Yo s¨¦ qui¨¦n soy
Para milagro de primavera lectora del Quijote, la librer¨ªa P¨¦rgamo ha sido rescatada de su cierre intranquilo por un quijotesco empresario mexicano
Al despertar una ma?ana, luego de un sue?o intranquilo, Alonso Quijada o Quejana se despierta ¨Cno convertido en un monstruoso insecto¡ªsino sabi¨¦ndose Don Quijote de la Mancha, luego de su primera salida a solas. A partir de ese despertar ha de buscar alianza y complicidad en Sancho Panza y volver¨¢ a cruzar los campos de Montiel con la enrevesada idea de ser ya Caballero de la Triste Figura y nadie m¨¢s. D¨ªas antes, al quedar molido en la cuneta de su primera salida, un vecino de ese lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, lo l...
Al despertar una ma?ana, luego de un sue?o intranquilo, Alonso Quijada o Quejana se despierta ¨Cno convertido en un monstruoso insecto¡ªsino sabi¨¦ndose Don Quijote de la Mancha, luego de su primera salida a solas. A partir de ese despertar ha de buscar alianza y complicidad en Sancho Panza y volver¨¢ a cruzar los campos de Montiel con la enrevesada idea de ser ya Caballero de la Triste Figura y nadie m¨¢s. D¨ªas antes, al quedar molido en la cuneta de su primera salida, un vecino de ese lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, lo levanta del sue?o ¨Cdigo, suelo¡ªasegurando conocerlo; se abre el tel¨®n y Quijote ¨Caunque maltrecho y ferido¡ªle espeta a su vecino Pedro Alonso ese ¡°?Yo s¨¦ qui¨¦n soy!¡± Que deber¨ªamos repetir todas las madrugadas los lectores de veras, desfacedores de entuertos e injustamente tildados de locura por ser nom¨¢s feridos de amor o de ausencias.
Quijote le grita a Pedro Alonso no solo que ¨¦l se sabe Quijote de la Mancha y no su vecino Quesana o c¨®mo sea que quiera llamarle, sino adem¨¢s delira en verdad inform¨¢ndole que ¨¦l ¨Cese vecino¡ªno es tal sino nada menos que Marqu¨¦s de Mantua, personaje teatral aparecido a la vera de la cuneta y que juntos escenifican un sue?o de candilejas¡ quiz¨¢ porque la sana locura de Quijote lo infla de saberse le¨ªdo y por ende, habitante de todo lo que ha le¨ªdo para as¨ª convertirse precisamente en lo que ha le¨ªdo todas las madrugadas de su maravilla vida.
Pedro Alonso cumple su deber de vecino samaritano y lleva de vuelta a la aldea al abatido caballero que cae profundamente molido y dormido qui¨¦nsabecuantas horas. Las que sirven para que Cura y Barbero hagan criba de sus libros, hoguera y quemadera de qui¨¦nsabecu¨¢ntos vol¨²menes como entra?as o sesos del caballero dormido y adem¨¢s¡ la biblioteca de ese hombre ya inmortal ha de tapiarse a cal y canto por orden, empe?o y gracia de su criada y sobrina. As¨ª que dec¨ªamos: al despertar de un sue?o intranquilo, Don Quijote se descubre ac¨¦falo y desalmado. Le han tapiado los sesos y su memoria, la mente y su imaginaci¨®n y r¨¢pidamente entiende que es maldici¨®n de encantadores y mala sa?a de brujos, que va contra natura desaparecer una biblioteca y que ha de salir una y otra y todas las veces posibles por esos caminos del mundo para contrariar ese insulto.
De eso sabemos quienes hemos tenido que abandonar nuestros libros por mudanza de divorcios o por estulticia dolorosa; de eso sabemos quienes hemos tenido que dejar al otro lado del mar los vol¨²menes m¨¢s entra?ables, los tomos firmados y los textos subrayados y hemos de intentar resarcir en cada vista del espejo la l¨ªnea exacta donde un autor pareci¨® retratarnos o el verso intacto donde un poeta prefigur¨® el primer beso, siempre el primero¡ y algo similar se respiraba en Madrid con el anuncio de hace unos meses sobre el cierre de la entra?able librer¨ªa y papeler¨ªa P¨¦rgamo, que las hermanas Serrano viv¨ªan como velorio.
Para milagro de primavera lectora del Quijote, la librer¨ªa P¨¦rgamo ha sido rescatada de su cierre intranquilo por un quijotesco empresario mexicano y Sancho, que escribe estas l¨ªneas para anunciarse librero a partir la pr¨®xima reapertura. Se ha destapiado una arteria del coraz¨®n de Madrid y se confirma que lo ¨²nico que nos salva est¨¢ en los libros, que las papeler¨ªas deber¨ªan elevarse al rango de farmacias de urgencia y que de tanta historia que se ha acumulado sobre centenarios estantes de cerezo y tanta libresca dignidad que han heredado y custodiado las hermanas Serrano en pergamino como local han de alimentar ¨Cpor lo menos¡ªlos p¨¢rrafos para la pr¨®xima columna¡ seguir¨¦ informando, pues ya s¨¦ qui¨¦n soy.
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