El plan para proteger a los m¨¢s vulnerables de Mexicali, una de las ciudades m¨¢s calientes del mundo

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Dentro de una piscina hinchable, tres ni?os se echan agua con una manguera. Al lado, un beb¨¦ de nueve meses est¨¢ metido en una cubeta. Su madre lo est¨¢ ba?ando para que se refresque. Aunque ya es media tarde, el ambiente es pegajoso y la temperatura ronda los 44 ?C en este gran patio de cemento resguardado del sol por un toldo. Carmen, la madre, dice que la semana pasada fue insoportable. Originaria del Estado Michoac¨¢n, M¨¦xico, ella vive temporalmente junto a su hijo y otras decenas de personas en este antiguo motel convertido en albergue que se llama Cobina Posada del Migrante. En la fronteriza Mexicali, capital del Estado de Baja California, esperan a que les den cita para pedir asilo en Estados Unidos y poder as¨ª cruzar la frontera.

Seg¨²n los datos de Protecci¨®n Civil de Mexicali, el 8 de julio pasado la temperatura subi¨® por encima de los 52?C, la m¨¢s elevada para ese mes desde que se tiene registro. En total, fue durante cuatro d¨ªas consecutivos la ciudad m¨¢s caliente de todo M¨¦xico. Esa situaci¨®n extrema ya se ha cobrado la vida de 37 personas. Por eso, el pasado martes 6 de agosto las autoridades activaron por primera vez en la historia una Alerta Epidemiol¨®gica por calor junto con un operativo extraordinario. El a?o pasado, murieron 43 personas.

En Hot Cities, la base de datos que se dedica a monitorear las temperaturas en tiempo real en todas las ciudades del mundo, Mexicali apareci¨® en la primera posici¨®n durante casi todo el mes de julio. Este a?o, seg¨²n reporta el apartado de ciencia de la BBC, la capital de Baja California ocupa el noveno lugar en la lista global de las ciudades m¨¢s c¨¢lidas del planeta, basado en las temperaturas m¨¢s altas hist¨®ricamente registradas.

Altagracia Tamayo, directora del albergue Cobina Posada del Migrante, dice que ah¨ª se han llegado a hospedar hasta 460 personas, pero que ahora solo la planta baja est¨¢ operativa, porque las habitaciones de arriba no tienen refrigeraci¨®n. Para a?adir aires acondicionados, dice, necesitar¨ªan decenas de miles de d¨®lares que no tienen.

Adem¨¢s del albergue, Tamayo lleva d¨¦cadas luchando como activista por los derechos de la comunidad de la diversidad sexual, y tambi¨¦n dirige un centro social donde les da de comer y ofrece revisiones m¨¦dicas. ¡°Aqu¨ª damos 200 platos diarios entre el desayuno y la comida¡±, comenta. Ahora es, adem¨¢s, un punto de hidrataci¨®n, donde proporciona a los colectivos m¨¢s vulnerables, sean migrantes o no, agua y suero, as¨ª como un espacio donde resguardarse de estas temperaturas extremas. El local cuenta con cinco aires acondicionados, pero la activista asegura que no es suficiente.

¡°Este a?o se me ha hecho muy duro. No hay recursos que alcancen. Estoy batallando para estar de pie¡±. Explica que en estas ¨¦pocas tan calientes, en gastos de luz paga entre 15.000 y 20.000 pesos (entre 825 y 1.100 d¨®lares), adem¨¢s de los 9.000 pesos de renta (495 d¨®lares). Y dice que todo se complic¨® desde que ¡°desapareci¨® el fondo de migrantes¡±, un programa gubernamental de ayuda a esta comunidad que, seg¨²n explica, fue reducido cuando entr¨® Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en la presidencia del pa¨ªs, hace seis a?os. Ahora, su organizaci¨®n se financia solo a trav¨¦s de donaciones o por convocatorias de proyectos.

La otra cara de la moneda

Julio, cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad, no ten¨ªa idea de que en Mexicali hac¨ªa este calor. ¡°Es terrible¡±, dice, sentado a la sombra a la hora del almuerzo. Lleg¨® aqu¨ª con su esposa y dos ni?os huyendo del crimen organizado. Esta fue su ¨²ltima opci¨®n. Primero fueron a Monterrey, pero all¨ª les encontraron, y tuvieron que escapar a Michoac¨¢n. Les volvieron a encontrar y se movieron a Tijuana. All¨ª tampoco estaban a salvo y por eso terminaron aqu¨ª, donde de momento s¨ª se sienten seguros. Pero el calor se hace a veces insoportable, sobre todo cuando Julio trabaja descargando cebollas desde las seis y media de la ma?ana hasta las cuatro de la tarde. ¡°La mayor¨ªa de las personas que est¨¢n aqu¨ª salen a trabajar¡±, dice, porque necesitan los ingresos.

Por suerte, ¨¦l est¨¢ hospedado en el Albergue Peregrino, uno de los mayores puntos de hidrataci¨®n de la ciudad y tambi¨¦n uno de los edificios m¨¢s preparados para este clima extremo. A la entrada, una placa anuncia que es ¡°el primer edificio inteligente¡± y que genera energ¨ªa limpia. Una tablet controla todos los abanicos y las luces del lugar. Adem¨¢s, el edificio cuenta con paneles solares que dan energ¨ªa a los 56 aires acondicionados en marcha a diario. ¡°No es un lujo¡±, afirma el director, Aaron G¨®mez. ¡°Es una necesidad¡±.

Todos esos beneficios se los pueden permitir porque, como explica G¨®mez, este es un albergue ¡°municipal, pero recibe ayuda del Estado y del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia nacional (DIF). No es privado, recibe dinero p¨²blico.

En la puerta de entrada del edificio, el hu¨¦sped y voluntario Giovani Ortega, de El Salvador, reparte agua y suero a las personas que van llegando, la mayor¨ªa en situaci¨®n de calle. A su lado, dos enormes aparatos sacan aire para rebajar el calor del ambiente, frente a una zona cubierta con una lona, que resguarda del sol 18 camillas para poder descansar ah¨ª.

Juan Hern¨¢ndez hace cola all¨ª para pedir una de esas aguas y un paquete de suero. ?l es de Chiapas y lleva tres meses en Mexicali, viviendo en la calle y esperando para cruzar a EE UU. Ahora no es buen momento. En sus palabras, cruzar de manera irregular por el desierto es una locura. ¡°Con este calor ah¨ª s¨ª te quedas tirado y nadie te auxilia. Mejor vale m¨¢s esperar el fr¨ªo y se va uno con calma¡±. Mientras tanto, va sobrellevando las altas temperaturas: ¡°No estaba acostumbrado. En Chiapas era calor enero y febrero, y m¨¢s calor que aqu¨ª. Pero all¨¢ hay arroyos donde ba?arse, hay r¨ªos que corren. Aqu¨ª, ?donde se va uno a ba?ar? El canal est¨¢ todo sucio¡±.

La respuesta de emergencia

Como el Albergue Peregrino, o el centro social de Tamayo, hay 88 puntos de hidrataci¨®n repartidos por toda la ciudad que son gestionados por la municipalidad. Estos incluyen albergues, comedores comunitarios y hasta tiendas Oxxo. En esos lugares se han repartido m¨¢s de 18.700 kits hidratantes, que consisten en agua y sueros. A esos se a?aden los dos puntos de la Secretar¨ªa de Salud de Baja California, que cuenta tambi¨¦n con m¨¢s de 300 casas de hidrataci¨®n donde las personas voluntarias, apoyadas por auxiliares comunitarias, ofrecen sus hogares para dar ese servicio a los colectivos vulnerables. En total, estos sitios ya han atendido a cerca de 80.000 personas.

Adem¨¢s, desde hace 19 a?os, Protecci¨®n Civil pone en marcha lo que llaman Operativo Golpe de Calor, que consiste en abrir los edificios p¨²blicos refrigerados de las 11 de la ma?ana a las 6 de la tarde. Ren¨¦ Salvador Rosado, director de Protecci¨®n Civil de Mexicali, comenta que el operativo se puso en marcha en 2005 porque ese a?o, en menos de 10 d¨ªas, en Mexicali fallecieron 37 personas y se alcanz¨® una temperatura r¨¦cord de 50,1?C, sin que la ciudad contara con ning¨²n plan para paliar esa tragedia.

Salvador tambi¨¦n explica que en los ¨²ltimos 30 a?os el calor extremo ha aumentado ¡°debido a los cambios clim¨¢ticos. Empezaron las altas temperaturas por encima de 45 grados cent¨ªgrados desde la tercera semana del mes de mayo¡±, y se registr¨® el primer fallecimiento el pasado 30 de mayo. Normalmente las altas temperaturas suelen darse a finales de julio y durante agosto.

A?ade que esas condiciones extremas afectan ¡°sobre todo a personas que viven en condici¨®n de calle, pero tambi¨¦n, por ser una ciudad fronteriza, fallecen migrantes que vienen de otros pa¨ªses o provienen de otras entidades de M¨¦xico donde los veranos no son tan calurosos. Al llegar a estas tierras, naturalmente se ven afectados en su salud¡±.

Un acuerdo comunitario

M¨¢s innovaci¨®n e imaginaci¨®n. Eso es lo que le har¨ªa falta a Mexicali. As¨ª lo ve la doctora Gabriela Mu?oz, profesora investigadora del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colegio de la Frontera Norte (Colef), y especialista en Complejidad Ambiental: ¡°Las estructuras, las piezas, est¨¢n ah¨ª, hay que unirlas¡±. Porque en esta ciudad, por su condici¨®n geogr¨¢fica, siempre va a haber un clima extremo. Por eso, adem¨¢s de atender las emergencias, se necesitan medidas integrales. Seg¨²n esta investigadora, lo m¨¢s necesario para hacer de Mexicali una ciudad resiliente ser¨ªa ¡°un acuerdo comunitario¡±. Porque seg¨²n ella, ¡°se da todo el deterioro ambiental por el enorme ego¨ªsmo¡± y, para cambiar eso, se requieren otros ¡°patrones de producci¨®n y de consumo¡±.

A nivel de medidas estructurales espec¨ªficas, Manuel Zamora, director de Protecci¨®n al Ambiente del Gobierno de Mexicali, apunta a dos principales. Una de ellas es reverdecer la ciudad. Los estudios de medioambiente de Mexicali demuestran que donde no hay ¨¢rboles, las temperaturas sobre el suelo pueden subir a m¨¢s de 50?C. En cambio, a escasos metros, si hay un ¨¢rbol, ¡°la temperatura baja considerablemente casi 15¡ãC¡±, explica. Dado que este clima puede ser mortal para muchas especies, los especialistas est¨¢n empleando plantas nativas: ¡°Hemos venido promoviendo el uso de la planta mezquite, que es un ¨¢rbol. De igual manera, estamos trabajando el tema de un ¨¢rbol que se llama palo verde y que tambi¨¦n aporta estos servicios ambientales¡±. Sin embargo, Zamora asume que para acabar de apuntalar estos cambios se necesitan avances a nivel normativo, algo que todav¨ªa no est¨¢ implementado.

La otra medida es construir de una forma m¨¢s consciente. El especialista comenta que se necesitan avances legislativos en materia de planificaci¨®n urban¨ªstica y construcci¨®n: ¡°Nos hemos percatado que teniendo una casa o comercio bien aislado, bajan los costos de la energ¨ªa el¨¦ctrica. Tambi¨¦n necesitamos trabajar con el sector que tiene que ver con la planificaci¨®n, la arquitectura, la ingenier¨ªa y el ramo de la construcci¨®n, en general, para poder mejorar el tipo de materiales¡±. Hay que dejar de lado el concreto, especifica, ya que, aunque sea m¨¢s barato no funciona bien a nivel aislante. Hay que apostar por otros materiales.