Mrs. Espa?a somos todas
Cuesta entender por qu¨¦ no empezamos a tratar al feminismo como lo que es, la ciencia capaz de generar igualdad entre los cuerpos
Nunca he conocido a ninguna persona que se considere experta en econom¨ªa por tener mucho o poco dinero en el bolsillo. Es l¨®gico que sea as¨ª en tanto la econom¨ªa es una ciencia y existe un qu¨®rum sobre el hecho de que es preciso ir a la Universidad para ser llamado economista y haber le¨ªdo a Marx para ser considerado marxista.
Con el feminismo sucede justo lo contrario que con la econom¨ªa. En el debate macro ¡ªy a menudo tambi¨¦n en el micro¡ª parece que el hecho de haber nacido con o sin vagina convirtiera a cualquiera en m¨¢s o menos experto en teor¨ªa feminista. Por eso me alegr¨¦ tanto cu...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Nunca he conocido a ninguna persona que se considere experta en econom¨ªa por tener mucho o poco dinero en el bolsillo. Es l¨®gico que sea as¨ª en tanto la econom¨ªa es una ciencia y existe un qu¨®rum sobre el hecho de que es preciso ir a la Universidad para ser llamado economista y haber le¨ªdo a Marx para ser considerado marxista.
Con el feminismo sucede justo lo contrario que con la econom¨ªa. En el debate macro ¡ªy a menudo tambi¨¦n en el micro¡ª parece que el hecho de haber nacido con o sin vagina convirtiera a cualquiera en m¨¢s o menos experto en teor¨ªa feminista. Por eso me alegr¨¦ tanto cuando apareci¨® en este peri¨®dico la tribuna de Clara Serra, ?Qu¨¦ est¨¢ pasando con el feminismo espa?ol? Un texto que aborda y aclara las diferencias entre el feminismo de PSOE y Podemos desde la exposici¨®n y el debate de ideas y anuncia las l¨ªneas de la que ser¨¢ la gran disputa ideol¨®gica de los pr¨®ximos a?os en torno a la identidad, el cuerpo y el poder. Me alegr¨® especialmente que Serra escribiera desde una base te¨®rica sobre el que argumenta y explica despu¨¦s las distintas posiciones. Parece al leerla que fuera necesario estudiar teor¨ªa feminista para hablar con rigor sobre las relaciones entre el cuerpo y el Estado, el cuerpo y el mercado o el cuerpo y el poder. Gracias Clara Serra por citar a Andrea Dworkin, Catherine Mackinnon, Gayle Rubin, Judith Butter, Janice Raymond o Paloma Ur¨ªa, entre otras. Gracias tambi¨¦n por ser radical con este asunto y no me refiero a que seas de Podemos sino a perseguir la ra¨ªz del problema. Ojal¨¢ seas le¨ªda desde la teor¨ªa y no desde la ideolog¨ªa, pens¨¦ al terminar.
E inmediatamente, la tribuna que me hab¨ªa alegrado el d¨ªa, fue la misma que lo oscureci¨®. Porque estoy segura de que su exposici¨®n, como todo texto feminista que se precie habr¨¢ sido le¨ªdo desde la ideolog¨ªa m¨¢s descarnada y despreciado en muchos casos desde el prejuicio m¨¢s iletrado. Habr¨¢ servido para enfadar a las feministas del PSOE, habr¨¢ gustado en ciertos sectores de Podemos y, lo peor de todo, habr¨¢ dejado indiferente a demasiados. Si Clara Serra hubiese publicado ?Qu¨¦ est¨¢ pasando con la econom¨ªa espa?ola?, entonces el texto hubiera adquirido otro brillo¡ªel que garantiza escribir sobre una ciencia reconocida¡ª y otro prestigio. Pero al cambiar econom¨ªa por feminismo la autora parece inmediatamente menos rigurosa, posiblemente crispada y desde muchos puntos de vista, no lo nieguen, un poco amargada.
De hecho, el menosprecio intelectual que existe sobre el pensamiento feminista es tan radical y profundo que muchas de las personas que no tienen vagina consideran que el feminismo no les ata?e. Esta posici¨®n es tan demencial como que las personas que no tienen dinero pensaran que la econom¨ªa no va con ellas. Y esto es as¨ª porque el feminismo no se considera una ciencia sino un movimiento social m¨¢s bien heterog¨¦neo y como mucho ¡ªy solo en la Universidad¡ª una teor¨ªa social y pol¨ªtica que afecta, en todo caso, solo a las mujeres. Y ni siquiera. Lo que en realidad se piensa en muchos c¨ªrculos sociales es que el feminismo es un asunto de feministas (entendiendo por tal cierto tipo de mujeres), putas y maricas.
Evidentemente, este menosprecio forma parte de la ra¨ªz del problema. No existe una ciencia encargada de administrar la igualdad y el poder sobre los cuerpos. Un campo de estudio al que muchos y muchas han renunciado cediendo el monopolio de su subjetividad al Estado o al mercado. Sin embargo, el feminismo, como bien repasa la tribuna de Serra, se ocupa de la relaci¨®n con nuestro propio cuerpo y con los dem¨¢s, de la violencia, de la estructura social en torno al cuidado, de la sexualidad, de la biopol¨ªtica, de todo cuanto es necesario ordenar para recuperar el monopolio leg¨ªtimo de la identidad de cada persona. En serio, a estas alturas y despu¨¦s de un encierro tan traum¨¢tico como el que hemos vivido y que hace tan evidente la importancia de regular (o al menos pensar) sobre el poder que el Estado ejerce sobre los cuerpos sigue alguien pensando que el problema del feminismo espa?ol es un asunto de t¨ªas, bragas, trapos y botes. Pues s¨ª, me temo que es en serio.
A la econom¨ªa le basta con administrar y generar riqueza para ser reconocida como ciencia, as¨ª que me cuesta entender por qu¨¦ no empezamos a tratar al feminismo como lo que es, la ciencia capaz de generar igualdad entre los cuerpos. Hay base te¨®rica suficiente y hay pensamiento m¨¢s que de sobra para que el feminismo se tome en serio. La econom¨ªa no se considera contradictoria porque existan Karl Marx y Adam Smith. Como el feminismo espa?ol no lo es porque existan PSOE y Podemos.
El debate sobre el modelo econ¨®mico puede ser m¨¢s o menos agresivo y los modelos m¨¢s o menos distantes, pero siempre se sustentan sobre una base te¨®rica, filos¨®fica y cient¨ªfica que enmarcamos en el ¨¢mbito del conocimiento y sobre una idea compartida y fundacional: la econom¨ªa nos afecta a todos. Pues bien, con el feminismo sucede exactamente lo mismo. Quienes encuentren resistencia ante esta idea solo tienen que cambiar la palabra mujer por la palabra cuerpo y relacionarla despu¨¦s con el poder.
La tribuna de Clara Serra me ha puesto triste porque me ha recordado a la serie de HBO Mrs Am¨¦rica que est¨¢, por cierto, arrasando en todo el mundo. Esta serie narra c¨®mo se gest¨® la enmienda constitucional que garantizar¨ªa la igualdad de derechos entre sexos en EE UU en los a?os 70. En ella se expone la pelea ideol¨®gica entre mujeres a favor y en contra de dicha igualdad, aparecen personajes hist¨®ricos indispensables y se cita bibliograf¨ªa relevante. Cate Blanchett est¨¢ magistral, por cierto. El asunto es que Clara Serra me ha recordado a una de las mujeres que protagonizan Mrs Am¨¦rica ¡ªno dir¨¦ cual¡ª, luchando y debatiendo sobre un tema que nos afecta a todos desde un espacio pol¨ªtico consentido pero menospreciado. Ha pasado medio siglo y el debate sobre la relaci¨®n entre los cuerpos y el poder sigue ninguneado. Y este desprecio implica siempre y antes que nada, el desprecio por el cuerpo de las mujeres dado que es el m¨¢s regulado por el Estado (aborto, prostituci¨®n, reproducci¨®n¡) y el m¨¢s cosificado por el mercado. Evidentemente, el asunto atraviesa de distinta manera a cada cuerpo, pero es responsabilidad de todos reconocer y legitimar el debate feminista dentro de los grandes retos de la agenda pol¨ªtica venidera. Entendamos de una vez que Mrs Espa?a es toda Espa?a.