Gobernando con tu enemigo
El problema de la democracia espa?ola es el n¨²mero creciente de enemigos del sistema que operan en el sistema
La democracia espa?ola tiene efectivamente un problema, que no es de homologaci¨®n ni de autoestima. Una mayor¨ªa de espa?oles asume que esta es perfectible, claro, pero tambi¨¦n solvente, hasta figurar entre las mejores democracias del mundo en los rankings de prestigio, con par¨¢metros que aventajan a Francia o EE UU. El problema de la democracia espa?ola, ese s¨ª real, es el n¨²mero creciente de enemigos del sistema que operan en el sistema. Grosso modo, m¨¢s de un tercio del Congreso: hasta 123 de 350.
Algunos act¨²an con banderas obvias, como el independentismo, que ya desafi...
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La democracia espa?ola tiene efectivamente un problema, que no es de homologaci¨®n ni de autoestima. Una mayor¨ªa de espa?oles asume que esta es perfectible, claro, pero tambi¨¦n solvente, hasta figurar entre las mejores democracias del mundo en los rankings de prestigio, con par¨¢metros que aventajan a Francia o EE UU. El problema de la democracia espa?ola, ese s¨ª real, es el n¨²mero creciente de enemigos del sistema que operan en el sistema. Grosso modo, m¨¢s de un tercio del Congreso: hasta 123 de 350.
Algunos act¨²an con banderas obvias, como el independentismo, que ya desafi¨® el orden constitucional en un golpe sedicioso, y otros con banderas m¨¢s o menos ficticias de hechuras populistas, desde el integrismo unagrandeylibrista de Vox al antifascismo hueco de Podemos, que sirve de catalizador para muchos de ellos. Esta semana se produjo un episodio simb¨®lico al conmemorar el triunfo de la democracia sobre el golpe de Estado del 23-F de 1981, hace ya tanto como lo que dura un franquismo: Podemos tuvo que rehuir la performance, como hicieron tambi¨¦n Comprom¨ªs y el PNV recurriendo a una coartada rid¨ªcula, pero muchos de sus aliados s¨ª protagonizaron el espect¨¢culo parlamentario pilotado por Rufi¨¢n, prima donna habitual en estas escenas, al que secundaban nacionalistas de Junts, Bildu, CUP y BNG formulando su objetivo real: ¡°Acabar con el r¨¦gimen del 78¡±. Es decir, se declaran abiertamente hostiles al periodo constitucional m¨¢s prolongado, de mayor estabilidad democr¨¢tica, con mayor progreso y bienestar en toda la Historia. Enemigos de eso.
Ir¨®nicamente horas despu¨¦s, en otra sesi¨®n de control plagada de momentos chuscos, Podemos esgrimi¨® un mensaje dirigido al PP, con quien negociaban a esas horas sus socios de Gobierno del PSOE: ¡°La realidad es que las grandes decisiones de pa¨ªs las va a tomar un Gobierno de coalici¨®n y el bloque de la investidura; y que los grandes debates del pa¨ªs no los vamos a tener con ustedes¡±. Nada de lo que sorprenderse: Iglesias es un campe¨®n del bloquismo, porque, de hecho, su fuerza emana de fomentar un frentismo tan polarizado como sea factible. As¨ª que ah¨ª estaba ¨¦l, horas despu¨¦s de la performance contra el acto de conmemoraci¨®n democr¨¢tica, exaltando que ERC o Bildu, con un pasado criminal a¨²n muy reciente por depurar, estar¨¢n en las mayor¨ªas que rijan el pa¨ªs. No en los mandos, pero s¨ª en los sumandos.
Claro que PSOE y PP, en estas d¨¦cadas de democracia, han cometido errores may¨²sculos, desde la corrupci¨®n a la deslealtad, e incluso Ciudadanos se sum¨® en 2018 a la tesis del Gobierno ileg¨ªtimo que cuestionaba el Estado de derecho. Pero las democracias est¨¢n preparadas para corregir sus excrecencias. Y tambi¨¦n a esos 123 esca?os que suman Vox, por un lado, y Podemos, Esquerra, Junts, PNV a su manera, Bildu... Pero una carga hostil de esa envergadura, en un Parlamento marcado por el bloquismo en torno a dos partidos cohesionados por el no es no, debilita la capacidad de respuesta. En un estado de alarma, se deb¨ªa esperar mucho m¨¢s de la oposici¨®n, y sobe todo del partido que lidera el Gobierno, sin ceder a hipotecas contra los intereses del pa¨ªs.