Espa?a busca su lugar en el mundo
La Estrategia de Acci¨®n Exterior busca servir de carta de navegaci¨®n para nuestro pa¨ªs en un mundo cada d¨ªa m¨¢s complejo, interdependiente e incierto marcado adem¨¢s por una pandemia sobrevenida
La historia est¨¢ llena de ejemplos de Estados que han buscado en un enemigo exterior el camino para reencontrarse a s¨ª mismos, para recuperar un sentido de comunidad perdido, a costa, eso s¨ª, de miles, de millones de vidas. Ahora es el enemigo el que ha venido a visitarnos en forma de virus, pero ni aun as¨ª parece posible encontrar en Espa?a el motivo para definir y alcanzar claros objetivos comunes.
La reciente Estrategia de Acci¨®n Exterior que est¨¢ haciendo su presentaci¨®n en sociedad estos d¨ªas ¨Dayer fue presentada por la ministra Gonz¨¢lez-Laya en el Congreso y la pr¨®xima semana lo har¨¢ en el Senado¨D busca servir de carta de navegaci¨®n para nuestro pa¨ªs en un mundo cada d¨ªa m¨¢s complejo, interdependiente e incierto, marcado adem¨¢s por una pandemia sobrevenida. Y pretende hacerlo a partir de una pol¨ªtica, la exterior, que tradicionalmente ha gozado de la consideraci¨®n de pol¨ªtica de Estado y, por tanto, de un amplio consenso entre las diversas fuerzas pol¨ªticas. La existencia de una firme visi¨®n (no escrita) nos llev¨® a la entrada en la hoy Uni¨®n Europea, la OTAN o a la reconfiguraci¨®n de las relaciones con Am¨¦rica Latina. Desde entonces, sin embargo, la pol¨ªtica exterior espa?ola ha vivido entre acomodada en una inercia asumida y arrinconada por los desaf¨ªos internos.
?Cu¨¢l es la vocaci¨®n de Espa?a en el orden internacional? Es la pregunta que, seg¨²n el secretario de Estado para la Espa?a Global, Manuel Mu?iz, trata de responder la Estrategia. El documento plantea el dibujo del mundo por el que aboga Espa?a: abierto ¨Dfrente a los que pretenden levantar nuevos muros, de todo tipo¨D, sostenible, equitativo¡ y ofrece una serie de ejes transversales que deber¨ªan guiar la acci¨®n exterior a partir de la defensa y la promoci¨®n de los derechos humanos, la democracia, el feminismo, la diversidad, la justicia y la equidad econ¨®mica, el entorno y la sostenibilidad, y el multilateralismo, entre otros aspectos. Elementos en los que gran parte de la sociedad espa?ola ¨Dcon algunos disidentes ideol¨®gicos¨D se puede sentir identificada. De hecho, la Estrategia ha contado en su elaboraci¨®n y en sus consultas con la participaci¨®n de m¨²ltiples actores p¨²blicos ¡ªministerios, comunidades aut¨®nomas, ayuntamientos¨D, privados ¨Dempresas, think tanks¨D, acad¨¦micos y de todo el espectro pol¨ªtico.
?Por qu¨¦ no aprovechar este ejercicio para repensar y recuperar lo que nos une como colectivo? ?Por qu¨¦ no utilizar la forma de proyectarnos hacia afuera como pegamento para definir y afrontar juntos los enormes desaf¨ªos que tenemos por delante, tambi¨¦n los internos; para reforzar un sistema de valores compartidos y poder reclamar los recursos y los instrumentos necesarios para defenderlo? Como recordaba Andr¨¦s Ortega en el Real Instituto Elcano hace justo un a?o, nunca antes lo interior y lo exterior hab¨ªan estado tan interrelacionados.
Valgan solo tres ejemplos. Una de las ¡°novedades¡± de la Estrategia es el anuncio de una pol¨ªtica exterior feminista, lo que ya ha suscitado comentarios despectivos por aquellos a los que el propio concepto de feminismo provoca sarpullidos. Sin embargo, Espa?a se ha labrado una excelente reputaci¨®n a lo largo de los a?os ¨Dy los Gobiernos de todo signo¨D por su defensa de los derechos de las mujeres en los m¨¢s diferentes ¨¢mbitos, empezando por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. No en vano, somos uno de los pa¨ªses m¨¢s avanzados del mundo en igualdad de g¨¦nero en cuanto a legislaci¨®n y a representaci¨®n pol¨ªtica ¨Dlo que no evita que quede mucho camino por recorrer¨D.
Otro campo es el de la sostenibilidad y la transici¨®n energ¨¦tica. Con todos sus problemas, Espa?a es reconocida como uno de los principales impulsores de las renovables y de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, lo que ofrece una oportunidad ¨²nica de cara al Pacto Verde Europeo. De la buena conexi¨®n entre lo interno y lo exterior depender¨¢ en gran medida que podamos y sepamos aprovecharla.
La diversidad, por ¨²ltimo, es asimismo un terreno de valoraci¨®n en el exterior. La capacidad de integraci¨®n de la inmigraci¨®n ¨Dpor mucho que algunos pretendan fomentar un discurso xen¨®fobo¨D es muestra del talante abierto con el que la sociedad espa?ola ha acogido tradicionalmente a quienes vienen de otros lugares.
Determinar, pues, c¨®mo actuamos fuera puede contribuir a que nos conozcamos mejor y a apreciar aquellos valores que nos hacen m¨¢s fuertes. Por supuesto que hay problemas serios que est¨¢n en la mente de todos ¨Dlas pulsiones separatistas, el desempleo, una econom¨ªa con graves desequilibrios¨D pero mirar m¨¢s al exterior nos puede ayudar a salir de las trincheras y encontrar otro tipo de soluciones.
Despu¨¦s de todo el esfuerzo que lleva aparejada su elaboraci¨®n, es obvio que los riesgos para la nueva Estrategia de Acci¨®n Exterior est¨¢n ah¨ª: que el documento y sus propuestas queden relegados como mero despliegue ret¨®rico para solaz de intelectuales, sin traducci¨®n pr¨¢ctica; o que sea utilizado como arma arrojadiza por aquellos que quieren seguir profundizando en la fractura ideol¨®gica. Pero la oportunidad tambi¨¦n est¨¢ ah¨ª. Aprovech¨¦mosla.
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