La nueva vida del lago de Texcoco
El parque ecol¨®gico, uno de los pulmones verdes del valle de M¨¦xico, inaugurado donde iba a operar el aeropuerto de Enrique Pe?a Nieto, recibe unos 3.500 visitantes por fin de semana a dos meses de su apertura
Cuando la secretaria particular del presidente electo Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador llam¨® por tel¨¦fono a I?aki Echeverr¨ªa era mediados de 2018. El arquitecto estaba dando clases en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, y tard¨® un momento en creerlo. Llevaba una d¨¦cada lanzando propuestas para restaurar el lago de Texcoco sin mucho ¨¦xito y finalmente hab¨ªa conseguido que un mandatario a punto de tomar posesi¨®n quisiera escuchar su idea. Vol¨® esa misma semana a M¨¦xico para encontrarse con L¨®pez Obrador, quien revis¨® su estrategia y le invit¨® a formar parte del Gobierno federal. Pod¨ªa cumplir su sue?o pero ten¨ªa que hacerlo como parte de la Administraci¨®n. No hab¨ªa sido nunca funcionario p¨²blico y pidi¨® entonces 24 horas para pens¨¢rselo. La solicitud, que resultar¨ªa ex¨®tica para muchos, acab¨® siendo comidilla de las bromas del presidente en las reuniones del Gabinete de Infraestructura tiempo despu¨¦s, tras haber aceptado el encargo.
Echeverr¨ªa lleva ya seis a?os al frente de la direcci¨®n del Parque Ecol¨®gico Lago de Texcoco. Los primeros dos casi no pudieron hacer nada en gran parte del territorio, que abarca unas 14.000 hect¨¢reas. La mayor¨ªa se encontraba vallado y no pod¨ªan tocarlo porque all¨ª, donde a?os antes se hab¨ªa pensado construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de M¨¦xico, la justicia hab¨ªa paralizado todo a causa de una cataratas de amparos que surgieron con la cancelaci¨®n de la obra. Con el tiempo, el equipo del arquitecto logr¨® entrar y comenz¨® a trabajar en la restauraci¨®n del sitio. El pasado 30 de agosto, en la recta final del sexenio, inaugur¨® la obra, uno de los parques urbanos m¨¢s grandes del mundo, de la mano del presidente y su sucesora, Claudia Sheinbaum, quien le invit¨® a quedarse a cargo del proyecto en los pr¨®ximos a?os.
El lago de Texcoco forma parte de la cuenca lacustre del Valle de M¨¦xico junto a otros cuatro: Zumpango, Xaltocan, Xochimilco y Chalco. Ubicados en el nororiente del Estado de M¨¦xico, una de las zonas m¨¢s pobres de la entidad, representan uno de los puntos verdes m¨¢s importantes para la capital del pa¨ªs y todo lo que la rodea. Refugio de 250 especies de flora y 370 de fauna, principalmente aves de todo tipo y color, el sistema de lagunas y humedales es un pulm¨®n para la conservaci¨®n de la biodiversidad del valle y la regulaci¨®n t¨¦rmica de una zona metropolitana sumergida en contaminaci¨®n. Durante siglos, espa?oles y mexicanos han intentado desecar ese lago, por ignorancia o con intenciones urban¨ªsticas, pero el agua siempre vuelve a tomar lo que era suyo.
Reflejo de eso es el camino que ha hecho el agua en el parque. Poco a poco, con la recuperaci¨®n paulatina de la cuenca, el l¨ªquido ha vuelto a ocupar decenas de hect¨¢reas que hab¨ªa abandonado. Los canales que se construyeron hace m¨¢s de un siglo para sacar el agua ¡ªbajo la err¨®nea idea de que as¨ª evitar¨ªan inundaciones en Ciudad de M¨¦xico¡ª permanecen all¨ª, como testigos del avance de las lagunas. Como tambi¨¦n las ruinas del proyecto aeroportuario que comenz¨® a levantarse en el sexenio de Enrique Pe?a Nieto, una base de concreto para una torre de control que nunca fue, el piso de cemento del que hubiese sido el edificio central, o la mezcla de tezontle y basalto que se dej¨® para compactar kil¨®metros de tierra sobre la que se pensaban las pistas de aterrizaje.
Sobre las matas que se abren paso en el agua, decenas de garzas reposaban la ma?ana de este jueves. A pocos metros, un nutrido grupo de patos nadaba a gusto cuando el sol a¨²n no calentaba. ¡°No hab¨ªa visto tantos animales¡±, comentaba un trabajador del equipo de Echeverr¨ªa. El reacondicionamiento de las lagunas y el regreso del agua al paisaje que sol¨ªa verse des¨¦rtico es ahora tierra f¨¦rtil para que aniden las especies, como el pato mexicano, el chorlo nevado o el playerito occidental. En apenas 50 metros de recorrido por el parque sobrevuelan majestuosas dos ¨¢guilas. Recuperar el espacio ha sido ¡°trascendental para el futuro del Valle de M¨¦xico¡±, dice Echeverr¨ªa, que califica el proyecto como un asunto ¡°de justicia social y ambiental¡±.
¡°En el contexto de cambio clim¨¢tico se inserta como una pieza clave del sistema hidrol¨®gico del Valle de M¨¦xico para garantizar el futuro los pr¨®ximos 80 o 100 a?os¡±, comenta. Una parte del parque ahora se divide en secciones a trav¨¦s de unos caminos elevados hechos de tierra, que en medio forman una especie de albercas de agua, creadas para ir acumulando el l¨ªquido por ¨¢reas y recuperando la espesura de a poco. ¡°M¨¢s que enfocarse en una imagen final, como suele ser la arquitectura, fue una cosa de l¨®gica territorial, donde se trataba m¨¢s de una estrategia maestra, en lugar de un plan maestro¡±, dice el arquitecto sobre el programa que present¨® aquel 2018 a L¨®pez Obrador. ¡°No se trata de dise?ar todo lo que va a haber en medio de todos esos andadores, vamos a dise?ar la infraestructura que permite que las cosas sucedan y vamos a dejar que sucedan, con un cierto grado de incertidumbre¡±.
De momento en el parque hay unas 270 hect¨¢reas de infraestructura deportiva, que incluyen canchas de baloncesto, voleibol, f¨²tbol, f¨²tbol americano, una enorme pista de skate, y un imponente campo para el juego de pelota mesoamericano. Un museo, oficinas, una decena de miradores e infraestructura para recorrer el espacio, que tiene el tama?o de 17 bosques de Chapultepec, ya sea en bicicleta o en transporte p¨²blico, a trav¨¦s de unos buses el¨¦ctrico para no contaminar. Todo atravesado por la obra del aeropuerto, que lleg¨® a concluirse en un 20%, seg¨²n dijeron las autoridades entonces.
Unos puentes, kil¨®metros de vallas y algunas carreteras que son ahora reutilizadas por el parque, se entremezclan con estacionamientos y nuevos paradores, que reciben actualmente unas 3.500 personas cada fin de semana ¡ªde momento solo abren viernes, s¨¢bados y domingos¡ª. Cuando Echeverr¨ªa lleg¨® en 2018 al lago de Texcoco se encontr¨® con una ¡°gran destrucci¨®n¡± dentro de la zona vallada. ¡°Esta cosa que sorprende de la ingenier¨ªa, de la capacidad que tiene de hacer cosas, pero por el otro lado, la capacidad que tiene de destruir¡±. Para conseguir la aprobaci¨®n de la gente a la obra del aeropuerto, Echeverr¨ªa asegura que construyeron una narrativa de que all¨ª, en ese pulm¨®n verde del ¨¢rea metropolitana, no hab¨ªa nada. ¡°Yo conoc¨ªa este lugar y hab¨ªa muchas zonas que eran muy lindas. Eso de que no hab¨ªa nada era una ret¨®rica enfocada a justificar la destrucci¨®n¡±.
Las edificaciones que se erigen ahora est¨¢n hechas en su mayor¨ªa de madera y chapa, para evitar que el peso del concreto hunda la obra m¨¢s r¨¢pido de lo previsto. En algunas partes ya reportan el hundimiento de la tierra en 70 cent¨ªmetros por a?o. Al final, todo reposa sobre un lago y la estabilidad es relativa. Una vez resuelta la pol¨¦mica judicial por el aeropuerto, el Gobierno de L¨®pez Obrador nombr¨® la zona como ¨¢rea natural protegida, lo que mat¨® todas posibilidades de desarrollos urban¨ªsticos o explotaciones mineras. Otorg¨® adem¨¢s unos 5.500 millones de pesos para reforestar y levantar unas obras m¨¢s amigables con el entorno y crear as¨ª un destino tur¨ªstico a 45 minutos de la ciudad.
Aquellas hect¨¢reas de humedales, que se hubiesen perdido con la mega obra del aer¨®dromo, capturan unas 1,4 millones de toneladas de carbono al a?o, seg¨²n los c¨¢lculos del propio parque. ¡°Construir el aeropuerto hubiese significado la destrucci¨®n de la ¨²ltima reserva territorial que existe en el Valle de M¨¦xico con posibilidad de restaurarse, hubiera implicado la urbanizaci¨®n del resto de la microcuenca, el ¨²ltimo clavo en el ata¨²d del lago de Texcoco¡±, lanza el arquitecto, como una lectura de lo que hubiese pasado si aquella construcci¨®n no se paraba. ¡°Ahorita cuanto menos se mantiene viva la posibilidad de mejorar las condiciones del Valle de M¨¦xico y de la relaci¨®n de la metr¨®polis con su entorno¡±.
El aeropuerto se pod¨ªa construir en cualquier sitio, pero al lago no se lo pod¨ªa mover, defiende el director del proyecto. Texcoco, sin embargo, es el primer paso de una larga lista que acumula la restauraci¨®n y protecci¨®n del medio ambiente en la regi¨®n. La ciudad pasa largos meses de sequ¨ªa cada a?o, cuando no se inunda por las intensas lluvias y desbordamiento de r¨ªos. El Gobierno capitalino, encabezado por Clara Brugada, ha prometido atacar el problema del agua con un programa que busca garantizar la recarga del manto acu¨ªfero y el cuidado del Bosque de Agua, un corredor forestal que pasa por Morelos, Estado de M¨¦xico y la ciudad, y que resulta un actor fundamental en la provisi¨®n de agua.
¡°Lo primero que hay que hacer es evitar que se siga voraginando, no dimensionamos la gravedad de acabar con nuestras zonas de recarga y zonas vitales para la biodiversidad y el control de calor¡±, se?ala Echeverr¨ªa. Al lago de Texcoco deber¨¢n integrarlo con otros proyectos, asegura el arquitecto, que incluyan al resto de la cuenca y el Estado de Hidalgo. ¡°No creo que Texcoco vaya a ser la soluci¨®n del Valle de M¨¦xico, tienen que hacerse muchas cosas, como cuidar los bosques de agua, sanear los r¨ªos, mejorar los sistemas de cultivo, porque atacando de manera multilateral se pueden resolver problemas m¨¢s profundos y dif¨ªciles¡±.