Datos digitales y tecnolog¨ªa para un mundo mejor
Esta crisis nos ofrece la oportunidad de reevaluar nuestras formas de vida, nuestros incentivos, nuestras prioridades y de impulsar un cambio real
La pandemia de covid-19 ha puesto al descubierto debilidades estructurales profundamente arraigadas en nuestro mundo. El coronavirus y sus efectos socioecon¨®micos afectan de manera desproporcionada a las personas pobres, a las mujeres, a las personas con discapacidad, a los migrantes, a las minor¨ªas y a los pueblos gobernados por populistas. Por ello hay autores...
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La pandemia de covid-19 ha puesto al descubierto debilidades estructurales profundamente arraigadas en nuestro mundo. El coronavirus y sus efectos socioecon¨®micos afectan de manera desproporcionada a las personas pobres, a las mujeres, a las personas con discapacidad, a los migrantes, a las minor¨ªas y a los pueblos gobernados por populistas. Por ello hay autores que consideran que esta pandemia es, m¨¢s bien, una sindemia.
En este contexto, los datos digitales y la tecnolog¨ªa constituyen herramientas imprescindibles para enfrentar los retos que tenemos por delante. Por una parte, act¨²an como lentes sobre la realidad subyacente, y nos ayudan a saber lo que est¨¢ ocurriendo, d¨®nde, c¨®mo y por qu¨¦; por otra son aut¨¦nticas palancas de cambio a la hora de dise?ar, aplicar y evaluar pol¨ªticas. De hecho, la crisis actual nos ofrece una oportunidad ¨²nica para preguntarnos c¨®mo los datos digitales y la tecnolog¨ªa pueden mejorar verdadera y estructuralmente nuestro mundo, ayud¨¢ndonos no solo a luchar contra la covid-19 sino especialmente a hacerlo construyendo una sociedad mejor.
En los ¨²ltimos meses hemos sido testigos de un despliegue a nivel global de multitud de herramientas tecnol¨®gicas para ayudarnos a abordar esta terrible pandemia. Entre otras, las aplicaciones de rastreo de contactos; las p¨¢ginas de internet y aplicaciones para el autodiagn¨®stico; los algoritmos de Inteligencia Artificial para acelerar el descubrimiento de f¨¢rmacos y/o vacunas eficaces, para diagnosticar a partir de pruebas radiol¨®gicas o para predecir la probabilidad de necesitar servicios de cuidados intensivos a partir de s¨ªntomas, datos del historial m¨¦dico y datos demogr¨¢ficos; el an¨¢lisis de Big Data para modelar la movilidad humana a gran escala; los sistemas de vigilancia y control de cuarentena; los modelos epidemiol¨®gicos computacionales, enriquecidos con datos; y el an¨¢lisis autom¨¢tico de datos de las redes sociales y/o de encuestas ciudadanas para entender la situaci¨®n y percepci¨®n de la ciudadan¨ªa durante la pandemia.
Herramientas que, sin duda, tienen un inmenso potencial en la b¨²squeda de alternativas que ahorren sufrimiento humano y contribuyan a encontrar soluciones a los grandes retos sanitarios y socioecon¨®micos que nos deja este desastre natural. Sin embargo, adem¨¢s del conocimiento e indispensable apropiaci¨®n ciudadana de dichas herramientas digitales, es momento tambi¨¦n de cuestionar cr¨ªticamente las implicaciones amplias de su uso, incluyendo su posible permanencia en nuestras vidas y sociedades m¨¢s all¨¢ de la respuesta pand¨¦mica inmediata. Este an¨¢lisis de implicaciones nos permitir¨ªa identificar ¡ªno solo desde los entornos de tecn¨®logos sino, sobre todo, desde los institucionales y ciudadanos¨D unos principios rectores que definan c¨®mo dise?amos, desarrollamos e implementamos dichas tecnolog¨ªas con el objetivo de maximizar el impacto positivo de las mismas y minimizar su impacto negativo. Desde nuestro punto de vista, hay cinco elementos que juegan un papel primordial en la elaboraci¨®n de dichos principios.
En primer lugar, el contexto de las decisiones que se est¨¢n tomando durante la pandemia. Deber¨ªamos conocer sus objetivos, analizar sus consecuencias y estimar su impacto a largo plazo, desde multitud de puntos de vista: sanitario, medioambiental, econ¨®mico, laboral, comercial, pol¨ªtico, social, legal, ¨¦tico... El contexto tambi¨¦n engloba entender los riesgos, beneficios, limitaciones e impacto de las distintas tecnolog¨ªas que estamos desplegando para luchar contra el coronavirus. No podemos olvidar que no todas las respuestas pueden o deben ser digitales, y que no todas las personas podr¨¢n acceder a soluciones digitales. Por tanto, las soluciones deben ser pensadas de una manera hol¨ªstica e inclusiva que no deje a nadie atr¨¢s. La regulaci¨®n tiene un papel clave que desempe?ar a este respecto. Una regulaci¨®n que tiene que ser necesariamente global para garantizar que las iniciativas puedan escalarse r¨¢pidamente¡ªy necesitamos la escala ya que los retos a los que nos enfrentamos, incluyendo las pandemias, son globales¡ª y puedan perdurar en el tiempo.
En segundo lugar, la educaci¨®n. Las y los ciudadanos deber¨ªamos recibir informaci¨®n clara, precisa y comprensible. Se est¨¢n generando enormes cantidades de desinformaci¨®n y desconfianza sobre la pandemia, lo que dificulta que podamos discernir entre hechos, bulos, teor¨ªas de la conspiraci¨®n y falacias, aliment¨¢ndose y alimentando la polarizaci¨®n social. No podemos obviar el papel que juegan las empresas y plataformas de redes sociales en este contexto. Adem¨¢s, la pandemia de covid-19 ha puesto de manifiesto que, en contra de lo que pueda pensarse, no existe suficiente cultura de datos y de competencia digital tanto entre los comunicadores, como funcionarios p¨²blicos e incluso responsables de la toma de decisiones. Esta insuficiencia tiene consecuencias potencialmente devastadoras. La educaci¨®n y la colaboraci¨®n a largo plazo de un conjunto diverso de experto/as en ¨¢reas relevantes ¨Dcomo las ciencias de datos, epidemiolog¨ªa, antropolog¨ªa, inform¨¢tica, inmunolog¨ªa, salud p¨²blica, econom¨ªa y sociolog¨ªa¨D pueden ser de gran ayuda para conseguir que, cada vez m¨¢s, la toma de decisiones de pol¨ªticas p¨²blicas est¨¦n basadas en la evidencia y el conocimiento. En estas colaboraciones hay que considerar tambi¨¦n los incentivos y las limitaciones de los participantes y trabajar juntos para lograr resultados beneficiosos para todas las partes. Un ejemplo de tal colaboraci¨®n es el grupo de ciencias de datos en la lucha contra la covid-19 de la Generalitat valenciana que, desde marzo de 2020, contribuye con an¨¢lisis de datos y conocimiento experto al Comisionado para Presidencia de la Generalitat valenciana en Inteligencia Artificial y Ciencias de Datos en la lucha contra la covid-19.
En tercer lugar, est¨¢n los datos. Necesitamos datos de alta calidad, captados y compartidos de manera sistem¨¢tica y accionable, para alimentar sistemas humanos en la lucha contra la pandemia y contribuir a construir una sociedad m¨¢s preparada para abordar retos como el que enfrentamos hoy. Los datos son, sin duda, una de las herramientas m¨¢s poderosas a nuestra disposici¨®n. Es urgente crear los ecosistemas tecnol¨®gicos y legales necesarios para conseguir que los datos se capten, compartan y analicen de manera interoperable, preservando siempre la privacidad de las personas y con las m¨¢s altas garant¨ªas de seguridad. Los responsables de la toma de decisiones, los medios de comunicaci¨®n y los ciudadanos deber¨ªamos saber qu¨¦ datos nuestros (tanto datos en crudo como transformados) se est¨¢n recopilando y c¨®mo; qu¨¦ representan; c¨®mo y por qu¨¦ se almacenan, se analizan y potencialmente se comparten. Los reguladores y controladores de datos juegan un papel clave para garantizar las salvaguardas adecuadas con respecto a la privacidad, el consentimiento y la inclusi¨®n de los interesados, y para ayudar a conseguir el necesario equilibrio entre la respuesta ante una situaci¨®n de emergencia y la protecci¨®n de los derechos fundamentales.
En cuarto lugar, la transparencia y la confianza. La honestidad y la transparencia son claves para generar confianza, junto a la competencia y la fiabilidad. La situaci¨®n actual nos ha abierto los ojos a la ciudadan¨ªa, y a los actores pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales, mostrando que ¨Daunque los datos son un elemento clave para apoyar la toma de decisiones¨D dichos datos pueden ser sesgados, manipulados y abusados. Adem¨¢s, muchos colectivos est¨¢n menos conectados y por tanto es posible que no se est¨¦ contando con ellos, ni se les est¨¦ incluyendo. Qu¨¦ puede y no puede lograrse mediante datos y tecnolog¨ªa debe comunicarse de forma transparente para que los ciudadanos y la sociedad podamos decidir al respecto.
En quinto lugar, las personas, que tenemos que estar ¨Dde verdad¡ª en el centro de todo desarrollo tecnol¨®gico. Deber¨ªamos hacer ¨Dy exigir¨D desde perspectivas ¨¦ticas y de derechos humanos, simulaciones de consecuencias no deseadas, minimizando los riesgos potenciales antes de implementar y desplegar cualquier tecnolog¨ªa con impacto en las personas, en otros seres vivos o en el planeta. Resulta esencial, en ese sentido, que las respuestas sociales y conductuales a las intervenciones mediadas por tecnolog¨ªa digital se anticipen e integren en el dise?o de las herramientas y las aplicaciones. Esto requiere consultas p¨²blicas a gran escala, gobernanza cr¨ªtica, mecanismos de regulaci¨®n y rendici¨®n de cuentas, portales de internet y foros locales para garantizar que los ciudadanos estemos informados y podamos participar activamente en la definici¨®n de prioridades, procesos y resultados.
Esta crisis nos ofrece la oportunidad de reevaluar nuestras formas de vida, nuestros incentivos, nuestras prioridades y de impulsar un cambio real aprovechando algunas de las poderosas herramientas que tenemos en nuestras manos: los datos y la tecnolog¨ªa. Pero ello no ser¨¢ posible si no nos organizamos ¡ªtanto el sector p¨²blico como el privado y la sociedad civil¡ª y trabajamos para construir una sociedad mejor a trav¨¦s de un enfoque humanista que aproveche el uso de datos y tecnolog¨ªas digitales para el bien com¨²n. Un enfoque que debe concretarse ¨Dtransversal y operativamente¨D en el conjunto de pol¨ªticas tecnol¨®gicas y de datos, plasmadas en nuestro pa¨ªs sobre todo en la nueva Agenda Espa?a Digital 2025. Sabemos que no podremos construir un mundo m¨¢s pr¨®spero, justo y sostenible sin la ayuda de la tecnolog¨ªa. Y aunque no todo desarrollo tecnol¨®gico significa progreso, este se acelera gracias a la innovaci¨®n tecnol¨®gica alineada con los valores de dicho progreso: la mejora de la calidad de vida de las personas, del resto de seres vivos y del planeta en s¨ª mismo. No dejemos pasar esta oportunidad y actuemos de manera audaz y transformadora, ahora. Sabiendo que el gran salto que nos toca dar no es solo relativo a la tecnolog¨ªa sino tambi¨¦n de gobernanza, participaci¨®n y apropiaci¨®n de lo que debe considerarse un bien p¨²blico estrat¨¦gico.
Este es el quinto de una serie de art¨ªculos sobre las consecuencias de la pandemia desde ¨®pticas multidisciplinares elaborados por: Cecilia Casta?o, catedr¨¢tica en Econom¨ªa Aplicada en la Complutense de Madrid; Mar¨ªa ?ngeles Sall¨¦, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Valencia; Capitolina D¨ªaz, catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa en la Universidad de Valencia y Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial por el MIT, cofundadora y vicepresidenta de ellis.eu.