?Brasil empieza a poner de rodillas a Bolsonaro?
El mandatario ultraconservador se ha visto contra las cuerdas en un Brasil que no quiere el regreso del autoritarismo
A veces la luz llega antes del amanecer. Brasil hab¨ªa empezado con Bolsonaro a entrar en el t¨²nel oscuro de las amenazas a la democracia. De repente, casi en un juego de magia, el presidente que iba de nuevo como un dictador aporreando a cada instante los valores de la democracia, burl¨¢ndose de ella, parece haberse convertido en un pac¨ªfico Francisco de As¨ªs.
?C¨¢lculo? ?Miedo? ?Cansancio de verse arrinconado dentro y fuera del pa¨ªs? No importa. Lo cierto es que los presagios sobre la muerte de la democracia parecen haberse disipado por un momento. Bolsonaro por primera vez habla de di¨¢l...
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A veces la luz llega antes del amanecer. Brasil hab¨ªa empezado con Bolsonaro a entrar en el t¨²nel oscuro de las amenazas a la democracia. De repente, casi en un juego de magia, el presidente que iba de nuevo como un dictador aporreando a cada instante los valores de la democracia, burl¨¢ndose de ella, parece haberse convertido en un pac¨ªfico Francisco de As¨ªs.
?C¨¢lculo? ?Miedo? ?Cansancio de verse arrinconado dentro y fuera del pa¨ªs? No importa. Lo cierto es que los presagios sobre la muerte de la democracia parecen haberse disipado por un momento. Bolsonaro por primera vez habla de di¨¢logo, de reconciliaci¨®n y defiende, as¨²stense, la democracia.
A¨²n no sabemos si esa aparente conversi¨®n de Bolsonaro ser¨¢ s¨®lo un par¨¦ntesis para retomar fuerzas y volver a embestir con sus armas de muerte. Una cosa es cierta: Bolsonaro en este momento se ha visto de repente puesto doblemente de rodillas. Por los militares que parecen haber conseguido frenar sus ¨ªmpetus golpistas amenaz¨¢ndole con salir del Gobierno y dejarle s¨®lo, y por el importante sondeo de Datafolha, seg¨²n el cual el 75% de los brasile?os apuesta hoy por la democracia, mientras que un aplastante 91% considera la pol¨ªtica de las fake news tan queridas, usadas y abusadas por las huestes de Bolsonaro, como contrarias y ofensivas a la democracia.
Revelan tambi¨¦n el deseo de derrotar el autoritarismo del presidente los diferentes e importantes movimientos a favor de la democracia que est¨¢n apareciendo entre gente de todas las categor¨ªas culturales y sociales. Y a ello se une tambi¨¦n el miedo de Bolsonaro a los fantasmas que acechan y amenazan a toda su familia desde el asesinato de la activista Marielle Franco a la reciente detenci¨®n de Fabr¨ªcio Queiroz, un polic¨ªa jubilado y exasesor del senador Fl¨¢vio Bolsonaro, y quien tantos secretos guarda, que deben estar quit¨¢ndole el sue?o al mandatario.
Al parecer, Bolsonaro hab¨ªa confiado ¨²ltimamente a algunos amigos que empezaba a estar cansado de tantas peleas. No sabemos si se trata de cansancio o miedo. Da lo mismo. No creo realmente en una conversi¨®n del presidente, incapaz de arrepentimientos, ya que sus delirios de autoritarismo y sus nostalgias de viejas dictaduras y pr¨¢cticas abominables de tortura siguen vivas en ¨¦l. Lo importante es que parece que los astros se est¨¢n uniendo para detener el brazo suicida de sus locuras de rupturas democr¨¢ticas y que est¨¢ pidiendo un di¨¢logo hasta con su enemigo mortal, el Supremo Tribunal Federal.
Los movimientos de resistencia a la barbarie y la uni¨®n de todas las fuerzas democr¨¢ticas contra los oscurantismos pol¨ªticos, culturales y sociales han sido tantas veces victoriosos en la convulsa historia de la humanidad. Y es que con todos los horrores y amenazas de hoy a la democracia, el mundo es mejor que ayer. Es mentira el dicho de que ¡°tiempos pasados fueron mejores¡±. Al rev¨¦s, fueron siempre peores que hoy aunque nos cueste admitirlo. Basta con ver lo que eran los derechos de la mujer hace s¨®lo cien a?os. Lo que era la defensa de los derechos humanos, las guerras que asolaban a Europa, la miseria de la mayor parte del mundo, la pobreza de la medicina y los muertos por hambre y desnutrici¨®n.
Si el mundo de hoy a¨²n nos horroriza es porque hemos perdido la memoria de lo que ya fue la historia. Ello no justifica ni la pobreza ni la violencia ni los atropellos a los derechos humanos a¨²n hoy vivos en tantos lugares del mundo. Pero en su totalidad el mundo es hoy, como nos recuerdan los cient¨ªficos y los soci¨®logos, mil veces mejor que en el pasado.
Es verdad que la Humanidad ha caminado siempre a tropezones entre luces y tinieblas, pero nunca ha habido una conciencia mayor que hoy a favor de las libertades y los derechos humanos. No estamos en el cielo, pero tampoco ya en el infierno que un d¨ªa fue la Humanidad.
Ojal¨¢ la nueva pesadilla que vive Brasil de estar gobernada por un presidente con nostalgias de un pasado de horrores que queremos olvidar acabe pronto, y que este pa¨ªs pueda emprender de nuevo el camino de paz que hab¨ªa conquistado y que era aplaudido por los pa¨ªses m¨¢s civilizados. Ojal¨¢ que los j¨®venes brasile?os que no conocieron la barbarie de las dictaduras, que en Brasil son millones, y que hoy apuestan en la democracia sean el nuevo fermento de esperanza contra el oscurantismo en el que pa¨ªs hab¨ªa empezado a entrar.
?Demasiado optimista? Quiz¨¢s, pero mi edad me permite so?ar para que mis nietos puedan disfrutar del Brasil que merecen y que nadie tiene el derecho de robarles. D¨¦jenme so?ar por una vez con las estrellas. Viv¨ª de ni?o una terrible guerra civil y despu¨¦s una cruel dictadura de 40 a?os. D¨¦jenme so?ar para los ni?os y j¨®venes brasile?os lo que a mi me neg¨® la vida.