Amanda de la Garza o c¨®mo llevar los m¨¢rgenes a las instituciones culturales
La gestora cultural mexicana nombrada subdirectora art¨ªstica del Museo Centro de Arte Reina Sof¨ªa en Madrid se ha propuesto deconstruir el canon, arrojar luz sobre aquello que no estuvo visibilizado por la historia del arte
Es un siete de marzo de 2022 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Son las v¨ªsperas de las marchas del 8M en la Ciudad de M¨¦xico. La curadora, soci¨®loga y antrop¨®loga Amanda de la Garza, directora del Museo Universitario de Arte Contempor¨¢neo (MUAC) y de Artes Visuales de la UNAM, vestida con un falda y blazer negros, pero con el desenfado de unos tenis deportivos, participa en un encuentro de mujeres para repensar el mundo despu¨¦s del patriarcado. Lee sus tarjetas y pregunta al p¨²blico reunido: ¡°?Incluir a las mujeres en la historia del arte es lo mismo que producir una historia del...
Es un siete de marzo de 2022 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Son las v¨ªsperas de las marchas del 8M en la Ciudad de M¨¦xico. La curadora, soci¨®loga y antrop¨®loga Amanda de la Garza, directora del Museo Universitario de Arte Contempor¨¢neo (MUAC) y de Artes Visuales de la UNAM, vestida con un falda y blazer negros, pero con el desenfado de unos tenis deportivos, participa en un encuentro de mujeres para repensar el mundo despu¨¦s del patriarcado. Lee sus tarjetas y pregunta al p¨²blico reunido: ¡°?Incluir a las mujeres en la historia del arte es lo mismo que producir una historia del arte feminista?¡±. No lo es, responde con voz grave, y queda en un video de YouTube.
Una pantalla proyecta piezas fotogr¨¢ficas de Elsa Oviedo, Tania Candiani y Azahara G¨®mez. Vemos a una mujer que sostiene la bandera nacional intervenida por los colores de la lucha feminista. Luego, un colectivo de mujeres tocando el teponaztli ¡ªun instrumento musical prehisp¨¢nico¡ª por los andenes del metro Z¨®calo, el centro de la capital mexicana, una acci¨®n que busca la enunciaci¨®n pol¨ªtica sobre el espacio. Finalmente, una madre buscadora, de uno los colectivos de familiares de desaparecidos, cocina la receta favorita de su deudo.
¡°Ese es el mundo del post-patriarcado, donde no sea solo cumplir con las condiciones de igualdad y equidad [¡] sino ser capaces de ir m¨¢s all¨¢ y analizar los objetos de la teor¨ªa de la metodolog¨ªa del arte feminista. En ese sentido, ?c¨®mo se traduce en el hacer cultura?: en pol¨ªticas culturales, criterios de gesti¨®n y curadur¨ªa y en una transformaci¨®n profunda de las instituciones culturales. Por supuesto que todav¨ªa no estamos en ese momento, pero quisi¨¦ramos imaginar ese futuro posible¡±, dice.
De la Garza, de 42 a?os, originaria de Monclova, Coahuila, es la curadora y gestora cultural que ha comisariado y coordinado m¨¢s de treinta exposiciones de arte moderno y contempor¨¢neo, que asumir¨¢ el pr¨®ximo mayo el puesto de subdirectora art¨ªstica del Museo Centro de Arte Reina Sof¨ªa en Madrid, y que se suma a una lista de mexicanos que se encuentran liderando los museos fuera de su pa¨ªs. Desde su llegada al MUAC, a inicios de 2020, se propuso deconstruir el canon, despatriarcalizarlo, decolonizarlo, arrojar luz sobre los m¨¢rgenes, aquello que no estuvo visibilizado por la historia del arte, artistas que no hab¨ªan sido coleccionados o exhibidos, programados, las deudas infinitas. Su ascenso ha sido mete¨®rico. Luego de ocho a?os de trabajar como curadora asociada del MUAC ¡ªbajo la batuta de Cuauht¨¦moc Medina¡ª, tiempo en el que tambi¨¦n fue curadora en proyectos independientes, co-curadora de la XVII Bienal de Fotograf¨ªa y de la primera revisi¨®n de la colecci¨®n del Museo Amparo, asumi¨® la direcci¨®n de ese museo universitario, y cuatro a?os despu¨¦s, se postula y se lleva una plaza en el Reina Sof¨ªa, entre una cincuentena de aplicaciones.
Vivimos un cambio generacional en las instituciones culturales: ¡°estamos siendo part¨ªcipes de las grandes conversaciones, de la conversaci¨®n de g¨¦nero y de la teor¨ªa queer, part¨ªcipes de la conversaci¨®n sobre el arte de los pueblos originarios y de c¨®mo los m¨¢rgenes se vinculan ahora con las instituciones culturales¡±. Es un cambio generacional. ¡°Est¨¢ ocurriendo en muchas partes del mundo a nivel institucional, donde grandes figuras hist¨®ricas de directoras, directores de museos importantes que han dejado los cargos. Viene naturalmente un cambio. Hemos demostrado que hay un conjunto de profesionales, curadoras y curadores, que estamos a la altura de un reto que es dirigir las instituciones¡±, dice De la Garza.
Dos mundos a la vez
¡°Son dos mundos, dos mundos a la vez¡±, dice y repite en su oficina. ¡°Estoy terminando mi gesti¨®n, todo lo que tengo que dejar listo. Todo el proceso cuando finaliza una gesti¨®n es una parte compleja de documentar, pero tambi¨¦n afectiva. Todav¨ªa no estoy all¨¢ [el Reina Sof¨ªa], pero ya empiezo a pensar en funci¨®n de esa nueva posici¨®n. Es un momento interesante, lo digo con sentimientos encontrados, dejar el museo, al equipo, la instituci¨®n en la que he estado tantos a?os. El MUAC va a seguir adelante pero ya no voy a estar en ese camino¡±, dice. Arriba del despacho, un espejo de agua ilumina la fachada durante el mediod¨ªa de un mi¨¦rcoles de febrero de 2024.
Todo lo que sucede en el museo pasa por aqu¨ª. Ban Vautier, Francis Al?s, Amor Mu?oz, Mariana Castillo. Artistas que han expuesto bajo su gesti¨®n, yendo del performance, la instalaci¨®n, la imagen-movimiento y hasta la fotograf¨ªa. De la Garza toma la entrevista en un sill¨®n, viste una blusa color crema, pantalones verdes y unos tenis amarillos fosforescentes que mueve de vez en vez. Adem¨¢s de algunos diplomas, en las paredes destacan algunos carteles de programas p¨²blicos del museo, como La libra rosa, una venta de fanzines feministas y queer, y un retrato grupal con todo el staff que la ha acompa?ado en el museo. Su despacho est¨¢ en el s¨®tano de este edificio de Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n, que naci¨® d¨¢ndole ¡°espacio a los artistas que empezaron a tener visibilidad en los a?os noventa y que operaron los espacios independientes ¡ªla generaci¨®n de la Panader¨ªa, la Qui?onera o Tem¨ªstocles 44¡ª, artistas que tuvieron que abrirse camino fuera de los museos en tiempos en que las instituciones solo daban cabida a artistas vinculados a la pintura¡±, dice el cr¨ªtico ?dgar Hern¨¢ndez.
¡°Me siento contenta porque logramos superar la pandemia. El museo estaba fuerte en sus contenidos, en su relaci¨®n con el p¨²blico, fuimos capaces de adaptarnos¡±. La apuesta del MUAC, blindado por el aparato acad¨¦mico de la UNAM, la universidad m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica, ha sido convertirse en arena p¨²blica, un espacio de conversaci¨®n, desde el arte, sobre la sociedad, el mundo, la historia. Para eso hay que ¡°saber cu¨¢les deben ser las preguntas para hacerlo, algo que hace bien el equipo curatorial. Son nuestras funciones como museo p¨²blico. Cu¨¢l va a ser la perspectiva por adoptar en un marco ampl¨ªsimo de pr¨¢cticas que est¨¢n sucediendo y que es un universo inabarcable¡±, dice.
Arriba de su despacho, en las salas curatoriales, est¨¢n plasmadas las l¨ªneas de trabajo que empez¨® a trazar a lo largo de su gesti¨®n. Los 380.000 alumnos de la UNAM para el ciclo 2023-2024 tienen que pagar 20 pesos (1.20 d¨®lares) con su credencial vigente. Un grupo entra al museo y lo primero que encuentran es un Hillman 1955 intervenido con azulejos y cortinas, es una pieza de la mexicana Betsabe¨¦ Romero que evoca a los autos destartalados y abandonados en los barrios marginales latinoamericanos. En las salas, una pintura de Beatriz Gonz¨¢lez, de Colombia, muestra a un grupo de trabajadoras sexuales que fueron asesinadas, cuyos cuerpos desnudos fueron abandonados al borde de un r¨ªo. De Venezuela, Alexander Ap¨®stol, artista homosexual, expone retratos de los estereotipos de su pa¨ªs, c¨®digos de g¨¦nero, raza e identidad que acompa?an las ideolog¨ªas sudamericanas. De Argentina, una escultura de vidrios blindados acribillados por trescientos impactos de bala; uno se sobrecoge por el sonido de escopeta que cubre la sala, una pieza de Enrique Je?ik.
¡°Me parece que la sensibilidad social cambi¨®, aunque ya no usemos cubrebocas¡±, dice jugando con un anillo, que se quita y pone. ¡°Me refiero a c¨®mo los j¨®venes interact¨²an, tienen otra din¨¢mica, tuvieron que transitar a?os fundamentales de su desarrollo personal, a distancia, con clases virtuales. Transform¨® sus din¨¢micas sociales. Si antes la fotograf¨ªa fue la tecnolog¨ªa que modific¨® nuestra relaci¨®n con el mundo, ahora las redes sociales lo est¨¢n transformando y el arte no est¨¢ exento de eso¡±.
Una asistente interrumpe. Le pide que firme unos documentos. En tanto, ella habla de Las Brillantinas: un colectivo de artistas que comparten proyectos de arte feminista en Instagram. Tiene como emblema el glitter, s¨ªmbolo de la marcha feminista de 2020. ¡°Es un peri¨®dico mural digital sobre las mujeres importantes en el pensamiento feminista, de g¨¦nero y queer¡±, dice.
El d¨ªa de la marcha del 8M de 2024, Las Brillantinas crearon un ¡°brillam¨®vil¡±, una bicicleta y una estaci¨®n a la vez en la que estuvieron imprimiendo carteles para la marcha. ¡°?Vivan las brillantinas!¡±, escribi¨® una usuaria. El punto de encuentro fue la ¡°Glorieta de las mujeres que luchan¡±, en el Paseo de la Reforma, la arteria principal de la capital.
¡°Tambi¨¦n para las instituciones se est¨¢ configurando el mapa [postpandemia], no sabemos c¨®mo va a terminar o en qu¨¦ va a resultar. Pero s¨ª noto m¨¢s el cambio en t¨¦rminos de quienes disfrutan del museo, de c¨®mo se relacionan con ciertas obras, se ha configurado un cierto gusto social a trav¨¦s de la imagen¡±, dice.
Demasiadas cosas
El periodista Sergio Rodr¨ªguez Blanco escribi¨® que la llamaron Amanda por una canci¨®n de V¨ªctor Jara, el trovador de la Revoluci¨®n socialista de Salvador Allende. Sus padres hab¨ªan tenido una militancia de izquierda en los a?os de la Guerra Sucia. ¡°Mi pap¨¢ era soci¨®logo, profesor de la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico (UAM) y mi mam¨¢ es ingeniero qu¨ªmico, que trabaja en la universidad de Chapingo. Para ellos siempre fue importante que fu¨¦ramos a un museo, no ten¨ªamos ninguna conexi¨®n con artistas, ninguno de sus amigos eran artistas, sino m¨¢s bien gente de sus ¨¢mbitos profesionales¡±, recuerda. Enrique, su padre, miembro em¨¦rito del Sistema Nacional de Investigadores y figura importante en el desarrollo de los estudios del trabajo en Am¨¦rica Latina, falleci¨® en marzo de 2021. La revista Sociolog¨ªa del Trabajo, de la Complutense, lo record¨®: ¡°Apoy¨® movimientos sindicales en conflictos y por esa causa sufri¨® varios d¨ªas de prisi¨®n. Estuvo siempre atento a la evoluci¨®n del sindicalismo en M¨¦xico, apoyando a los que manten¨ªan autonom¨ªa respecto del Estado¡±.
De la Garza naci¨® en Monclova en 1981 porque la familia de su padre era de all¨¢, norte?a, pero vivi¨® siempre en el centro del pa¨ªs entre Puebla, Oaxaca y Guanajuato, hasta que a los 14 lleg¨® a Ciudad de M¨¦xico a estudiar el bachillerato en el CCH Sur, perteneciente a la UNAM. ¡°En mi casa siempre hubo libros, mis pap¨¢s fomentaban la literatura. Jam¨¢s se imaginaron que yo me iba a dedicar a algo relacionado con arte¡±. Le empez¨® a gustar la fotograf¨ªa, interesada en el cuerpo. En esos a?os recorr¨ªa el campus de Ciudad Universitaria, que le ofrec¨ªa enormes posibilidades de desarrollo intelectual y apreciaci¨®n art¨ªstica. Tom¨® clases de danza. Caminaba desde el CCH hasta el taller coreogr¨¢fico e iba a las muestras de cine, tomaba talleres de literatura, poes¨ªa, ¡°cosas que te ofrece la universidad, que te permiten justamente crecer¡±.
Estudi¨® Sociolog¨ªa ah¨ª y empez¨® a trabajar en una asociaci¨®n civil dedicada a la evaluaci¨®n de programas sociales. Hizo un posgrado en Ciencias Antropol¨®gicas en la UAM-Iztapalapa y posteriormente una maestr¨ªa en Historia del Arte-Estudios Curatoriales en la UNAM, que la conectar¨ªa con el MUAC. ¡°Me empez¨® a interesar conectar el ¨¢mbito de lo visual con la teor¨ªa social, como v¨ªa de investigaci¨®n. Pero tambi¨¦n c¨®mo las im¨¢genes aportaban una densidad a la cual pod¨ªan desarrollarse otro tipo de ideas. En la juventud tuve una serie de curiosidades relacionadas con eso, v¨ªnculos entre literatura, cuerpo y fotograf¨ªa. Pero no ten¨ªa muy claro cu¨¢l era el camino para trabajar en un museo. Tom¨¦ un seminario de fotograf¨ªa en el Centro de la Imagen, ah¨ª conoc¨ª a un conjunto de personas importantes en mi vida, sobre todo un colega artista, la primera persona que me invit¨® a escribir sobre arte, Isaac Torres [artista y urbanista], que tuvo una muestra individual que ten¨ªa que ver con foto y sociolog¨ªa¡±.
¡°El mundo me parec¨ªa extraordinariamente interesante, me interesaba la arquitectura, la antropolog¨ªa, la sociolog¨ªa. Tambi¨¦n escribir. En la medida de mis posibilidades, teniendo que trabajar o estudiar, siempre intent¨¦ darle cabida a esas curiosidades, meterme un poco en documentales con un colega uruguayo, Guillermo Amato. Hice guiones para estos documentales con beca del FONCA, sobre vivienda social, muy caseros, me interesaba la sociolog¨ªa urbana y la antropolog¨ªa visual y me met¨ª en diplomados acerca de eso. Como que en mi vida, de los veinte a los 35 a?os, ten¨ªa un mundo muy rico en t¨¦rminos de todo lo que me interesaba¡±, dice.
Escribir¨ªa de arte, arquitectura, urbanismo, fotograf¨ªa, danza y poemas en las p¨¢ginas de La Tempestad, Arquine, Domus, entre otras publicaciones. La literatura la sigui¨® rondando, tom¨® talleres con Cristina Rivera Garza, Roc¨ªo Cer¨®n, Hern¨¢n Bravo Varela. Confiesa que intent¨® entrar a la Fundaci¨®n de las Letras Mexicanas para emprender tambi¨¦n una carrera de escritora, pero no lo logr¨®. Fue programadora y coordinadora del festival de poes¨ªa Enclave. La lista sigue. Ella repasa su quehacer profesional, de una disciplina a otra, y entonces se detiene:
¡°Estaba haciendo demasiadas cosas, en un momento dado tuve que ir dejando. Y cuando entr¨¦ al MUAC, todav¨ªa hicimos dos ediciones de Enclave, hasta que ya no fue posible para m¨ª. Tom¨¦ la decisi¨®n de concentrarme y decir esto [el arte] es lo que quiero para mi vida. Para m¨ª los objetivos no es ¡®quiero lograr este puesto¡¯, los objetivos que ten¨ªa eran ¡®quiero escribir tantos art¨ªculos este a?o¡¯, ¡®quiero escribir, quiero curar en el futuro una exposici¨®n de este artista¡¯. ¡®Voy a aplicar a tantos proyectos para hacer una exposici¨®n por fuera y ampliar mi red de trabajo¡¯. En esos ocho a?os en el MUAC s¨ª estuve dedicada a cumplir los objetivos que me trac¨¦¡±.
Admiraci¨®n y rechazo
Es un d¨ªa de junio de 2017. De la Garza toma el micr¨®fono en el Tercer Foro de Museos que se celebra en Guadalajara. Los flashes de las c¨¢maras iluminan su rostro. Para romper el hielo, dice: ¡°Ustedes saben que la curadur¨ªa es un t¨¦rmino que se emplea para cualquier tipo de cosas: curadur¨ªa de vinos, curadur¨ªa de comida, curadur¨ªa de m¨²sica. El t¨¦rmino ¡®programador¡¯ de festivales de artes vivas o festivales de cine ha quedado obsoleto [¡].Todo el tiempo nos encontramos con una mezcla de admiraci¨®n y rechazo hacia la labor de los curadores. Podemos entenderlo sinti¨¦ndonos mal porque la gente no nos comprende, o desde otro punto de vista, el de un fen¨®meno social¡±.
Es 2012. Entra al MUAC con el cargo de curadora asociada. ¡°Es en este espacio donde desarroll¨® su carrera, con muchos proyectos paralelos, ah¨ª fue donde hizo su despliegue, la instituci¨®n en la que creci¨® y termin¨® dirigiendo. Fue un espacio importante para ella como para muchas de nosotras, que nos hemos formado ah¨ª¡±, dice Helena Ch¨¢vez Mac Gregor, curadora e investigadora del Instituto de Investigaciones Est¨¦ticas. La recuerda trabajando en proyectos que ten¨ªan que ver con cine y documentaci¨®n, llevando las exposiciones de Jonas Mekas (2013), Harun Faroki (2014), Jeremy Deller. (2015), que exploran la imagen-movimiento desde el campo art¨ªstico.
Es 2014. Ver¨®nica Gerber interviene los muros del museo para la exposici¨®n Los hablantes, las curadoras asignadas fueron De la Garza y Cecilia Delgado Masse. ¡°Amanda me contact¨®, me invit¨® a intervenir los muros, cualquier recoveco que no fuera un espacio de exhibici¨®n¡±, recuerda. Gerber acababa de escribir un libro, le mostr¨® los dibujos que hab¨ªan nacido de ese proyecto y le cont¨® que ten¨ªa ganas de hacer algo sobre los diagramas de Venn, el blanco y negro, en un ensayo visual. ¡°Amanda trabaja mano a mano, las pr¨¢cticas dialogan y se acompa?an desde un lugar profundo. El proceso fue revelador, sensible, inteligente. Recuerdo estar sentadas revisando mis cuadernos y escucharla decir que mis dibujos se estaban desprendiendo de ese libro para convertirse en otra cosa m¨¢s. Suena peque?o pero fue un proceso importante, la capacidad de se?alar en el momento exacto que hay un proceso transform¨¢ndose¡±, dice.
Es 2015. M¨¢s de cien voluntarios caminan entre la Biblioteca Nacional y el MUAC, a una distancia de 200 metros, en Ciudad Universitaria. Eligen un libro de poes¨ªa y regresan al museo, a una sala, donde hay una mesa con una m¨¢quina de escribir, y teclean las frases que recuerdan. Es una pieza de Jorge M¨¦ndez Blake, invitado a explorar la cercan¨ªa entre la biblioteca y el museo. La curadur¨ªa estuvo a cargo de De la Garza y Alejandra Labastida. ¡°Lo interesante fue trabajar con una visi¨®n expandida de lo que puede ser el museo. Las curadoras trabajaron en la negociaci¨®n con la Biblioteca, fueron fundamental para llevar m¨¢s all¨¢ los l¨ªmites tradicionales del museo. Y expandir est¨¢ visi¨®n del curador, como un negociador¡±, dice M¨¦ndez Blake.
Vida fuera de la instituci¨®n
En la pared hay dos cuadros de Pablo Helguera que pertenecen a la serie Artoons. Uno tiene la provocadora frase: ¡°What gets lost when one becomes institutionalized?¡±. Amanda de la Garza, con un vestido ligero claro, por la ola de calor que se anunci¨® para estos ¨²ltimos d¨ªas de febrero, explica el cuadro.
¡°Pablo Helguera es un artista mexicano que lleva a?os viviendo en Nueva York. En esta serie tiene frases que ¨¦l va anotando de lo que se dice en las reuniones de trabajo. Me gust¨® mucho esa frase, ponerla aqu¨ª, en la oficina de la direcci¨®n, pensando en qu¨¦ es lo que se pierde cuando uno asume un rol institucional, una voz institucional. [Para] entender que hay procesos en el ecosistema de la cultura en los que es importante que ocurran muchas cosas fuera de los museos. Que haya una escena independiente fuerte. Producto de la necesidad de tener otro tipos de procesos m¨¢s d¨²ctiles, frescos, contestatarios, que hay un mundo que ocurre afuera de la instituci¨®n¡±.
De la Garza dice que es urgente un cambio en las instituciones, que se repiense la relaci¨®n con los espacios independientes, las comunidades art¨ªsticas y c¨®mo se establece la vinculaci¨®n con otro tipo de di¨¢logos que beneficie al ecosistema cultural. ¡°Puse est¨¢ frase para acordarme de que existe vida fuera de la instituci¨®n¡±.
Despu¨¦s de Colectivo Cherani (2021), que convoc¨® a artistas de la comunidad pur¨¦pecha; de Maternar (2022), una exposici¨®n de c¨®mo el arte ha revisado las formas sociales en las que se configura la maternidad ¡ªy que gener¨® una jornada de conversatorios¡ª; de Giro gr¨¢fico (2022), un encuentro de bordadoras, representantes de colectivos relacionados a las desapariciones; de Luchadoras (2023), que recaba la historia de las mujeres en la lucha libre y que lleg¨® a la Fundaci¨®n Casa de M¨¦xico en Espa?a; y de las piezas de Nuria G¨¹ell, sobre la trata de personas, que deton¨® un coloquio con especialistas, Amanda de la Garza asegura que pudo conectar al museo con el tiempo presente. ¡°Una instituci¨®n si no es capaz de entender hacia donde se est¨¢ moviendo, si no es capaz de hacer preguntas futuras, es dif¨ªcil que tenga relevancia¡±.
Ahora mira el camino recorrido. ¡°Los retos que enfrent¨¦ al asumir la direcci¨®n [del MUAC] fue adoptar una posici¨®n respecto a c¨®mo se puede ejercer el poder de manera distinta [¡]. En este momento tan relevante de transformaci¨®n social, las mujeres que accedemos a puestos de liderazgo, en cabezas de instituciones, nos tenemos que preguntar c¨®mo queremos ejercer ese liderazgo. De una forma patriarcal o no. Abrir otras posibilidades o ir aprendiendo c¨®mo hacerlo de otra manera, porque nadie sabe c¨®mo hacerlo de facto¡±. Y antes de terminar la entrevista, agrega una cosa m¨¢s:
¡°En M¨¦xico, un pa¨ªs con profundas desigualdades, con enormes problemas de racismo y clasismo, una mujer, que estudi¨® en universidades p¨²blicas, morena, que proviene de una familia de profesionistas, que no viene de las clases altas, qu¨¦ significa en t¨¦rminos de lo que pueda aportar a una instituci¨®n. Me refiero a c¨®mo una posici¨®n de liderazgo tiene que traducirse en una reflexi¨®n sobre el poder y sobre lo que posibilita el arte¡±.
?Como ser¨¢ el ¨²ltimo d¨ªa en el MUAC antes de partir al Reina Sof¨ªa? ¡°Emotivo. Est¨¢ oficina va a estar vac¨ªa de mis objetos y afectos. Y probablemente esa foto [la del staff] deje de estar aqu¨ª. Va a ser un d¨ªa emotivo. De agradecimiento a mi equipo, al MUAC, a la UNAM. S¨ª, va ser un d¨ªa importante en mi vida¡±.
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