Elecciones catalanas: el camino del entendimiento
ERC va a presidir la Generalitat y el PSC ha neutralizado a Ciudadanos. A partir de ahora, la posibilidad de avanzar depender¨¢ de la evoluci¨®n del di¨¢logo y de los movimientos a favor de la distensi¨®n
El momento pol¨ªtico catal¨¢n, a las puertas de las elecciones del 14 de febrero, se encontraba instalado en una disyuntiva que pod¨ªa llevar a la intensificaci¨®n o a la suavizaci¨®n del conflicto. Si se act¨²a con serenidad y un m¨ªnimo de inteligencia creo que su resultado apunta a la senda de la suavizaci¨®n.
Es bien conocida la idea que para entender la pol¨ªtica catalana hay que tener presente que se mueve en dos ejes: el del modelo econ¨®mico-social y el de la identidad nacional. Es as¨ª, pero pienso que en realidad...
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El momento pol¨ªtico catal¨¢n, a las puertas de las elecciones del 14 de febrero, se encontraba instalado en una disyuntiva que pod¨ªa llevar a la intensificaci¨®n o a la suavizaci¨®n del conflicto. Si se act¨²a con serenidad y un m¨ªnimo de inteligencia creo que su resultado apunta a la senda de la suavizaci¨®n.
Es bien conocida la idea que para entender la pol¨ªtica catalana hay que tener presente que se mueve en dos ejes: el del modelo econ¨®mico-social y el de la identidad nacional. Es as¨ª, pero pienso que en realidad hay un tercer eje, que en este momento es de especial relevancia: el de la inclinaci¨®n al di¨¢logo.
Pol¨ªticamente, no tanto socialmente, Catalu?a est¨¢ dividida en dos segmentos que, para tratar de ser lo m¨¢s neutral posible, denotar¨¦ por como se autodenominan: el independentista y el constitucionalista. Cada segmento representa aproximadamente el 50% de los votantes, con el independentista algunas veces ligeramente por debajo, o, como esta vez, ligeramente por encima. De ah¨ª las cosas no se han movido y es hora que todos reconozcamos que esta es una caracter¨ªstica estructural de la situaci¨®n. Atribuir la posici¨®n de los otros a intoxicaciones diversas trivializa una realidad de fondo. Constatar la persistencia de este empate es, adem¨¢s, un punto de partida con el potencial de propiciar las actitudes negociadoras.
Dentro de cada segmento los movimientos han sido, sin embargo, muy importantes. El constitucionalista se ha polarizado internamente, con el colapso de Ciudadanos y el desplazamiento de sus votantes hacia Vox y hacia el PSC. No me cabe duda que este ¨²ltimo es un movimiento claramente a favor de la suavizaci¨®n y de la voluntad de di¨¢logo. Lo afirmo a pesar del fragor de una batalla electoral que ha producido desafortunadas descalificaciones y vetos mutuos (¡°no gobernar¨¦ nunca con los independentistas¡±, ¡°no gobernaremos nunca con el PSC¡±) que llevar¨¢ un tiempo resta?ar. Seguramente no mucho porque los puentes no se han roto.
Por lo que hace a Vox se?alemos que la aparici¨®n de este nuevo actor en la pol¨ªtica catalana es causa de alarma. Las elecciones nos muestran dos variedades de electores Vox: el que tiene frontera con el PP, que se muestra en Pedralbes y que tiene un l¨ªmite superior claro en su expansi¨®n, y el que tiene frontera con el PSC, que se muestra en Badia del Vall¨¨s y que no tiene un l¨ªmite superior tan evidente. Ah¨ª el PSC es el gran dique de contenci¨®n y es vital que lo contin¨²e siendo.
El independentismo debe reflexionar sobre la significaci¨®n del retorno de votantes desde Ciudadanos al PSC. Hay un sector de la poblaci¨®n catalana que se ha sentido agredida con la aceleraci¨®n independentista (los 18 meses) despu¨¦s de las elecciones de 2015. Estos votantes lo expresaron alto y claro con el voto masivo en 2017 a Ciudadanos, un partido fundado para negar la plurinacionalidad del Estado. Que ahora vuelvan al PSC es un hecho importante que cabe interpretar y aplaudir como expresi¨®n de una inclinaci¨®n a la suavizaci¨®n y el di¨¢logo. Pregunt¨¦monos: ?esa inclinaci¨®n ha tenido contrapartida en la jornada electoral por el lado independentista? Aunque el 26,7% del electorado vot¨® independentista-rupturista (Junts y CUP), el 24,1% vot¨® independentista-pactista (ERC y PDeCAT), con una composici¨®n por partidos que ha favorecido a ERC. La represi¨®n de todo tipo condiciona mucho y determinan que el eje de la identidad nacional sea todav¨ªa dominante. El ¨²nico Gobierno posible a corto plazo es independentista y puesto que ERC ha obtenido m¨¢s votos y m¨¢s esca?os que Junts, el presidente de la Generalitat va a ser de ERC. Y celebro que lo sea Pere Aragon¨¦s, un pol¨ªtico de talante dialogante.
En s¨ªntesis: dos de las opciones pol¨ªticas que concertaron en su momento la mesa de di¨¢logo han salido reforzadas, y la tercera (Comuns-Podem) no ha sido penalizada.
La formaci¨®n de Gobierno no ser¨¢, sin embargo, nada f¨¢cil. Junts y la CUP se enfrentan a un dilema irresoluble que sus dirigentes, que no son lerdos, deben comprender muy bien. Dada la aritm¨¦tica parlamentaria, el president, una vez nombrado, tendr¨¢ amplias posibilidades de practicar la geometr¨ªa variable, y a¨²n de cambiar de alianzas estables, ya que para hacerlo no tendr¨¢ la necesidad de pasar por una moci¨®n de confianza contra s¨ª mismo. Junts y la CUP van a intentar obtener garant¨ªas que eviten esas manos libres, empezando por la designaci¨®n del presidente del Parlament. Las conseguir¨¢n por un tiempo, pero esta legislatura tiene cuatro a?os de recorrido potencial y carecer¨ªa de sentido que ERC la acortara cuando al fin ha conseguido su grial: la presidencia de la Generalitat. De hecho, ERC procurar¨¢ que esta victoria por los pelos sea el inicio de un ciclo largo de varias legislaturas. Si no se autodestruye la posibilidad la tiene.
A partir de ahora todo depender¨¢ de la evoluci¨®n del di¨¢logo y de los movimientos a favor de la distensi¨®n. Solo en dos d¨ªas hemos visto el recurso del fiscal contra el tercer grado de los presos (vale la pena leerlo para comprobar hasta qu¨¦ punto su contenido es pol¨ªtico) o el chocante encarcelamiento de un rapero por un delito de opini¨®n. El Gobierno espa?ol debe tener la fortaleza y presencia de ¨¢nimo suficiente para sacar a los presos de la c¨¢rcel y resistir las provocaciones que le llegan del interior mismo de las estructuras del Estado. Si se va por este camino el efecto ser¨¢ bals¨¢mico. Si no, seremos muchos los que nos preguntaremos qu¨¦ significa ¡°pasar p¨¢gina¡±. Pi¨¦nsese, adem¨¢s, que, vista desde Europa, esta actuaci¨®n ser¨¢ aplaudida y que, en cambio, la visi¨®n de un Gobierno acoquinado ante Vox solo va a transmitir una imagen inquietante de debilidad.
Si lo anterior llega a buen puerto se abrir¨ªa la posibilidad de avanzar, de forma acompasada, en los dos foros relevantes: el Congreso y la mesa de di¨¢logo en Catalu?a. En esta ¨²ltima el Gobierno catal¨¢n debe evitar, en una primera fase, la par¨¢lisis que se derivar¨ªa de poner por delante las reivindicaciones m¨¢ximas. Debe concentrarse en negociaciones sustanciales sobre temas importantes, aquellos que si no progresan van a causar gran decepci¨®n a los ciudadanos m¨¢s inclinados a buscar un entendimiento. Por ejemplo, los temas relacionados con las transformaciones econ¨®micas que pueden impulsar los fondos europeos, o los que constituyan avances hacia una organizaci¨®n del Estado que, como propone el C¨ªrculo de Econom¨ªa, se parezca m¨¢s a Alemania que a Francia. La recomendaci¨®n para el Gobierno espa?ol es la sim¨¦trica: es esencial que se progrese en esos temas importantes.
Una ¨²ltima consideraci¨®n. Tambi¨¦n en paralelo con la mesa de di¨¢logo conviene que el futuro Gobierno catal¨¢n converse continuamente con el PSC y En Com¨²-Podem. Una situaci¨®n de semi-alianza en el Congreso y de oposici¨®n en Catalu?a nunca es f¨¢cil de manejar, pero lo ser¨¢ m¨¢s si se practica el tacto y la buena diplomacia.
Andreu Mas-Colell, exconsejero de Econom¨ªa de la Generalitat catalana (2010-2016), es economista y profesor en la Universidad Pompeu Fabra.