Un silencio de Bolsonaro que puede ser una blasfemia
El presidente no ha condenado el uso de la bandera de Israel en una favela de R¨ªo de Janeiro por parte de un grupo de narcotraficantes
La simple noticia es ya un ultraje, no solo al Estado de Israel sino a los millones de jud¨ªos del mundo creyentes o no. Y lo es para todos los que creen en los valores de la democracia. Los narcotraficantes han escogido la bandera de Israel y la estrella de David para delimitar lo que han llamado ¡°complejo de Israel¡±, en una favela de R¨ªo con 134.000 habitantes. El hecho, que merece reprobaci¨®n en s¨ª mismo, est¨¢ ligado a los usos de im¨¢genes del pa¨ªs por l¨ªderes evang¨¦licos y a las relaciones oscuras que el presidente brasile?o de extrema derecha, Jair Bolsonaro, mantiene con Israel a quien pa...
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La simple noticia es ya un ultraje, no solo al Estado de Israel sino a los millones de jud¨ªos del mundo creyentes o no. Y lo es para todos los que creen en los valores de la democracia. Los narcotraficantes han escogido la bandera de Israel y la estrella de David para delimitar lo que han llamado ¡°complejo de Israel¡±, en una favela de R¨ªo con 134.000 habitantes. El hecho, que merece reprobaci¨®n en s¨ª mismo, est¨¢ ligado a los usos de im¨¢genes del pa¨ªs por l¨ªderes evang¨¦licos y a las relaciones oscuras que el presidente brasile?o de extrema derecha, Jair Bolsonaro, mantiene con Israel a quien parece asociar, sin m¨¢s, con los valores del totalitarismo y militarismo.
Brasil mantiene relaciones estrechas con la parte m¨¢s conservadora del Gobierno de Israel y los traficantes de drogas se interesan ahora por los s¨ªmbolos de Israel, los cuales merecen respeto en todo el mundo por ser un pa¨ªs democr¨¢tico y moderno, modelo de desarrollo econ¨®mico y que lucha contra el drama de las relaciones entre jud¨ªos y palestinos.
Bolsonaro mantiene una relaci¨®n extra?a con sus creencias religiosas. Fue cat¨®lico practicante toda la vida. Despu¨¦s entabl¨® una relaci¨®n especial con las iglesias evang¨¦licas, que est¨¢n creciendo en Brasil, son muy activas pol¨ªticamente y abrazan ya el 40% de los brasile?os. Y fue como evang¨¦lico cuando Bolsonaro se hizo rebautizar en las aguas del r¨ªo Jord¨¢n en Israel al mismo tiempo que estrechaba relaciones con la parte m¨¢s ultra y conservadora del Gobierno de aquel pa¨ªs.
La comunidad jud¨ªa de Brasil ya hab¨ªa cuestionado en mayo pasado el uso de la bandera de Israel en las marchas pro Bolsonaro en las que se exaltaba la dictadura y se ped¨ªa el cierre del Congreso y del Supremo Tribunal Federal. La Confederaci¨®n Israelita de Brasil (Conib) hab¨ªa criticado aquel uso de la bandera de Israel pol¨ªticamente con estas palabras: ¡°La Conib tiene un firme compromiso con la democracia y con las libertades p¨²blicas y lamenta la presencia de banderas de Israel, una democracia vibrante, en actos donde ocurren ataques a las instituciones democr¨¢ticas¡±.
Si ya el uso de la bandera de Israel en actos contra la democracia ofendi¨® a la comunidad jud¨ªa de Brasil, el segundo pa¨ªs del mundo despu¨¦s de Argentina con mayor n¨²mero de jud¨ªos, es de imaginar qu¨¦ deben pensar de que ahora esos s¨ªmbolos nacionales y religiosos como la bandera y la estrella de David sean usadas por los traficantes de drogas para delimitar sus territorios en las favelas de R¨ªo.
Seg¨²n un reportaje de TV Globo, los traficantes de droga de la zona se dicen evang¨¦licos e imponen su creencia. Es posible que no tengan alcance del significado del uso indebido de dichos s¨ªmbolos de Israel. Quien no puede dejar de entenderlo es el presidente Bolsonaro que hasta ahora se ha mantenido mudo, no ha condenado el uso indebido de esa bandera de Israel, pa¨ªs del que se dice amigo y seguidor.
Es cierto que los jud¨ªos militan en diferentes partidos pol¨ªticos en Brasil y en el mundo, pero sus valores han sido y son los de la democracia, la justicia social ya sancionada por los profetas de la Biblia y el respeto por las creencias ajenas.
Los jud¨ªos del mundo llevan sobre sus espaldas el peso del genocidio del Holocausto en el que perecieron seis millones de inocentes a manos de los nazis de Hitler y que se ha convertido en el s¨ªmbolo de todos los genocidios del mundo. Hoy el tema es desempolvado en Brasil con motivo de la pol¨ªtica de Bolsonaro con relaci¨®n a la pandemia en la que parece m¨¢s preocupado por la crisis econ¨®mica y su reelecci¨®n a la presidencia que con las v¨ªctimas de la emergencia sanitaria.
Nunca he sido un enamorado de las banderas ni de los himnos nacionales que suelen evocar batallas, conquistas y sangre, pero creo que si el mundo sufre de algo hoy es de la falta de respeto por los s¨ªmbolos sagrados que caracterizan la idiosincrasia de un pueblo con sus valores particulares que forman juntos el gran caleidoscopio de la creatividad humana y de la convivencia social.
Todo lo que sea infamar esos s¨ªmbolos que acaban teniendo valor sagrado para quienes los usan es herir gravemente lo m¨¢s ¨ªntimo que tiene el coraz¨®n humano como lo son sus convicciones personales y religiosas. ?Bolsonaro va a seguir callado ante ese uso bastardo por los traficantes en las favelas de R¨ªo de los s¨ªmbolos de Israel y de los jud¨ªos? Su silencio, en el lenguaje de la Biblia, se llamar¨ªa blasfemia.