Habla Bilma de c¨®mo haber aprendido el truco del doble clutch la hizo convertirse en la tercera mujer en conducir un tr¨¢iler en Centroam¨¦rica, pero que eso no la salv¨® de tener que huir con su novia solo por ser su novia. Hablan el G¨¹ero y la G¨¹era encima de una monta?a de basura en una playa del r¨ªo Suchiate. Hab...
Habla Taxxa y cuenta que cuando consigui¨® un salvoconducto para atravesar M¨¦xico, despu¨¦s de meses de miseria en Tapachula, se regres¨® a El Salvador a darle un ¨²ltimo abrazo a su madre, que ya estaba vieja. Habla Rambo y lo hace gritando como el rugido de un tigre o un jaguar. Habla Bilma de c¨®mo haber aprendido el truco del doble clutch la hizo convertirse en la tercera mujer en conducir un tr¨¢iler en Centroam¨¦rica, pero que eso no la salv¨® de tener que huir con su novia solo por ser su novia. Hablan el G¨¹ero y la G¨¹era encima de una monta?a de basura en una playa del r¨ªo Suchiate. Habla Wilson y apenas se le entiende en su franc¨¦s criollo. Hablan de sus aventuras los ?ngeles, que se apellidan Sucre y Guerra. Hablan y no es contigo, pero Yael Weis ha conseguido que parezca que s¨ª: ahora ya quieres saber su vida y su suerte.
Weiss (Ciudad de M¨¦xico, 46 a?os) es escritora, ya hab¨ªa publicado una novela y un libro de relatos, y ahora ha sacado Los muros del aire y otras cr¨®nicas de la frontera (Debate, 2023), una compilaci¨®n de cinco historias desde las fronteras de M¨¦xico. El libro empez¨® cuando a¨²n no hab¨ªa intenci¨®n de que fuera libro. La autora estaba en 2018 en Tijuana en una reuni¨®n familiar cuando lleg¨® la gran caravana migrante, la primera que so?¨® con entrar en Estados Unidos. Ella decidi¨® ampliar su viaje y quedarse a ver lo que ya hab¨ªa escuchado muchas veces en las noticias. En un ejercicio que llama ¡°turismo pol¨ªtico¡±.
Un a?o m¨¢s tarde, en marzo de 2020, utiliz¨® sus vacaciones para lanzarse a Ciudad Hidalgo y a su gemela Tec¨²n Um¨¢n (Guatemala) donde unas semanas antes unas 5.000 personas hab¨ªan entrado mojadas a M¨¦xico para ser repelidas por los gases lacrim¨®genos de la Guardia Nacional de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en el primer ejemplo vivo de que la pol¨ªtica migratoria mexicana hab¨ªa cambiado bajo las amenazas de Donald Trump.
En esas dos primeras cr¨®nicas, que fueron publicadas en la revista Este Pa¨ªs, Weiss tomaba algunas notas del tipo ¡°se?or con diccionario¡± o decid¨ªa pasar la noche a la orilla del Suchiate con los G¨¹eros y el Muchacho, tres migrantes que esperaban una caravana que jam¨¢s lleg¨®. As¨ª observaba, escuchaba, esperaba. ¡°Pens¨¦: quiero relatar esto porque esto nos muestra un fragmento de lo que es el mundo ahora, estos somos nosotros los humanos hoy, estos, los que est¨¢n esperando en la frontera, son ellos otros nosotros¡±, explica mientras cae la lluvia fuera de su casa de Chimalistac, en Ciudad de M¨¦xico.
Despu¨¦s de eso perfil¨® las siguientes ciudades: Ciudad Ju¨¢rez, Tenosique, Reynosa. En total visit¨® de 2018 a 2021, las principales dos entradas al pa¨ªs y las tres salidas para narrar lo que Weiss denomina ¡°miles de mundos en marcha¡±.
Lo que conmueve es lo que gu¨ªa la mirada de la autora, que es una cronista sin prisa, que no tiene notas que entregar ma?ana ni entradas en el noticiero. Desvela Weiss su truco: ¡°Yo soy como un papel absorbente o una pel¨ªcula de film, llego y me expongo. Considero que basta con ponerse en el lugar donde est¨¢n sucediendo las cosas y dejar que el tiempo pase. El espacio te va haciendo un huequito y te vas acoplando; al principio, te sientes extra?a, pero poco a poco te empiezas a fundir, la gente empieza a acostumbrarse de que est¨¢s ah¨ª y la vida vuelve a fluir normalmente. Y poco a poco empiezan a pasar cosas¡±. En definitiva, la espera.
Lo que recoge Weiss son los fragmentos que se quedan cuando los periodistas ya se han ido. La escritora sabe, por ejemplo, la incomodidad que sufrieron Rambo y sus hermanos cuando ella, al llevarles de Tenosique a Villahermosa en un viaje en carretera con chelas y reguet¨®n, decidi¨® que pararan a comer algo. Weiss que estaba ah¨ª para verlo puede relatar los pasos encogidos de tres hombres de Honduras que llevaban meses sin entrar a un restaurante; puede relatar el apuro al cruzar un peque?o bar de mariscos del sur de M¨¦xico. ¡°Ya los estamos molestando¡±, dice Rambo, ¡°mira c¨®mo nos est¨¢n mirando¡±. Ella sabe lo que pasa en los que viajan cuando no se est¨¢ viviendo una emergencia.
Esa es la virtud y era tambi¨¦n el objetivo de la autora. En medio de un mar de art¨ªculos y reportes sobre la crisis de la migraci¨®n, Weiss quer¨ªa ser la burbuja: ¡°Quisiera que el libro aporte un momento ¨ªntimo con algunas personas que han migrado, es decir, haber capturado un momento. Mi papel es recrear lo que vi, por eso me fijo en c¨®mo se mueven, en el color de los ojos. Recrear la realidad con los elementos sensoriales suficientes, que ah¨ª es donde est¨¢ el arte del escritor, recrear toda esa escena que sucedi¨® y que ya es tambi¨¦n un archivo: as¨ª era un d¨ªa de noviembre de 2019 en la frontera sur, as¨ª fue m¨¦tanse en esta burbujita, si¨¦ntense y vean conmigo lo que estaba pasando¡±.
No hay clich¨¦s ni ideas manidas de prensa y corrillos en las p¨¢ginas de Weiss. Est¨¢ narrada la migraci¨®n como si nunca se hubiera o¨ªdo hablar de ella. Como quien se aproxima a un fen¨®meno extraordinario, escribe que no andan igual los cuerpos que caminan bajo el sol, que ¡°si sabes montarla, la Bestia te lleva, si no, te devora, es una m¨¢quina honesta¡±, que ¡°todos traicionan en este negocio¡±, que los delincuentes en el Dari¨¦n apenas matan porque de asesinar se encarga la selva, que durante la espera ¡°las mujeres se sientan sobre el suelo, los hombres permanecen de pie y los ni?os se portan mal¡±, que ¡°la confianza en la buena estrella siempre ser¨¢ la m¨¢s grande fortaleza de los pueblos en ¨¦xodo¡±, o que ¡°los migrantes siempre sacan sus documentos¡±: ¡°De un modo u otro, una acaba con sus papeles en las manos, mirando en fotocopia o en original sus fotos, sus nombres, sus fechas de nacimiento, la demostraci¨®n fehaciente de que ellos tambi¨¦n son ciudadanos con derechos en alg¨²n lugar del mundo¡±.
En el libro de Weiss hay muertos partidos por la Bestia y por los rodeos sin coyote, hay espacios en albergues para las ni?as y mujeres que han sido violadas en el camino y han sido muchas, hay risas de terror al salir del Dari¨¦n, hay abuelas con los pies hinchados que ya no pueden caminar y coches que no se paran para ayudar, pero no hay revolcadas en la tragedia. ¡°Me parec¨ªa incre¨ªble que fueran sobrevivientes de tantas cosas¡±, dice en su momento la autora, que se declara tambi¨¦n fascinaba por la que cree que es para muchos migrantes la gran aventura de sus vidas. ¡°Para m¨ª son tambi¨¦n grandes aventureros, por pobreza y violencia, pero est¨¢n viviendo algo al extremo. Est¨¢n pasando junto a la muerte. Pero est¨¢n pasando junto a momentos de vida, solidaridad, alegr¨ªas. Est¨¢n viendo al mundo sin piel, descarnado¡±, explica, ¡°no me toc¨® a m¨ª este tipo de aventura, pero podr¨ªa haberme tocado, trato de vivirla a trav¨¦s de ellos¡±.
Weiss ha seguido en contacto con muchos de los protagonistas de sus historias, la mayor¨ªa cruzaron y ya trabajando en Estados Unidos, a algunos los fue a recoger a Pueblo y los acogi¨® en su casa hasta que decidieron continuar el viaje, a otros nunca los volvi¨® a encontrar. No sabe ¡ªentonces no sabemos¡ª qu¨¦ fue del joven ?ngel, lector que aguantaba la espera en Tenosique con un ejemplar de Rebeli¨®n en la granja, a quien una ventolera encima de La Bestia le arranc¨® un cuaderno en el que anotaba lo que ve¨ªa, qu¨¦ fue de Bilma la trailera o d¨®nde seguir¨¢ el coraje de Rambo, qu¨¦ fue de las vidas que solo se rozan.
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