Espa?a debe contribuir m¨¢s con la vacunaci¨®n
La pandemia solo se superar¨¢ si se redobla la cooperaci¨®n para que todos los pa¨ªses tengan dosis
Las tensiones en el inicio del suministro de las reci¨¦n descubiertas vacunas contra la COVID-19 no tienen que ser el ¨¢rbol que nos impida ver el bosque. La pandemia o se supera en todo el mundo o no se supera. Los pa¨ªses de altos ingresos (PAI) ya nos estamos vacunando, pero para que los pa¨ªses de ingresos medios y bajos (PMBI) tambi¨¦n se vacunen cuanto antes, hace falta redoblar los esfuerzos de cooperaci¨®n internacional y empresarial en plazo muy corto. Con este fin, no s¨®lo el Gobierno, sino toda la sociedad espa?ola, tenemos...
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Las tensiones en el inicio del suministro de las reci¨¦n descubiertas vacunas contra la COVID-19 no tienen que ser el ¨¢rbol que nos impida ver el bosque. La pandemia o se supera en todo el mundo o no se supera. Los pa¨ªses de altos ingresos (PAI) ya nos estamos vacunando, pero para que los pa¨ªses de ingresos medios y bajos (PMBI) tambi¨¦n se vacunen cuanto antes, hace falta redoblar los esfuerzos de cooperaci¨®n internacional y empresarial en plazo muy corto. Con este fin, no s¨®lo el Gobierno, sino toda la sociedad espa?ola, tenemos que contribuir m¨¢s, a favor particularmente de los pa¨ªses latinoamericanos y del Norte de ?frica con los que tanto nos une.
Por justicia y solidaridad, pero tambi¨¦n por ego¨ªsmo en este mundo global interconectado. Como ha dicho el director de la OMS estamos ¡°al borde de un fracaso moral catastr¨®fico¡± si no somos solidarios: ¡°las vacunas son armas de salvaci¨®n masiva¡±. Adem¨¢s, vacunar a todo el mundo en riesgo nos proteger¨¢ a nosotros. No todos los espa?oles se podr¨¢n vacunar, tendremos que volver a recibir inmigrantes y turistas y el virus muta y puede hacerse resistente. Por otro lado, ¡°ninguna econom¨ªa es una isla y ninguna se recuperar¨¢ totalmente hasta que todas las econom¨ªas se recuperen¡± dadas las intensas interrelaciones de la econom¨ªa global. Los PAI podemos perder hasta el 4% del PIB si la vacunaci¨®n no es global. Las donaciones necesarias para vacunar a todo el mundo suman mucho menos que las p¨¦rdidas que producir¨¢ a los PAI el menor crecimiento econ¨®mico de los PMBI no vacunados. El retorno de la inversi¨®n necesaria para todos los proyectos contra la COVID 19 de la OMS ser¨ªa de 166 veces (Access to COVID-19 Tools, ACT). No podemos permitirnos ni sombra de ¡°nacionalismo vacunal¡±.
Ya tenemos tres vacunas y vamos a disponer de dos m¨¢s en breve y otras despu¨¦s. Su desarrollo acelerado en once meses, ha sido una haza?a hist¨®rica de la ciencia. Pero tambi¨¦n un ¨¦xito de la econom¨ªa y la pol¨ªtica. La financiaci¨®n generosa de la investigaci¨®n y los acuerdos de adquisici¨®n anticipada (APA) han dado grandes resultados potencialmente beneficioso para toda la Humanidad: vacunas diversas, adaptables a distintas variantes del virus y pacientes y pluralidad de fabricantes que favorece la competencia.
Pero hay pa¨ªses que no pueden pagar las vacunas y dependen de la cooperaci¨®n internacional. La OMS lanz¨® COVAX, iniciativa p¨²blico-privada, que agrega la demanda y negocia APA. Su objetivo: 6.000 millones de dosis para, al menos, el 20% de la poblaci¨®n de m¨¢s riesgo de los PMBI. Para este a?o ha reservado 2.000 millones. Para pagarlas le faltan 2.800 millones de d¨®lares, adicionales a los 6.400 disponibles, contando los 4.000 reci¨¦n prometidos por EE.UU al reincorporarse a la OMS. La Uni¨®n Europea ha contribuido a COVAX con 853 millones de euros y Espa?a con 125. Queda, pues, un gran esfuerzo para conseguir estos modestos objetivos y mucho m¨¢s para vacunar a toda la poblaci¨®n de los PMBI. Si no actuamos, los pa¨ªses de renta media no estar¨¢n vacunados hasta fines de 2022 o principios de 2023 y los de baja renta hasta 2024. Adem¨¢s, para todo el ACT la brecha de financiaci¨®n llega a 28.100 millones de d¨®lares, que tambi¨¦n habr¨ªa que cubrir.
Las vacunas de Rusia y China tambi¨¦n est¨¢n contribuyendo a la inmunizaci¨®n global, quiz¨¢s a costa de vacunar a una proporci¨®n menor de sus nacionales, sin haber aportado nada a COVAX y en funci¨®n de su unilateral ¡°diplomacia de las vacunas¡±. Pero est¨¢n donando activamente vacunas, lo que tiene que hacernos pensar en nuestros compromisos internacionales, especialmente con Latinoam¨¦rica y Norte de ?frica.
Seg¨²n los contratos APA conocidos los PAI hemos reservado entre 6,4 y 8,0 miles de millones de dosis, muy por encima de sus necesidades. Si todas las vacunas encargadas se aprueban y llegan a fabricarse nos sobrar¨¢n excedentes. Como a corto plazo el cuello de botella es la fabricaci¨®n, habr¨ªa que priorizar y compartirlos, desde luego en cuanto vacunemos a los m¨¢s fr¨¢giles. Despu¨¦s, ?vacunaremos primero a los no vulnerables de los pa¨ªses ricos o a los vulnerables de los pa¨ªses pobres?. Una ¨¦tica de salud global exigir¨ªa vacunar antes a los segundos, pues son los que mayor beneficio pueden obtener de la vacunaci¨®n, como ya ha pedido el director de la OMS. Una distribuci¨®n global equitativa de los primeros 2.000 millones de dosis impedir¨ªa hasta un 61% de las muertes, mientras que su distribuci¨®n exclusiva entre los PAI evitar¨ªa ¨²nicamente un 33%.
Los siete contratos de la UE prev¨¦n que los estados recipiendarios puedan donar los excedentes. La Comisi¨®n Europea acaba de anunciar que organizar¨¢ el suministro de 2,3 miles de millones de dosis de las precontratadas que los miembros quieran compartir, prioritariamente para los Balcanes occidentales, vecinos del Este y del Sur y ?frica. Por su parte, el Plan de Acceso Universal a las Vacunas de la Cooperaci¨®n espa?ola, reci¨¦n aprobado, ¡°utilizar¨¢ dosis provenientes de la dotaci¨®n de vacunas adquiridas por Espa?a¡± a favor de poblaci¨®n refugiada, desplazada y solicitantes de asilo, pa¨ªses menos adelantados y pa¨ªses socios de la Cooperaci¨®n Espa?ola donde no est¨¦ garantizado el acceso del 20% prioritario. Estos planes europeo y espa?ol inician una marcha en la direcci¨®n correcta pero no est¨¢n todav¨ªa detallados ni presupuestados. Es preciso desarrollarlos y dotarlos presupuestariamente de forma inmediata. De lo contrario ser¨¢n meras declaraciones de intenciones. Espa?a tiene que contribuir m¨¢s, con especial atenci¨®n a los pa¨ªses latinoamericanos y Norte de ?frica. Con financiaci¨®n - movilizando fondos p¨²blicos y privados, donaciones de empresas, ONG y particulares - y con asistencia t¨¦cnica y personal para la log¨ªstica y la campa?a de vacunaci¨®n.
Esta cooperaci¨®n exige impulsar y aumentar las capacidades productivas globales. Conseguirlo de forma inmediata pasa por acuerdos entre empresas ¨C propiciados por los gobiernos y organizaciones internacionales cuando sea preciso - que faciliten la transferencia de toda la tecnolog¨ªa y el ¡°know-how¡± necesarios. El Consorcio de Acceso a la Tecnolog¨ªa COVID-19, patrocinado por la OMS es un instrumento a potenciar.
A medio plazo hay que ir mucho m¨¢s lejos. Se impone reestructurar globalmente la industria de vacunas que ya ten¨ªa graves fallos y problemas de sostenibilidad y equidad geogr¨¢fica antes de la pandemia. Hay que propulsar m¨¢s capacidades de investigaci¨®n, desarrollo, fabricaci¨®n, distribuci¨®n y acceso en todo el globo, incluidos los PMBI, y reformar el sistema de incentivos, incluyendo colaboraciones p¨²blico-privadas tambi¨¦n en la propiedad industrial y un fuerte liderazgo y dotaci¨®n presupuestaria de la OMS y otros organismos internacionales. Una tarea formidable que el pr¨®ximo G7 debe ya empezar a impulsar en su pr¨®xima reuni¨®n de junio en el Reino Unido. No hay tiempo que perder.
Ana C¨¦spedes es directora de IAVI (Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida) y F¨¦lix Lobo, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Carlos III de Madrid y director de Econom¨ªa y Pol¨ªticas de Salud de Funcas. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo Paloma Fern¨¢ndez Cano, voluntaria de ONG sanitarias, e Irene Lobo, consultora en cooperaci¨®n internacional.