Y ahora, ?qu¨¦ demonios hacemos con los comunistas?
Se dictan disyuntivas burlonas referidas a aquellos cuya ideolog¨ªa forma parte de la l¨®gica democr¨¢tica y cuyos representantes fueron llamados a construir el Estado
En el mismo edificio en el que el escribano habitual de la presidenta Ayuso, y desde ahora tambi¨¦n del presidente Casado, se invent¨® la guerra entre comunismo (antes socialismo) y libertad, comunistas de distintas d¨¦cadas de la larga dictadura fueron torturados o asesinados por ser comunistas. Los comunistas, los condenados, los represaliados, los asesinados, a veces siendo empujados al abismo o tras ser insultados por ser considerados rojos sin haberlo sido, fueron apestados en la dictadura y algunos escaparon de la muerte porque benefactores del interior (que no eran comunistas) se revolvieron contra la persecuci¨®n ordenada por polic¨ªas que ba?aron de sangre las ¨®rdenes exageradas. Eran comunistas, deb¨ªan pagar por ello. No hubo piedad. Aquello que pidi¨® Aza?a, migajas de las que se regalan al final de la misa, se les neg¨® a miles de comunistas (y de socialistas, y de republicanos en general) durante el tr¨¢nsito oscuro de la dictadura.
Ahora, en aquella residencia del horror, y del dolor, se dictan en democracia disyuntivas burlonas que otra vez se refieren a aquellos cuya ideolog¨ªa, desde hace m¨¢s de 40 a?os, forma parte de la l¨®gica democr¨¢tica y cuyos representantes m¨ªticos fueron llamados desde el ominoso exilio a formar parte de la construcci¨®n del Estado que surgi¨® de la Constituci¨®n con la que se llenan la boca quienes ahora avalan el exabrupto disyuntivo de comunismo o libertad. Son los constitucionalistas de la nada, que los perdone la Santa Constituci¨®n.
Es imposible que no le haya dicho alguien (en su familia incluso, y no solo en su familia pol¨ªtica) a esta mujer que preside Madrid que entre esos comunistas que ella selecciona para poner la miel de la revancha en las bocas de Vox hay profesores, m¨¦dicos, maestros, dependientes de comercio, catedr¨¢ticos de Universidad, torturados o descendientes de torturados o de asesinados de ETA, soldados, perseguidos por el antiguo r¨¦gimen opresor, enfermos, lisiados de guerra, descendientes, por ejemplo, de los militares muertos en el Yak de funesta memoria, sacerdotes, monjas, diplom¨¢ticos, panaderos, asm¨¢ticos o incluso periodistas. Se lo han dicho, seguramente, pero ella, y el Miguel ?ngel de la guarda que la ampara con las bravatas de esl¨®ganes falaces, tienen paraguas rojigualdas que su partido saca a pasear siempre que huele sangre electoral.
Los que son comunistas levantar¨¢n la mano, seguramente, asustados de que el espantajo surja de nuevo y, desde el lugar que fue mazmorra, como si en este pa¨ªs hubiera ansiedad por ser peores de lo que ya fuimos cuando para ser considerado patriota verdadero hab¨ªa que tener carnet de anticomunista. Es de esperar que Isabel D¨ªaz Ayuso termine diciendo que le ha dicho su ¨¢ngel de la guarda que es pecado echar a pelear otra vez a los espa?oles que, con la Constituci¨®n, volvieron a abrazar la ilusi¨®n de ser libres para ser lo que les diera la gana. Pues, si no es as¨ª, ?qu¨¦ demonios pretende hacer Ayuso con los comunistas que viven en su pa¨ªs? ?Terminar¨¢ poni¨¦ndolos a votar cara al sol?
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