Geopol¨ªtica de la vacuna
Dentro de unos a?os podremos medir su eficacia. Tambi¨¦n las inversiones y alianzas geoestrat¨¦gicas que impulsaron
La pandemia est¨¢ cambiando la historia y las vacunas van a marcar qu¨¦ actores la cuentan. En palabras del director de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, Occidente comete un ¡°fracaso moral catastr¨®fico¡± al acumular millones de dosis mientras algunos pa¨ªses pobres deber¨¢n esperar hasta 2024 para proteger a su poblaci¨®n. ...
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La pandemia est¨¢ cambiando la historia y las vacunas van a marcar qu¨¦ actores la cuentan. En palabras del director de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, Occidente comete un ¡°fracaso moral catastr¨®fico¡± al acumular millones de dosis mientras algunos pa¨ªses pobres deber¨¢n esperar hasta 2024 para proteger a su poblaci¨®n. Esa injusticia abre ventanas de oportunidad a Rusia y China, con consecuencias m¨¢s all¨¢ de lo sanitario.
Si lo piensan, ya no hablamos tanto de Mosc¨² como fuente de desinformaci¨®n. El foco est¨¢ sobre un logro cient¨ªfico: la Sputnik V, una de las vacunas m¨¢s s¨®lidas del mercado. La mejor diplomacia para Putin son los aviones cargados de viales que aterrizan en Argentina, Venezuela o Brasil. Se est¨¢ distribuyendo de forma masiva en Latinoam¨¦rica, Oriente Pr¨®ximo y Asia, y ha pedido la revisi¨®n de la Agencia Europea de Medicamentos.
Para Pek¨ªn las vacunas son la forma de cambiar el relato: del origen del virus a la soluci¨®n. Est¨¢ enviando sus vacunas Sinovac y Sinopharm a Egipto, Brasil, Per¨², y Hungr¨ªa, entre otros, aprovechando la Nueva Ruta de la Seda, su macro red de infraestructuras y distribuci¨®n en los cinco continentes. El Partido Comunista ha recuperado un concepto de 2016, el de Ruta de la Seda Sanitaria, para adaptar su estrategia a la covid-19. Llevan meses suministrando mascarillas, respiradores y equipos de protecci¨®n y han duplicado su contribuci¨®n a la OMS. Cuidan territorios que se sienten olvidados por Occidente y que los reciben con los brazos abiertos. Las voces que expresan dudas sobre la opacidad o el precio pol¨ªtico son, como dentro de China, minoritarias. ¡°?Por qu¨¦ los pa¨ªses occidentales no mencionan los derechos humanos en la distribuci¨®n de las vacunas?¡±, ironiza el diario oficial chino Global Times.
Hace un mes, cuando el primer cargamento de Sinopharm lleg¨® a Belgrado, el presidente Aleksandar Vucic lo recibi¨® a pie de pista. Serbia es el segundo pa¨ªs de Europa en vacunaci¨®n per c¨¢pita por detr¨¢s de Reino Unido. Un tabloide progubernamental titul¨®: ¡°Vucic, Putin y Xi est¨¢n salvando a Serbia¡±. Aunque tambi¨¦n est¨¢n recibiendo viales de Pfizer.
La Uni¨®n Europea ha conseguido actuar como bloque, pero tiene el inconveniente de las democracias: hay que dar explicaciones. La presidenta de la Comisi¨®n reconoce que pecaron de optimistas al creer que ciencia e industria ir¨ªan de la mano. Tambi¨¦n que el sistema de compra a las farmac¨¦uticas ha sido de todo menos transparente. Bruselas participa en Covax, el mecanismo internacional para suministrar viales m¨¢s baratos o gratis a los m¨¢s desfavorecidos, pero este apenas cubrir¨¢ al 20% m¨¢s vulnerable. Dice Jerome Kim, director del Instituto Internacional de Vacunas, que Covax no deber¨ªa quedarse en un ¡°coraz¨®n sin cabeza¡±, un esfuerzo por reconocer que tenemos un problema global, pero incapaz de cumplir su cometido.
Dentro de unos a?os podremos medir la eficacia de las vacunas. Tambi¨¦n las inversiones y alianzas geoestrat¨¦gicas que impulsaron.