La verdad importa
El 6 de enero, Trump intent¨® fundir a negro la democracia en Estados Unidos. Y no lo consigui¨®
La verdad importa es una afirmaci¨®n no compartida por sectores cada vez mayores de la poblaci¨®n, infectados de populismo. Trump, desde 2016, ha dado una batalla con ¨¦xito: difuminar la barrera entre la verdad y la mentira. Lo veros¨ªmil, que tiene apariencia de verdadero, repetido hasta el hartazgo. O incluso, sin necesidad de doblez alguna, la mentira m¨¢s zafia, reiterada, sirve. Bienvenidos a la postverdad. La Gran Recesi¨®n de 2008 dibuj¨® la pista de aterrizaje para el nacionalpopul...
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La verdad importa es una afirmaci¨®n no compartida por sectores cada vez mayores de la poblaci¨®n, infectados de populismo. Trump, desde 2016, ha dado una batalla con ¨¦xito: difuminar la barrera entre la verdad y la mentira. Lo veros¨ªmil, que tiene apariencia de verdadero, repetido hasta el hartazgo. O incluso, sin necesidad de doblez alguna, la mentira m¨¢s zafia, reiterada, sirve. Bienvenidos a la postverdad. La Gran Recesi¨®n de 2008 dibuj¨® la pista de aterrizaje para el nacionalpopulismo en el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo. Faltaba alguien que entendiera el desamparo de las clases trabajadora y media. Y si no era un pol¨ªtico cl¨¢sico, mejor. Lleg¨® Trump, comenz¨® a mentir y supo utilizar las redes sociales para lavar el cerebro de la poblaci¨®n. Redes que ahora le expulsan.
El 3 de noviembre pierde las elecciones ante Biden. Llega el momento de fabricar la Gran Mentira: nos han robado las elecciones. La verdad no importa, la fabrico yo. Trump act¨²a como un mafioso, y en una conversaci¨®n telef¨®nica con las autoridades electorales de Georgia, les pide que busquen 11.780 votos, uno m¨¢s de los que obtuvo Biden de ventaja.
Trump baraja la posibilidad de aplicar la Ley de Insurrecci¨®n para controlar un supuesto desorden p¨²blico, que le permitir¨ªa, cree, utilizar al Ej¨¦rcito. Una decena de exsecretarios del Pent¨¢gono le advierten de que cometer¨ªa un delito. Al presidente le falta la insurrecci¨®n, pero est¨¢ dispuesta a crearla, como si fuera un guionista de Hollywood. Convoca una protesta contra el ¡°robo¡± electoral para el 6 de enero en Washington. ¡°Acudid. Ser¨¢ salvaje¡±. Trump les alienta en persona, en la acera sur de la Casa Blanca, y les ordena dirigirse al Capitolio, donde las dos C¨¢maras se re¨²nen para certificar el triunfo electoral de Biden. El golpe de Reyes ya est¨¢ en marcha. El comandante en jefe comanda la insurrecci¨®n. La turba, donde abundan los personajes lun¨¢ticos, ultras, algunos armados, supremacistas blancos, conspiranoicos, sitia el Capitolio, y unas decenas de tarados penetran violentamente en el recinto. Fracasa la sedici¨®n porque el vicepresidente Pence se niega a cometer el fraude constitucional que le reclama el presidente: cambiar los votos del Colegio Electoral, para que Trump obtenga la mayor¨ªa que no tiene.
?C¨®mo calificar y castigar lo ocurrido? Sedici¨®n, violaci¨®n del juramento constitucional. Se barajan dos posibilidades. La activaci¨®n de la enmienda 25? de la Constituci¨®n para incapacitar al presidente, o un impeachment expr¨¦s que juzgar¨ªa el Senado, que conllevar¨ªa, adem¨¢s, la inhabilitaci¨®n pol¨ªtica de Trump. Biden no se ha pronunciado todav¨ªa. Teme que un proceso pol¨ªtico al inicio de su presidencia dividir¨ªa a¨²n m¨¢s al pa¨ªs. Trump no acudir¨¢ a la toma de posesi¨®n de Biden, su presidencia ha implosionado. El Pent¨¢gono ha garantizado a los dem¨®cratas que el presidente, considerado inestable, no podr¨¢ activar los c¨®digos nucleares que desatar¨ªan un conflicto at¨®mico.
El 6 de enero, Trump intent¨® fundir a negro la democracia en Estados Unidos. Y no lo consigui¨®. La verdad s¨ª importa y los votos de los ciudadanos cuentan. fgbasterra@gmail.com