El PP de Pablo Casado vuelve a ser un partido sin definici¨®n, al albur de la coyuntura electoral. En octubre pasado, pareci¨® decantarse cuando, en el debate de la moci¨®n de censura de Vox al Gobierno de Pedro S¨¢nchez, Casado hizo un discurso que alineaba al PP con los partidos conservadores cl¨¢sicos europeos, los que marcan distancias con el nuevo-viejo pensamiento ultra en cualquiera de sus manifestaciones. A primeros de este mes de marzo, los populares espa?ole...
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El PP de Pablo Casado vuelve a ser un partido sin definici¨®n, al albur de la coyuntura electoral. En octubre pasado, pareci¨® decantarse cuando, en el debate de la moci¨®n de censura de Vox al Gobierno de Pedro S¨¢nchez, Casado hizo un discurso que alineaba al PP con los partidos conservadores cl¨¢sicos europeos, los que marcan distancias con el nuevo-viejo pensamiento ultra en cualquiera de sus manifestaciones. A primeros de este mes de marzo, los populares espa?oles junto al resto de su familia europea han empujado al Fidesz, el partido de Orb¨¢n, fuera del grupo popular del Parlamento Europeo. No siempre hab¨ªa sido as¨ª. En 2018, los populares espa?oles se desmarcaron de su grupo europeo y protegieron a Viktor Orb¨¢n en la Euroc¨¢mara cuando se votaron sanciones a Hungr¨ªa por incumplimiento de las reglas democr¨¢ticas.
Los ¨²ltimos acontecimientos tiran a la basura lo que parec¨ªa la definitiva toma de posici¨®n de Casado. El l¨ªder popular ata su destino a Ayuso; conservar el poder en Madrid ser¨¢ la prioridad absoluta y, salvo milagro, Vox ser¨¢ cooperador necesario. Si hace cinco meses le dijo a Abascal ¡°usted es parte del bloque de la ruptura, y nosotros somos parte de la red de afectos que unen a los espa?oles¡±, Casado acaba de inaugurar la campa?a madrile?a al grito de ¡°comunismo o libertad¡±. Lo que, al margen de cualquier otra consideraci¨®n hist¨®rica o pol¨ªtica, significa que el PP se suma a la Espa?a plural. Irrelevantes en Euskadi y Catalu?a, galleguistas en Galicia, pragm¨¢ticos en Andaluc¨ªa, trumpistas en Madrid, y en Murcia¡ en Murcia lo que sea menester.
Y cuando parec¨ªa que toda la atenci¨®n de la campa?a madrile?a la iba a acaparar el psicodrama de la derecha, Pablo Iglesias da un triple salto mortal muy del gusto de un dirigente que en seis a?os se ha convertido en la obsesi¨®n pol¨ªtica y personal de medio pa¨ªs. Obsesi¨®n tan rid¨ªcula y desproporcionada que su decisi¨®n de renunciar a la vicepresidencia del Gobierno y ser candidato en Madrid descoloc¨® a quienes con su atenci¨®n y cr¨ªtica permanente han alimentado el mito. Iglesias sabe que no pod¨ªa encabezar el siguiente cartel para unas generales, su desgaste es grande, Podemos est¨¢ desarbolado territorialmente y no entrar en la Asamblea madrile?a ser¨ªa la puntilla de todo el proyecto.
Podemos encauza la sucesi¨®n, y Casado se juega el liderazgo. Madrid es Espa?a, s¨ª. @PepaBueno