Caos electoral en Ecuador
Todas las partes deben cooperar en un recuento r¨¢pido y limpio que evite un estallido de tensi¨®n
El desastroso proceso electoral que ha marcado la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, celebradas el pasado 7 de febrero, amenaza gravemente la estabilidad social e institucional del pa¨ªs sudamericano. Hasta hoy todav¨ªa no se conoce qui¨¦n ser¨¢ el candidato al que se tendr¨¢ que medir el ganador, Andr¨¦s Arauz, en la segunda vuelta, con fecha marcada para el 11 de abril. En principio, la diferencia ...
El desastroso proceso electoral que ha marcado la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, celebradas el pasado 7 de febrero, amenaza gravemente la estabilidad social e institucional del pa¨ªs sudamericano. Hasta hoy todav¨ªa no se conoce qui¨¦n ser¨¢ el candidato al que se tendr¨¢ que medir el ganador, Andr¨¦s Arauz, en la segunda vuelta, con fecha marcada para el 11 de abril. En principio, la diferencia de votos entre dos opciones pol¨ªticas muy diferentes es escas¨ªsima; la del conservador Guillermo Lasso y la del l¨ªder indigenista Yaku P¨¦rez, quien ha protagonizado la sorpresa incluso aunque no pase a la segunda vuelta. Pero esta circunstancia de casi emparejamiento en el resultado ¡ªalgo plausible en cualquier elecci¨®n¡ª se ha convertido en un factor de desestabilizaci¨®n ante la peligrosa inoperancia de un mecanismo electoral que debe ser revisado con urgencia.
Las numerosas dificultades en el recuento y una lluvia de impugnaciones produjeron una par¨¢lisis total en el proceso de verificaci¨®n y proclamaci¨®n de resultados, P¨¦rez denunci¨® fraude electoral y pidi¨® a sus bases que se movilizaran. Tras cinco d¨ªas de conversaciones pol¨ªticas, todas las partes llegaron a un acuerdo por el cual se revisar¨¢n las actas electorales en 17 provincias de las 24 que constituyen el pa¨ªs andino y se recontar¨¢n el 100% de las urnas en algunos territorios como Guayas. Un m¨¦todo que se ha iniciado el pasado domingo, pero para el cual el Consejo Nacional Electoral no ha dado ninguna estimaci¨®n de finalizaci¨®n, a?adiendo incertidumbre a un procedimiento electoral casi ya descarrilado.
Todas estas condiciones han creado un panorama muy inflamable en un pa¨ªs con importantes tensiones sociales y pol¨ªticas azuzadas por la misma pugna electoral y las duras consecuencias que est¨¢ teniendo la pandemia. No cabe duda de que, cuanto m¨¢s tiempo se tarde en emitir un resultado definitivo, m¨¢s posibilidades hay de que la tensi¨®n en aumento termine por estallar. Es cierto que los dos candidatos que pugnan por pasar a la segunda vuelta han se?alado tras el acuerdo alcanzado que acatar¨¢n el veredicto del Consejo Nacional Electoral, y esto resulta fundamental para calmar los ¨¢nimos del electorado, pero de ninguna manera rebaja la obligaci¨®n del organismo de verificar los votos con la mayor rapidez y total transparencia. Es preciso tambi¨¦n que todas las instituciones del pa¨ªs demuestren madurez y multipliquen los esfuerzos para superar la situaci¨®n.
En cualquier caso, el da?o ya est¨¢ hecho y la din¨¢mica vivida hasta ahora arrojar¨¢ dudas leg¨ªtimas sobre el sistema de votaci¨®n. La democracia no solo tiene que ser transparente, sino adem¨¢s parecerlo.