Period¨ªstica

Retransmitimos en riguroso directo desde la sede del Partido Comunista de Espa?a. Aqu¨ª, el perfeccionado eslogan ¡°Comunismo o libertad¡± ha tenido un impacto imprevisible. ¡°No damos abasto¡±, confiesa a todo correr una militante que exuda felicidad. La trumpiana disyuntiva es vieja: atenuado el comunismo en socialismo, constituy¨® el argumento principal para defender la sanidad privada en Estados Unidos. La libertad consiste en poderse pagar un seguro m...

Retransmitimos en riguroso directo desde la sede del Partido Comunista de Espa?a. Aqu¨ª, el perfeccionado eslogan ¡°Comunismo o libertad¡± ha tenido un impacto imprevisible. ¡°No damos abasto¡±, confiesa a todo correr una militante que exuda felicidad. La trumpiana disyuntiva es vieja: atenuado el comunismo en socialismo, constituy¨® el argumento principal para defender la sanidad privada en Estados Unidos. La libertad consiste en poderse pagar un seguro m¨¦dico con el menor n¨²mero de excepciones en la letra peque?a. No importa que se mueran ¡ªlibres de esa libertad de morirse, eso s¨ª¡ª las personas pobres o las v¨ªctimas de c¨¢nceres que requieren tratamientos car¨ªsimos no contemplados en la p¨®liza. Aqu¨ª, sin embargo, el revuelo se produce porque hombres y mujeres de todas las edades, recuperados de un periodo de amnesia hist¨®rica y p¨¦rdida de la conciencia de clase, van llegando masivamente para afiliarse a un partido que fue ¡°el partido¡± en lucha contra la dictadura franquista; el partido de la Pasionaria y Rafael Alberti; el partido que desempe?¨® un papel determinante en la transici¨®n hacia una democracia sobre la que merece la pena discurrir. Las palabras ¡ªtambi¨¦n el rictus¡ª de Ayuso han provocado tal reacci¨®n de p¨¢nico entre la poblaci¨®n que a la sede no paran de llegar futuros y futuras militantes comunistas que entienden el sentido profundo de la disyuntiva planteada por Ayuso. Para luchar contra la ¡°libertad¡± de las privatizaciones, la destrucci¨®n de lo p¨²blico, la regresi¨®n ideol¨®gica, la depredaci¨®n de la naturaleza, el agravamiento de las desigualdades, el racismo, el machismo, la rapacidad de la poblaci¨®n m¨¢s rica, el alargamiento de las colas del hambre y el retorno a la confesionalidad del Estado, espa?oles y espa?olas acuden a las sedes comunistas para pagar su cuota y pedir su carn¨¦. ¡°Yo no s¨¦ si soy comunista ¡ªdeclara una joven¡ª, pero de esta libertad seguro que no soy¡±.

Esta reacci¨®n, querida audiencia, no se ha producido solo en Madrid, sino en todo el Estado espa?ol. Se rumorea que Alberto Garz¨®n va a abandonar su cartera de Consumo para asumir una responsabilidad hist¨®rica. La directiva de Vox se re¨²ne con Ayuso para frenar esta tendencia imparable. Publicistas de la ultraderecha han sido despedidos. La onda expansiva del fervor comunista, socializante, igualitario ¡ªse rumorea que grandes fortunas, banca, empresas de telecomunicaciones y el¨¦ctricas se preparan para lo peor contratando profesionales del derecho y la psiquiatr¨ªa¡ª llega incluso a otros rincones de Europa donde cunde el ejemplo espa?ol: Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania y muy especialmente Italia¡­ Los partidos comunistas reverdecen. ¡°Nos estamos planteando abandonar la coalici¨®n electoral¡±, declara una fuente que, con risilla nerviosa, pide mantener el anonimato. Ahora solo cabe esperar la reacci¨®n de Estados Unidos, donde Biden est¨¢ mostrando su rostro menos diplom¨¢tico en pol¨ªtica exterior. Quiz¨¢ se cumplan los pron¨®sticos de Rafael Reig en Sangre a borbotones y Estados Unidos inunde Madrid como represalia ante la victoria electoral del Partido Comunista de Espa?a. Como dec¨ªa Vonnegut, quienes escribimos somos el pajarillo que detecta el gris¨² en el t¨²nel de la mina. Desde aqu¨ª, solo deseamos que no maten al mensajero y nos despedimos hasta la pr¨®xima conexi¨®n.