Viacrucis sin cirineo
Sin marines en la costa la incapacidad coercitiva de la oposici¨®n venezolana es manifiesta
El abatimiento de los venezolanos timados por Trump es comprensible, ya que depositaron sus esperanzas en el Pent¨¢gono para echar a Maduro y fueron v¨ªctimas de una mentira deseada, la del expresidente bocazas para zarandear el v¨¦rtice chavista y, de paso, captar el voto venezolano y cubano del sureste de Florida. El contraveneno del desenga?o es la paciencia y el alineamiento con la soluci¨®n electoral que ofrecer¨¢ Biden: atenuaci¨®n de sanciones a cambio de urnas cre¨ªbles. Conseguirlas ...
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El abatimiento de los venezolanos timados por Trump es comprensible, ya que depositaron sus esperanzas en el Pent¨¢gono para echar a Maduro y fueron v¨ªctimas de una mentira deseada, la del expresidente bocazas para zarandear el v¨¦rtice chavista y, de paso, captar el voto venezolano y cubano del sureste de Florida. El contraveneno del desenga?o es la paciencia y el alineamiento con la soluci¨®n electoral que ofrecer¨¢ Biden: atenuaci¨®n de sanciones a cambio de urnas cre¨ªbles. Conseguirlas con un escalamiento del castigo es improbable. La historia demuestra que el asedio comercial, econ¨®mico y financiero empobrece a las sociedades, pero no derrumba los reg¨ªmenes sostenidos por las Fuerzas Armadas.
La hambruna provocada por el Gran Salto Adelante mao¨ªsta (1958-1961) mat¨® a 45 millones de personas hasta que Deng Xiaoping se alej¨® de la inanici¨®n con un gran salto capitalista sin soltar el poder. El marxismo bolivariano se sumergi¨® en el capitalismo de Estado para mantenerse a flote, pero Venezuela no es China, ni tampoco la Cuba depauperada por m¨¦ritos propios y por el embargo de Estados Unidos, cuya intervenci¨®n en la soluci¨®n de la crisis es fundamental. Cabe pensar que Biden ofrezca a La Habana el regreso a la normalizaci¨®n de Obama si allana el entendimiento con Caracas y no cubaniza ideol¨®gicamente su futuro.
Sin marines en la costa la incapacidad coercitiva de la oposici¨®n venezolana es manifiesta. Solo queda la negociaci¨®n con resultados o la pr¨®rroga del embate de la Casa Blanca, la Oficina de Control de Activos Extranjeros y el consenso dem¨®crata-republicano: la tropa m¨¢s temida por los restos de la revoluci¨®n de Ch¨¢vez, costeada por el petr¨®leo y el carisma del caudillo. A sus legatarios les inquieta m¨¢s la capacidad desestabilizadora del desastre econ¨®mico y el desplome de los servicios que la insolvencia de la democracia, irresoluble mientras la amalgama antigubernamental no acometa la larga marcha hacia una agenda com¨²n. La transici¨®n deber¨¢ ser¨¢ pactada por el chavismo y la oposici¨®n sin paredones de fusilamiento, salvo que los responsables de los cr¨ªmenes denunciados en la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos prefieran atrincherarse y reprimir, arriesg¨¢ndose a ser citados por la Corte Penal Internacional.
A corto plazo, el sufrimiento de quienes carecen de medios e intenci¨®n de irse es prioritario. El rescate de esa mayor¨ªa desamparada no admite demoras y reclama dos esfuerzos multinacionales en paralelo, el negociador y el humanitario, as¨ª como el ajuste de estructuras de producci¨®n caducas desde muchos a?os antes de que Trump las hundiera en la miseria. Las sanciones y la emisi¨®n de deuda para financiar un gasto p¨²blico excesivo agravan el estr¨¦s financiero de un autoritarismo mendicante, que depende de los c¨¢lculos geopol¨ªticos de China, Rusia, Ir¨¢n y Turqu¨ªa, atentos, a su vez, a las propuestas de Biden para calibrar su respaldo al chavismo. In crescendo, el viacrucis de los venezolanos no encuentra su cirineo, ni nacional ni extranjero.