?Qu¨¦ Navidad hay que salvar?
Al se?or Scrooge el fantasma de las navidades presentes le advirti¨® de las consecuencias de sus actos y le mostr¨® la manera de repararlos. ?Contamos nosotros con esa suerte?
A los ni?os de entonces se nos regalaba un libro de la Colecci¨®n Cl¨¢sicos de Bruguera y se nos abandonaba a nuestra suerte: est¨¢bamos expuestos al miedo, a la cursiler¨ªa, al mundo sobrenatural y tambi¨¦n a lo social. No hab¨ªa jam¨¢s una advertencia sobre escenas que pudieran herir nuestra sensibilidad. Tal vez los ni?os de entonces carec¨ªamos de ella, de sensibilidad, o puede que a fuerza de estar expuestos a todo tipo de argumentos, de lo excelso a lo est¨²pido, los peque?os salvajes consegu¨ªamos pulir nuestro gusto. Conservo mi volumen de Cuento de Navidad, con su papel basto, amarillead...
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A los ni?os de entonces se nos regalaba un libro de la Colecci¨®n Cl¨¢sicos de Bruguera y se nos abandonaba a nuestra suerte: est¨¢bamos expuestos al miedo, a la cursiler¨ªa, al mundo sobrenatural y tambi¨¦n a lo social. No hab¨ªa jam¨¢s una advertencia sobre escenas que pudieran herir nuestra sensibilidad. Tal vez los ni?os de entonces carec¨ªamos de ella, de sensibilidad, o puede que a fuerza de estar expuestos a todo tipo de argumentos, de lo excelso a lo est¨²pido, los peque?os salvajes consegu¨ªamos pulir nuestro gusto. Conservo mi volumen de Cuento de Navidad, con su papel basto, amarilleado, ?medio siglo ya! Nunca he comprobado c¨®mo eran las traducciones, no he juzgado los dibujos ni las versiones. Como dec¨ªa Borges tras ver a una compa?¨ªa malinterpretando a Shakespeare: Shakespeare sobrevivi¨®. Pues bien, Charles Dickens, contra viento y marea, sobrevivi¨® y penetr¨® en nuestras vidas con su A Christmas Carol haci¨¦ndonos reflexionar muy tempranamente sobre la bondad, la avaricia, la injusticia social y algo que la vida a menudo nos niega: la posibilidad de rectificaci¨®n. Ya saben, al avaro Ebenezer Scrooge se le aparecen los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura y le obligan a presenciar su cruel comportamiento para que reflexione en los minutos finales de su vida, se observe en toda su inhumanidad, y tras arrepentirse repare el mal causado.
Escribo este art¨ªculo que parece de Nochebuena, porque este a?o los preparativos se han adelantado de fecha. Escucho sin cesar el objetivo, ¡°salvar la Navidad¡±, y encuentro que en ¨¦l se contienen el lamet¨®n de las buenas intenciones y el relamido de la codicia. Qu¨¦ tiempos aquellos en que critic¨¢bamos el consumismo, qu¨¦ viejo se ha quedado el mundo de 2019.
Ahora hay que salvar la Navidad yendo al rescate del comercio. Terminar¨¢n por convencernos de que disminuir el consumo es poco solidario.
No se gastar¨¢ dinero como anta?o, ya no somos los de entonces. Hay demasiados ciudadanos sin expectativas como para igualar el ritual colectivo del derroche. Salvar la Navidad es el desaf¨ªo y en efecto podemos correr a salvarla irreflexivamente sin pensar en cu¨¢ntos estaremos celebr¨¢ndola en 2021. No se sabe cu¨¢ntos se marchar¨¢n para siempre a cuenta de la celebraci¨®n. ?Llegar¨¢n despu¨¦s las bajas de enero? No hay que ser aguafiestas, pero las recomendaciones de las autoridades se contradicen de tal manera con las de los cient¨ªficos que nos sumen en el puro desconcierto: que si allegados, que si convivientes, que si seis, que si cuatro, que diez, que consuma ust¨¦ para salvar el comercio, ah, no, que mejor no salga de casa y compre por Internet, que no se arrime a otros ni entre en locales cerrados, bueno que s¨ª, entre, s¨ª, entre, qu¨¦ co?o, ?es el desaf¨ªo de la libertad! Mejor no viaje o viaje solo si se trata de abrazar a su anciana madre, re¨²nase en Nochebuena con 10 familiares/allegados y en Nochevieja con otros 10, que no hace falta que sean los mismos, lo importante (seg¨²n entiendo) es el n¨²mero. Este virus es muy respetuoso con el n¨²mero de comensales.
Al se?or Scrooge el fantasma de las Navidades presentes le advirti¨® de las consecuencias de sus actos y le mostr¨® la manera de repararlos. ?Contamos nosotros con esa suerte? Una serie de epidemi¨®logos tratan de sembrar sensatez en tama?a confusi¨®n. Yo quisiera imaginar un sosegado cierre de 2021, incluso tengo el brazo extendido para ser vacunada, espero desde ya mi turno. No sue?o con reunirme con 50 personas, ni con amontonarme, es algo m¨¢s complejo: echo de menos la espontaneidad que concede la libertad de movimientos, el verme las caras y charlar sin distancia con personas a las que apenas conozco. Esa sorpresa, esa espontaneidad. Pero las Navidades futuras dependen en gran medida de las decisiones individuales, y como la ficci¨®n me ayud¨® desde ni?a a distinguir entre lo mejorable y lo irreparable, trato de organizar este presente para que el futuro sea mejor. Tampoco requiere tanto esfuerzo.