Conmemorar a los desaparecidos
La sombra del propuesto ahuehuete no alcanza a cubrir todos los dramas y desgracias de que est芍 llena gran parte de la presente vida nacional
La etimolog赤a de la palabra conmemorar es evocativa. Implica un llamado a poner a algo o a alguien en la mente. Habr芍 quien lo haga para celebrar o quien lo haga para recordar. Que se haga sobre personas propias y cercanas, o distantes pero significativas. Distintas sociedades e individuos han tenido y tienen razones diferenciadas para darle presencia a quienes ya no est芍n con ellos. En grandes episodios humanos, la conmemoraci車n adquiere sentido colectivo. Los monumentos, panteones o plazas dedicados a las guerras, sus muertos y sus destrucciones, forman parte de la cotidianeidad de ciudades ...
La etimolog赤a de la palabra conmemorar es evocativa. Implica un llamado a poner a algo o a alguien en la mente. Habr芍 quien lo haga para celebrar o quien lo haga para recordar. Que se haga sobre personas propias y cercanas, o distantes pero significativas. Distintas sociedades e individuos han tenido y tienen razones diferenciadas para darle presencia a quienes ya no est芍n con ellos. En grandes episodios humanos, la conmemoraci車n adquiere sentido colectivo. Los monumentos, panteones o plazas dedicados a las guerras, sus muertos y sus destrucciones, forman parte de la cotidianeidad de ciudades y pueblos. Tambi谷n las estatuas, bustos o calles nombradas por un h谷roe singular, tenido como libertador o h谷roe militar o civil. Los monumentos levantados o los reconocimientos materiales establecidos son s赤mbolos de lo ya hecho, pero, sobre todo, intentos para preservar en las memorias individuales o colectivas el valor de lo aportado o la significaci車n de lo vivido.
Una de las m芍s importantes v赤as de la Ciudad de M谷xico quiere conmemorar la gesta civil de la Reforma. De ese momento crucial de la formaci車n de la mexicanidad. De un tiempo en el que los poderes tenidos como leg赤timos lograron la separaci車n entre el Estado y la iglesia, definieron un modelo de gobierno estable y reafirmaron al federalismo como forma de organizaci車n territorial. En el paseo que lleva su nombre est芍n asentados, a su vez, algunos de los monumentos que conmemoran otros aspectos de nuestro pasado. Avanzar despacio por el Paseo de la Reforma para mirar sus monumentos y edificios antiguos permite identificar muchos de los componentes materiales que, simult芍neamente, le dan sustento y expresan una parte de la mitolog赤a nacional. De todos esos s赤mbolos con los que se conforma la narrativa del proceso hist車rico que los mexicanos hemos tenido que vivir para estar donde hoy estamos. Pero hay m芍s.
Caminar por el Paseo de la Reforma es, tambi谷n, un abierto se?alamiento de lo que aspiramos a ser. Algunos de los s赤mbolos de la modernidad que actualmente pretendemos alcanzar, est芍n ah赤 bien representados. Arquitecturas disruptivas, instituciones poderosas, embajadas imprescindibles o comercios globales, se asientan ah赤 no solo para darnos cuenta de lo que en parte ya somos, sino de la posibilidad de desbordar los m芍rgenes de una v赤a acotada hacia el resto del territorio nacional.
De la longitud del Paseo de la Reforma, tomo un tramo. El que va de la Columna de la Independencia y nos recuerda nuestra gesta hist車rica fundacional, al monumento dedicado a Cuauht谷moc y nos habla de la heroicidad de nuestros 迆ltimos guerreros aut車ctonos. Ambas construcciones le dan sentido a un instante particular de la vida nacional por el momento en que fueron inaugurados. El porfirismo se apropi車 de ellos para presentarse a s赤 mismo como un componente esencial, pr芍cticamente necesario, de la historia nacional. El tiempo hist車rico cambi車 y ambos monumentos siguieron ah赤. Su significaci車n fue recompuesta. Dejaron de hablarnos de D赤az y comenzaron a hacerlo del priismo. La apropiaci車n fue f芍cil, pues este movimiento se concibi車 a s赤 mismo como una suerte de dial谷ctica cuya 迆ltima fase, la Revoluci車n, superaba las contradicciones del porfiriato. El M谷xico prehisp芍nico y el independiente eran ya etapas del proceso que el nuevo r谷gimen estaba imponiendo b芍sicamente como necesidad hist車rica.
Pr芍cticamente en el medio de esos dos monumentos hab赤a un s赤mbolo de muy distinta naturaleza. Una palma larga y estilizada. Un elemento natural que contrastaba con los granitos y m芍rmoles de las marcas vecinas. La palma muri車 hace unos pocos meses y ello dio vida a una pregunta: ?qu谷 hacer con o en una de las glorietas ic車nicas de la capital del pa赤s? La primera soluci車n gubernamental fue darle continuidad a la narrativa anti-conquista que meses antes hab赤a comenzado a construirse. Si la noche victoriosa de los ind赤genas mexicanos frente a sus conquistadores se hab赤a sintetizado bajo las penumbras de un ahuehuete, este 芍rbol magn赤fico deb赤a sustituir por derecho propio a la extinta palma.
La idea no parec赤a inadecuada. El nuevo componente bot芍nico ser赤a una muestra m芍s del rechazo a la colonizaci車n, tal como hab赤a sucedido meses atr芍s con el retiro de la estatua de Crist車bal Col車n en la misma v赤a. Un ahuehuete y una mujer ind赤gena podr赤an ser la base f赤sica de la narrativa nacional que la llamada ※cuarta transformaci車n§ estaba tratando de imponer. Una manera de ajustar la vieja dial谷ctica nacional independencia-reforma-revoluci車n con una fase previa de negaci車n de lo extranjero en aras de lo aut谷nticamente nacional. En la l車gica gubernamental, parec赤a razonable que las autoridades determinaran el destino de un espacio p迆blico visible y transitado por la confluencia del M谷xico por recuperar y del M谷xico por construir, a fin de simbolizarlo con el 芍rbol de la noche en la que los extranjeros fueron vencidos.
Dado el car芍cter p迆blico del espacio, desde la sociedad surgi車 una alternativa para su ocupaci車n y caracterizaci車n. El vac赤o que dejaba la palma centenaria deb赤a llenarse con las ausencias de las personas desaparecidas. Con los rostros de quienes no aparecen por la acci車n del Estado o de las delincuencias. Con las fotograf赤as u otros elementos de memoria de quienes no est芍n. La vieja glorieta de la palma deb赤a transformarse en un sitio de y para la conmemoraci車n. Un lugar f赤sico que imponga la necesidad de hacer presentes, de imponer en la mente, a quienes est芍n desaparecidos.
Las dos opciones han dado lugar a una disputa. Desde luego por el espacio, pero, sobre todo, por su significado. Para el gobierno, una demostraci車n del ejercicio del poder. La posibilidad de mandar sobre lo p迆blico para escenificar sobre 谷l la marcha del movimiento pol赤tico del que forma parte. El ahuehuete como reivindicaci車n de una lucha milenaria en la que por fin hay victorias. Para los familiares de los desaparecidos, un espacio de recuerdo, de esperanza, de uni車n entre muchos fragmentos humanos dispersos en las propias tragedias.
Adem芍s de lo simb車lico, hay c芍lculo pol赤tico. ?Qu谷 har赤an los gobiernos federal y de la Ciudad con un visible espacio de intersecci車n de muchos valores y s赤mbolos significados por las ausencias de, por los menos, cien mil personas? ?Qu谷 cuentas podr赤an darse sobre el negro pasado que ahora s赤 va a superarse cuando hay ausencias que ridiculizan las intenciones y las novedades? ?C車mo se enfrentar赤an a un futuro en el que los desaparecidos reclaman en tiempo presente? ?C車mo se administrar赤a un lugar en el que confluyeran ya miles de personas en tanto esposas o hijos que no terminan por saber si son viudas o hu谷rfanos? ?Madres o hermanos provenientes de todo el pa赤s que pueden reunirse y hablar con otros, hasta entonces desconocidos, en un lenguaje com迆n de esperanza o resignaci車n?
La sombra del propuesto ahuehuete no alcanza a cubrir todos los dramas y desgracias de que est芍 llena gran parte de la presente vida nacional. La evocaci車n a una noche victoriosa se desdibuja frente a la tragedia de hoy. La 迆nica manera en la que ese 芍rbol podr赤a tener sentido en un espacio que reclaman para s赤 los desaparecidos y sus familiares, es record芍ndonos que una vez simboliz車 una noche que tambi谷n fue triste. Pero ahora no para conocer el sentimiento de Cort谷s, sino el de miles de mexicanos que no saben nada de familiares y amigos. El ahuehuete debe sembrarse por el gobierno de la Ciudad, para que familias y amigos lo acojan con las fotograf赤as y recuerdos de sus desaparecidos. El 芍rbol que en otros tiempos nos habl車 de una noche triste, debe conmemorar, traer a nuestra mente, y dejar huella de los tristes d赤as que hoy vivimos.
@JRCossio
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