Los retos de Biden con Venezuela
Aunque el pa¨ªs latinoamericano no estar¨¢ entre las prioridades de la Casa Blanca, puede haber espacio para un cambio respecto a la pol¨ªtica de m¨¢xima presi¨®n de Trump
Hay mucho que la nueva Administraci¨®n de Biden puede hacer para reconfigurar la pol¨ªtica estadounidense hacia Venezuela. Podr¨ªa dejar de dividir la oposici¨®n venezolana con fantas¨ªas sobre una intervenci¨®n militar. Podr¨ªa dejar de socavar el bienestar de los venezolanos levantando las sanciones secundarias que han complicado el acceso a combustible. Podr¨ªa apoyar a los esfuerzos mediadores del Reino de Noruega en lugar de sabotearlos. Podr¨ªa tratar de coordinarse con la Uni¨®n Europea en vez de acusarla de hacer una ...
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Hay mucho que la nueva Administraci¨®n de Biden puede hacer para reconfigurar la pol¨ªtica estadounidense hacia Venezuela. Podr¨ªa dejar de dividir la oposici¨®n venezolana con fantas¨ªas sobre una intervenci¨®n militar. Podr¨ªa dejar de socavar el bienestar de los venezolanos levantando las sanciones secundarias que han complicado el acceso a combustible. Podr¨ªa apoyar a los esfuerzos mediadores del Reino de Noruega en lugar de sabotearlos. Podr¨ªa tratar de coordinarse con la Uni¨®n Europea en vez de acusarla de hacer una ¡°diplomacia de vaqueros.¡± Podr¨ªa coordinarse con Rusia, China y Cuba en lugar de amenazarlos.
Los venezolanos necesitan un alivio para una realidad gris. Enfrentan una pandemia empobrecidos y con la infraestructura y servicios en el piso; enfrentan un Ejecutivo autoritario sin un contrapeso pol¨ªtico capaz de defenderlos. Ahora que la oposici¨®n pol¨ªtica est¨¢ marginada, el Gobierno de Maduro est¨¢ atornill¨¢ndose en el poder y atacando a la sociedad civil independiente y los medios de comunicaci¨®n digitales que a¨²n resisten.
Hay que tener claro que la pol¨ªtica hacia Venezuela no va a estar entre las prioridades centrales de la Administraci¨®n de Biden. Con una pandemia en auge todav¨ªa, un despliegue de vacunas carente, una econom¨ªa en recesi¨®n, y los acuerdos con Ir¨¢n, de Par¨ªs y de control de armas nucleares hechos trizas¡ªsin mencionar la polarizaci¨®n interna de los EE UU¡ªla democracia en Venezuela no va a estar entre las preocupaciones principales. Adem¨¢s, el arranque de la pol¨ªtica for¨¢nea de una Administraci¨®n presidencial en EE UU es lenta, ya que los nombramientos requieren aprobaci¨®n del Senado, lo que puede tomar meses.
La importancia electoral del Estado de Florida es otra ancla. Es clave para llegar a la Casa Blanca y la pol¨ªtica hacia Venezuela ha reemplazado a la pol¨ªtica hacia Cuba como la clave de movilizaci¨®n pol¨ªtica republicana all¨ª.
Sin embargo, puede haber espacio para una reorientaci¨®n. La campa?a presidencial de Biden evit¨® el tema de Venezuela lo m¨¢ximo posible para evitar rechazo entre las comunidades cubanoamericanas y venezolanas en Florida, pero no le result¨® la estrategia. M¨¢s bien permiti¨® que estos le etiquetara a Biden como de izquierda extrema, risible entre los que han seguido su trayectoria centrista de casi medio siglo; pero sumamente convincente en los c¨ªrculos de medios sociales de Miami. Dado el fracaso de la estrategia de su campa?a en ese Estado clave, algunos argumentan que Biden se posicionar¨ªa mejor para 2024 si adoptara una pol¨ªtica proactiva con respecto a Venezuela que demuestre un perfil moderado, pero m¨¢s astuto que la pol¨ªtica de m¨¢xima presi¨®n que ha fracasado en Venezuela y que ha mantenido un enfrentamiento estancado con Cuba por d¨¦cadas.
El primer paso ser¨ªa enfocarse en el bienestar de los venezolanos dentro y fuera del pa¨ªs. La Administraci¨®n Biden podr¨ªa dar m¨¢s apoyo para la respuesta de Naciones Unidas dentro de Venezuela y empujar para que haya mejor acceso para actores humanitarios nacionales e internacionales. Igualmente podr¨ªa comprometerse a incrementar fondos para el Alto Comisionado de Refugiados y empujar a los pa¨ªses de la regi¨®n a proveer acceso a servicios esenciales y un estado regular para los migrantes y refugiados venezolanos.
Este enfoque proactivo podr¨ªa incluir una adaptaci¨®n de la estrategia para poder coordinarse con un sector m¨¢s amplio de los actores de la sociedad venezolana. Guaid¨® todav¨ªa tiene un apoyo internacional significativo. Pero ya no es un¨¢nime entre los que lo apoyaban en 2019. Despu¨¦s de una maniobra de dudosa constitucionalidad que declar¨® una especie de ¡°continuidad administrativa¡± y cre¨® un comit¨¦ designado para continuar con el Gobierno interino despu¨¦s de la finalizaci¨®n del mandato de la Asamblea Nacional electa en 2015, el Grupo de Lima y la Uni¨®n Europea sacaron comunicados criticando las pseudo-elecciones legislativas en diciembre, pero diciendo que trabajar¨ªan con la oposici¨®n m¨¢s amplia. Los comunicados ya no se refer¨ªan a Guaid¨® como presidente interino.
Estados Unidos deber¨ªa ampliar tambi¨¦n la oposici¨®n con la cual trabaja. La tradicionalmente fracturada sociedad civil en Venezuela se ha unificado en varios niveles alrededor de la emergencia humanitaria y la necesidad de una soluci¨®n pol¨ªtica a la crisis. Le acompa?an unos actores que llevan a?os fuera de la pol¨ªtica nacional, como el sector empresarial, el sector sindical y hasta la religi¨®n organizada. Juntos a estos sectores de la sociedad civil organizada se re¨²ne un sector importante de la sociedad venezolana.
Actualmente, Maduro no tiene una oposici¨®n pol¨ªtica interna y est¨¢ consolidando su control. Pero no lo tiene f¨¢cil. Los ingresos del Gobierno son insuficientes para mantener satisfechos los intereses de los oficiales. El negocio del oro no llega a reemplazar el del petr¨®leo y los cuentos de narco-abundancia solo convencen en Washington. Maduro tiene un fuerte inter¨¦s en regresar a un nivel de prosperidad y al reconocimiento internacional. EE UU tiene la llave m¨¢s importante al poder levantar las sanciones. Deber¨ªa usarlo para negociar un regreso a elecciones democr¨¢ticas de verdad.
Por lo pronto, el quehacer m¨¢s delicado para Biden es sacar a Venezuela de la competencia geopol¨ªtica. Un resultado de la agresividad de la pol¨ªtica de Trump en 2019 fue poner a Venezuela como una ficha en las tensiones geopol¨ªticas entre EE UU y Rusia y China. Ya hace varios a?os China ha demostrado que no est¨¢ entusiasmado en ayudar a un Estado fallido. Y una Venezuela internacionalmente reconocida y pr¨®spera ser¨ªa m¨¢s atractiva para los intereses de negocio de Rusia que la situaci¨®n actual.
Lo que la Administraci¨®n Biden s¨ª tiene como prioridad es regresar a la diplomacia multilateral con sus aliados tradicionales en el hemisferio y Europa. Venezuela podr¨ªa ser un tema de acuerdo mutuo comparado con otras ¨¢reas m¨¢s dif¨ªciles. De ahora en adelante, tanto Bruselas como Washington deben trabajar juntos para mejorar la comunicaci¨®n con pa¨ªses claves como Cuba, China y Rusia.
Una oportunidad importante para avanzar este nuevo enfoque podr¨ªa ser la reactivaci¨®n del intento de organizar una cumbre de actores internacionales relevantes en Estocolmo en junio de 2019, un esfuerzo que la Administraci¨®n de Trump imprudentemente decidi¨® boicotear. El compromiso declarado de Biden con el multilateralismo podr¨ªa ser una apertura importante en este sentido, y los l¨ªderes europeos se encuentran en una posici¨®n vital para ayudar a Estados Unidos a adoptar una pol¨ªtica m¨¢s sostenible a largo plazo. Esta coordinaci¨®n podr¨ªa ser un punto de encuentro con Biden para trabajar por un acuerdo pol¨ªtico en Venezuela.
David Smilde es actualmente catedr¨¢tico visitante del Kellogg Institute for International Studies de la Universidad de Notre Dame y profesor de Relaciones Humanas Charles A y Leo M Favrot de la Universidad de Tulane, as¨ª como asesor principal en Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA); Geoff Ramsey es director para Venezuela de WOLA.