Confinar o confiar
La culpa del pol¨¦mico desconfinamiento que estamos viviendo la tiene Lutero
La culpa del pol¨¦mico desconfinamiento que estamos viviendo la tiene Lutero. Por no haber predicado aqu¨ª hace 500 a?os. Y es que, dentro de Europa, la filosof¨ªa de las pol¨ªticas contra la pandemia obedece a la tradici¨®n religiosa de los pa¨ªses. En los protestantes, los Gobiernos conf¨ªan en sus ciudadanos; en los cat¨®licos, los confinan.
Las naciones m¨¢s protestantes recomiendan qu¨¦ hacer (como en Suecia) o imponen restricciones, pero dejando un cierto margen de libertad a los individuos en la apli...
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La culpa del pol¨¦mico desconfinamiento que estamos viviendo la tiene Lutero. Por no haber predicado aqu¨ª hace 500 a?os. Y es que, dentro de Europa, la filosof¨ªa de las pol¨ªticas contra la pandemia obedece a la tradici¨®n religiosa de los pa¨ªses. En los protestantes, los Gobiernos conf¨ªan en sus ciudadanos; en los cat¨®licos, los confinan.
Las naciones m¨¢s protestantes recomiendan qu¨¦ hacer (como en Suecia) o imponen restricciones, pero dejando un cierto margen de libertad a los individuos en la aplicaci¨®n (como en Alemania). Conf¨ªan en la autorregulaci¨®n: que a los padres no se les ocurrir¨¢ sacar a sus hijos en hora punta por la calle m¨¢s concurrida; y que los deportistas intentar¨¢n guardar distancia al correr.
Por el contrario, Espa?a sigue siendo el pa¨ªs m¨¢s cat¨®lico. El Gobierno cree poco en la autogesti¨®n social. Controla m¨¢s que en otros lugares qui¨¦n puede salir de casa, c¨®mo y para qu¨¦. Los adultos son tratados como ni?os inconscientes y los ni?os, como adultos peligrosos, recluy¨¦ndolos severamente en casa.
Se han publicado m¨¢s de 200 normas excepcionales, que desbordan a juristas y empresarios. Las regulaciones han sido redactadas sin apenas consultar a los agentes sociales y a otras Administraciones. Y, como son muy precisas, las normas requieren continuas rectificaciones, causando inseguridad jur¨ªdica y alimentando nuestro sempiterno problema pol¨ªtico: la desconfianza en las instituciones.
La divergencia entre los pa¨ªses protestantes y los cat¨®licos no estriba en que all¨ª la gente sea de fiar, como nos gusta autoflagelarnos. Justificamos nuestra hiperregulaci¨®n con el t¨®pico ¡°ya, pero es que aqu¨ª, si dejaran libertad, no veas t¨² c¨®mo se aprovechar¨ªa la gente¡±. No es verdad. Si estamos concienciados sobre un problema, los espa?oles actuamos con responsabilidad. Ve a una avenida, parque o supermercado del norte de Europa y no ver¨¢s m¨¢s disciplina que aqu¨ª. La diferencia es que sus Gobiernos tienen fe en sus ciudadanos. Porque confiar en una persona exige depositar fe en ella. Nunca tienes todas las certezas, pero, si eres valiente, conf¨ªas.
El protestantismo tiene mala fama en Espa?a: la derecha cat¨®lica recela del hereje Lutero, y la izquierda atea, de la austeridad luterana. Pero posee una caracter¨ªstica ¡ªla fe en los dem¨¢s¡ª que no es divina, sino la m¨¢s humana de las virtudes. En eso, todos podemos ser protestantes. @VictorLapuente