Inf¨®rmate, comparte, act¨²a
Los lectores opinan de la necesidad de la informaci¨®n, sobe las opciones a las que nos enfrenta la pandemia, la mentira, el lobo ib¨¦rico y el mandato de Mario Draghi, encargado de formar Gobierno en Italia
Hay demasiadas cosas por las que tenemos que luchar, demasiadas. A veces cuesta acordarse de todas. A veces entramos en un bucle de normalidad en el que nos olvidamos de lo que de verdad importa. Estamos tan sobreinformados que perdemos consciencia de lo que es la informaci¨®n. Normalizamos las noticias, las protestas, la inconsciencia, la guerra, la intolerancia y tantas otras cosas que no son normales. Llevamos muchos a?os actuando como un reba?o de ovejas, tantos que ya no sabemos ni a qu¨¦ pastor seguimos, tampoco nos acordamos del porqu¨¦. Inf¨®rmate. Comparte. Act¨²a. Porque nadie m¨¢s va a lu...
Hay demasiadas cosas por las que tenemos que luchar, demasiadas. A veces cuesta acordarse de todas. A veces entramos en un bucle de normalidad en el que nos olvidamos de lo que de verdad importa. Estamos tan sobreinformados que perdemos consciencia de lo que es la informaci¨®n. Normalizamos las noticias, las protestas, la inconsciencia, la guerra, la intolerancia y tantas otras cosas que no son normales. Llevamos muchos a?os actuando como un reba?o de ovejas, tantos que ya no sabemos ni a qu¨¦ pastor seguimos, tampoco nos acordamos del porqu¨¦. Inf¨®rmate. Comparte. Act¨²a. Porque nadie m¨¢s va a luchar por ti. Porque todos esos planes que tienes en tu cabeza, tan bien montados, y que te har¨¢n tan feliz no se llegar¨¢n a cumplir si seguimos viviendo en guerra contra nosotros mismos. No habr¨¢ planes si no hay futuro. Si no hay personas.
Laura Leonelli Garc¨ªa. Sant Cugat del Vall¨¦s (Barcelona)
Como bandoleros: la bolsa o la vida
La imaginer¨ªa popular nos dice que las cuadrillas de bandoleros empleaban el famoso ¡°la bolsa o la vida¡± para amedrentar a sus v¨ªctimas. La fuerza de la expresi¨®n radica en que establece de manera inmediata una dicotom¨ªa simple y que deja pocas dudas sobre qu¨¦ opci¨®n escoger¡ O no. Porque en la Espa?a actual existen ciertos dirigentes auton¨®micos y nacionales, determinados sectores econ¨®micos y alguna que otra farmac¨¦utica justita de escr¨²pulos que parecen inclinarse por la bolsa. Entiendo que es l¨®gico tratar de mantener un equilibrio ¡ªque la pandemia complica en extremo, ciertamente¡ª entre salud y flotabilidad econ¨®mica, pero nadie deber¨ªa perder de vista que, llegado el momento de elegir entre dos opciones malas, la prioridad debe ser siempre la vida; la propia y la de los dem¨¢s. Habr¨ªa que preguntarse qu¨¦ elegir¨ªan quienes ahora optan por la bolsa si tuvieran la navaja de Luis Candelas apoyada en el pecho.
David Barbas Garc¨ªa. Pamplona
Acabemos con el odio
Mentir, a sabiendas de que se miente, para generar divisi¨®n social y odio hacia personas, normalmente en debilidad, deber¨ªa estar considerado como un delito de odio. Delito con agravante cuando es cometido por personas que ostentan alg¨²n cargo p¨²blico. Tolerar impunemente el verter odio gratuito sobre la sociedad es contribuir a que esta se envilezca y la convivencia se haga imposible. Es responsabilidad y tarea de todos, y con la ley en la mano, cerrar el paso a quienes representan lo peor de la sociedad.
Teo Garc¨ªa. Logro?o
El rey del bosque
El lobo ib¨¦rico es el rey del bosque, como el le¨®n es el rey de la selva. Y lo mismo que la del le¨®n, la supervivencia del lobo ib¨¦rico, v¨¦rtice de nuestra cadena alimentaria, se encuentra amenazada desde hace tiempo. Se calcula que solo quedan unos 2.500 en todo el territorio. Si queremos que el lobo permanezca en la naturaleza y no en el recuerdo de las especies perdidas, hay que ser especialmente cautelosos con su protecci¨®n. Por eso debemos felicitarnos por el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y las comunidades aut¨®nomas para prohibir su caza en toda Espa?a, algo que la ciencia y el sentido com¨²n recomendaban.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logro?o
Mario Draghi ha aceptado el reto
Est¨¢ claro que no es el mejor sistema para una sociedad, los t¨¦cnicos solo deber¨ªan implementar las directrices de los pol¨ªticos elegidos democr¨¢ticamente; pero qu¨¦ ocurre cuando los partidos son incapaces de ponerse de acuerdo en asuntos de Estado, sobre todo en momentos dif¨ªciles. En la pandemia hemos venido siguiendo los pasos de Italia, y en pol¨ªtica, pasados los tiempos del bipartidismo, parece que vamos por la misma senda. All¨ª hay una persona con una s¨®lida formaci¨®n, prestigio y aplomo demostrados: Mario Draghi ha aceptado el reto y va a necesitar apoyos y mucha suerte.
Rafael Solaz Pe?arrocha. Ll¨ªria (Valencia)