La Espa?a desde?ada
Tantos a?os de abandono no se compensan ahora con una invasi¨®n y menos cuando esta ha sido inducida por una pandemia y puede tener efectos indeseables
M¨¢s de una vez, respondiendo a preguntas de periodistas o del p¨²blico asistente a alguno de los m¨²ltiples congresos, jornadas de reflexi¨®n y mesas redondas que hasta la llegada del confinamiento se organizaban por todas partes un d¨ªa s¨ª y otro no para hablar de la Espa?a vac¨ªa, vaciada o deshabitada ¡ªque de todas esas formas y alguna m¨¢s se ha llamado a la Espa?a de la que la poblaci¨®n ha huido¡ª en los que particip¨¦ (pocos, dado mi escepticismo sobre su utilidad), manifest¨¦ mi opini¨®n tambi¨¦n cargada de escepticismo sobre cu¨¢l ser¨ªa la soluci¨®n al problema: un cataclismo o una guerra. Por supu...
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M¨¢s de una vez, respondiendo a preguntas de periodistas o del p¨²blico asistente a alguno de los m¨²ltiples congresos, jornadas de reflexi¨®n y mesas redondas que hasta la llegada del confinamiento se organizaban por todas partes un d¨ªa s¨ª y otro no para hablar de la Espa?a vac¨ªa, vaciada o deshabitada ¡ªque de todas esas formas y alguna m¨¢s se ha llamado a la Espa?a de la que la poblaci¨®n ha huido¡ª en los que particip¨¦ (pocos, dado mi escepticismo sobre su utilidad), manifest¨¦ mi opini¨®n tambi¨¦n cargada de escepticismo sobre cu¨¢l ser¨ªa la soluci¨®n al problema: un cataclismo o una guerra. Por supuesto, lejos estaba yo de imaginar cuando lo dec¨ªa que el cataclismo se producir¨ªa pronto en forma de una pandemia v¨ªrica que ha provocado un terremoto econ¨®mico y cultural en todo el planeta.
Sin llegar a las consecuencias de una guerra, ni en el n¨²mero de muertos ni en los efectos socioecon¨®micos, una pandemia como la que estamos viviendo a¨²n parece claro que tiene efectos de todo tipo, entre ellos los que afectan a la forma de vida de la poblaci¨®n. Todo el mundo habla ya de la aceleraci¨®n del trabajo a distancia, que estaba ya prob¨¢ndose en algunas empresas antes de la llegada del coronavirus, o del de la virtualidad de las comunicaciones entre personas, por ejemplo. Dos efectos de la pandemia comprobables ya que a su vez est¨¢n generando otros que tambi¨¦n empiezan a advertirse. Uno de ellos, del que hablan ¨²ltimamente mucho los medios, es el redescubrimiento de esa Espa?a abandonada a la que muchos han regresado en cuanto han podido atra¨ªdos por su seguridad. Lo que antes buscaban en la ciudad ahora lo encuentran en esos pueblos semivac¨ªos donde la posibilidad de contagio v¨ªrico es menor por la poca presencia de personas a la vez que permiten una libertad mayor en el caso de un nuevo confinamiento, nada irreal tal como van las cosas. De ah¨ª que de un tiempo ac¨¢ la llamada Espa?a vac¨ªa haya visto crecer su poblaci¨®n ante la sorpresa de sus habitantes, que asisten al fen¨®meno entre el estupor y el miedo. Tantos a?os de abandono y de desd¨¦n no se compensan ahora con una invasi¨®n y menos cuando esta ha sido inducida por una pandemia y puede tener efectos indeseables adem¨¢s de los beneficiosos que sin duda comportar¨¢ a nivel econ¨®mico.
Dicen las inmobiliarias que desde que se levant¨® el estado de alarma que imped¨ªa a los espa?oles hacer vida normal se ha producido una demanda de casas para comprar o alquilar fuera de las ciudades, inimaginable hace s¨®lo tres meses. De repente, son muchos los que buscan un lugar para instalarse lejos de donde lo ven¨ªan haciendo animados por la posibilidad de trabajar a trav¨¦s de Internet desde cualquier sitio, pero tambi¨¦n por la de reducir sus gastos, mayores en la ciudad que en un pueblo, y sobre todo por la de disponer de una casa m¨¢s grande y con jard¨ªn o huerto adyacente por el que poder pasear en el caso de un nuevo confinamiento. Bienvenida sea esa corriente si sirve para corregir un poco un desequilibrio que amenaza la supervivencia misma de la mitad de un pa¨ªs dividido en dos, el de la ciudad y el campo, cada vez m¨¢s alejados entre s¨ª. Pero no deja de resultar ir¨®nico que quienes desde?aron tanto esa Espa?a pobre, vac¨ªa y abandonada por casi todos, la vean ahora como su tabla de salvaci¨®n.