Venezuela, la intervenci¨®n consentida
El libro 'La invasi¨®n consentida' detalla con objetividad y abundante evidencia c¨®mo ocurri¨® la ocupaci¨®n cubana del pa¨ªs sudamericano
Al leer libros, ensayos o art¨ªculos escritos por venezolanos sobre la situaci¨®n de su pa¨ªs durante el r¨¦gimen chavista, se percibe la frustraci¨®n o la rabia de quienes escriben. Con el libro La invasi¨®n consentida, la experiencia es a la inversa. Usa pocos adjetivos y detalla con objetividad y abundante evidencia c¨®mo ocurri¨® la ocupaci¨®n cubana de Venezuela. Son los lectores quienes, al avanzar en el texto, pasan de la indignaci¨®n a la rabia y son estos quienes terminan poniendo los adjetivos que ameritan la tremenda perversidad del r¨¦gimen cubano y la extrema estupidez del r¨¦gimen cha...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Al leer libros, ensayos o art¨ªculos escritos por venezolanos sobre la situaci¨®n de su pa¨ªs durante el r¨¦gimen chavista, se percibe la frustraci¨®n o la rabia de quienes escriben. Con el libro La invasi¨®n consentida, la experiencia es a la inversa. Usa pocos adjetivos y detalla con objetividad y abundante evidencia c¨®mo ocurri¨® la ocupaci¨®n cubana de Venezuela. Son los lectores quienes, al avanzar en el texto, pasan de la indignaci¨®n a la rabia y son estos quienes terminan poniendo los adjetivos que ameritan la tremenda perversidad del r¨¦gimen cubano y la extrema estupidez del r¨¦gimen chavista.
El libro, firmado con el seud¨®nimo de Diego G. Maldonado para proteger a los autores, arranca como novela con la confesi¨®n de amor de Hugo Ch¨¢vez cuando afirm¨® que estaba feliz porque Fidel lo hab¨ªa hecho su hijo y declar¨®: ¡°por Cuba estamos dispuestos a morir¡±. El texto prueba c¨®mo con el paso del tiempo est¨¢ frase se convirti¨® en una premonici¨®n, porque ahora efectivamente Venezuela est¨¢ muriendo por Cuba.
Son muchos los hechos ir¨®nicos, parad¨®jicos, tr¨¢gicos e incre¨ªbles que el libro detalla. El 15 de diciembre de 2000, Vladimir Putin visit¨® la Habana y Fidel Castro no lo recibi¨® en el aeropuerto porque estaba en un almuerzo con Guaicaipuro Lameda, presidente de la empresa de Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA). Este detalle habla por s¨ª mismo para quienes piensan que en Venezuela predominan intereses de Rusia, Ir¨¢n, China o Turqu¨ªa. Estos pa¨ªses quieren fastidiar a Estados Unidos, pero solamente el r¨¦gimen cubano se juega la vida en Venezuela.
El libro cuenta del puente a¨¦reo nocturno y secreto, ingeniado por Fidel y celebrado por Ch¨¢vez, mediante el cual se inici¨® la llegada masiva a Caracas de decenas de miles de m¨¦dicos, enfermeros, entrenadores deportivos, profesores, acad¨¦micos universitarios, instructores pol¨ªticos, ingenieros, constructores, inform¨¢ticos, militares, polic¨ªas, oficiales de inteligencia, asesores culturales, choferes, arquitectos, conductores de tractores, alfabetizadores, t¨¦cnicos en agricultura, petr¨®leo y energ¨ªa el¨¦ctrica y hasta expertos en cultura venezolana graduados en cursos de dos semanas. En 2018, Julio C¨¦sar Garc¨ªa Rodr¨ªguez, jefe de las misiones cubanas, dijo que 219.321 de sus compatriotas hab¨ªan llegado a Venezuela.
El libro deja claro que la primera tarea de los cubanos fue la ocupaci¨®n para establecer el control sobre el partido, el Gobierno, las Fuerzas Armadas y la econom¨ªa. Una vez la dominaci¨®n fue un hecho, la extracci¨®n fue la tarea fundamental. La investigaci¨®n permite visualizar que lo que se present¨® al inicio como ¡°solidaridad¡± termin¨® destap¨¢ndose como un c¨ªnico y brutal saqueo. El plan se compuso de 49 misiones, todas inventadas por Fidel de acuerdo con el propio Ch¨¢vez. Estas comenzaron con objetivos sociales para mejorar electoralmente a Ch¨¢vez, pero terminaron abarcando todo lo que necesitaba Cuba para controlar y extraer. La misi¨®n ¡°Identidad¡± comenz¨® entregando c¨¦dulas a nuevos electores, pero continu¨® creciendo y ahora el r¨¦gimen cubano tiene ¡°pleno acceso a los datos de todos los venezolanos y los extranjeros residentes en el pa¨ªs, de todas las industrias, empresas y comercios¡el Gobierno cubano sabe d¨®nde vive cada uno de los 30 millones de venezolanos, si cambian de residencia, qu¨¦ propiedades tienen, si se casan o se divorcian, qu¨¦ transacciones hacen y cu¨¢ndo entran o salen del pa¨ªs¡±.
Cuba envi¨® a Venezuela, que posee la tercera represa m¨¢s grande del mundo, ingenieros asesores que nunca hab¨ªan visto una represa en su vida. Venezuela recib¨ªa expertos en agricultura de Cuba que importa el 70% de lo que consume. Un profesor de m¨²sica cubano cuenta que aprendi¨® a tocar el cuatro para dar clases a los venezolanos sobre el instrumento m¨¢s popular del folklore venezolano. El control sobre las Fuerzas Armadas comenz¨® con una promoci¨®n de oficiales que se denomin¨® ¡°Fidel Castro¡±. Estos fueron invitados junto a sus familias a la isla, sus diplomas fueron firmados por Castro y en Cuba fueron seducidos por Fidel, Ra¨²l y las capacidades de los militares cubanos. Desde all¨ª Fidel avanz¨® a reorganizar el despliegue territorial, organizar milicias, entrenar oficiales, incorporar adoctrinamiento ideol¨®gico, cambiar la matriz log¨ªstica, introducir la preparaci¨®n para guerra asim¨¦trica, establecer redes de inteligencia y contrainteligencia y asegurarse de purgar a quienes se opusieran al control cubano sobre las Fuerzas Armadas. Por ello hay ahora m¨¢s de 200 oficiales venezolanos en prisi¨®n.
Nada de esto fue gratis, los cubanos manten¨ªan el discurso de solidaridad socialista, pero cobraban como capitalistas. Adem¨¢s del subsidio petrolero que lleg¨® hasta los 100.000 barriles diarios, cada m¨¦dico, cada supuesto experto era pagado a Cuba en cifras que superaban los salarios de los profesionales venezolanos; el trabajo de los ingenieros inform¨¢ticos era cobrado por hora. Cuba se asumi¨® como una empresa de exportaci¨®n de servicios profesionales que obten¨ªa decenas de miles de millones de d¨®lares anuales. A esto se sum¨® algo inaudito, en vez de realizar compras directas Venezuela usaba a Cuba como intermediaria para que esta ganara comisiones o sobreprecios en la adquisici¨®n de los equipos t¨¦cnicos de los programas de ¡°cooperaci¨®n¡±.
Los abusos fueron de tal magnitud que el Gobierno cubano vendi¨® a Venezuela centrales azucareras, que eran chatarra, en 95 millones de d¨®lares, cuando nuevas cuestan 50 millones. Este saqueo continu¨® sin ninguna compasi¨®n incluso cuando los venezolanos empezaron a sufrir la m¨¢s grave emergencia humanitaria que haya existido en Latinoam¨¦rica, bastante m¨¢s grave que el ¡°periodo especial¡± cubano. A finales de 2018 las reservas internacionales de Cuba eran superiores a las Venezuela. Sin embargo, la isla le cobr¨® deudas tomando como pago el control total de la refiner¨ªa de Cienfuegos. Pero a estas alturas, el destino de ambos reg¨ªmenes estaba amarrado, el 6 de junio de 2019 La Habana declar¨® que ¡°la Revoluci¨®n bolivariana y chavista no era negociable¡±.
Este nivel de ofrenda religiosa a Fidel y Cuba no tiene precedentes en Latinoam¨¦rica. Ch¨¢vez dijo en una ocasi¨®n: ¡°Padre nuestro que est¨¢s en la tierra, en el agua y en el aire, Fidel en esta inmensa latitud que te quiere¡±. Delcy Rodr¨ªguez llam¨® a los cubanos ¡°invasores del amor¡±. No recuerdo semejante subordinaci¨®n y p¨¦rdida de dignidad en la izquierda. Al contrario, recuerdo algunas irreverencias. Una vez un miembro de la direcci¨®n del Frente Sandinista, aburrido por lo mucho que hablaba Fidel, se acost¨® a dormir en el piso, Castro no dijo nada y, para m¨ª, contener la risa fue una haza?a. La relaci¨®n de los chavistas con Cuba es como la que tiene Kenneth Copeland, un pastor evang¨¦lico norteamericano, que en medio de la pandemia exige a sus feligreses seguir dando dinero a su Iglesia, aunque hayan perdido el empleo.
La invasi¨®n consentida es una extraordinaria investigaci¨®n period¨ªstica que cuenta c¨®mo un pa¨ªs rico se someti¨® voluntariamente a un pa¨ªs que el propio Castro defin¨ªa como ¡°pobrecito¡±. Este texto ser¨ªa de gran utilidad para las canciller¨ªas y presidencias de Latinoam¨¦rica y Europa que suelen sostener posiciones ingenuas sobre Cuba. Hace 25 a?os, un profesor de la Universidad de Oxford me dijo que la opci¨®n de Fidel Castro por la violencia ten¨ªa or¨ªgenes en la cultura mafiosa que exist¨ªa en Cuba en los cincuenta. En aquel momento me pareci¨® una afirmaci¨®n exagerada, despu¨¦s de leer La invasi¨®n consentida concluyo que el profesor ten¨ªa raz¨®n y que quiz¨¢s se qued¨® corto.