M¨¢s all¨¢ de una legislatura
Evitar la pr¨®xima pandemia es posible, pero requiere una visi¨®n pol¨ªtica a largo plazo
Una deficiencia estructural de los sistemas democr¨¢ticos es que un Gobierno elegido para cuatro a?os muy raramente logra pensar m¨¢s all¨¢ de ese plazo. Sabe que su reelecci¨®n depende de lo que haga ahora mismo, no de los planes futuros que acuerde, y har¨ªa falta un sentido de Estado y de servicio p¨²blico que deslumbra por su ausencia en la clase pol¨ªtica. Digo que es una deficiencia estructural porque no hay un solo principio jur¨ªdico-legal que estimule, no digamos ya garantice, una responsabilidad del Gobierno de turno sobre los efectos a largo plazo de sus pol¨ªticas. Cualquier error de prospe...
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Una deficiencia estructural de los sistemas democr¨¢ticos es que un Gobierno elegido para cuatro a?os muy raramente logra pensar m¨¢s all¨¢ de ese plazo. Sabe que su reelecci¨®n depende de lo que haga ahora mismo, no de los planes futuros que acuerde, y har¨ªa falta un sentido de Estado y de servicio p¨²blico que deslumbra por su ausencia en la clase pol¨ªtica. Digo que es una deficiencia estructural porque no hay un solo principio jur¨ªdico-legal que estimule, no digamos ya garantice, una responsabilidad del Gobierno de turno sobre los efectos a largo plazo de sus pol¨ªticas. Cualquier error de prospectiva queda tan impune como las predicciones de la bruja Lola.
Hay un mont¨®n de cuestiones, sin embargo, que requieren esa mirada a largo plazo, o al menos m¨¢s all¨¢ de una legislatura. Ya lo fueron el siglo pasado los tratados de no proliferaci¨®n nuclear, como lo ser¨¢ en este siglo un acuerdo para restringir el uso de la inteligencia artificial y la rob¨®tica para usos militares. El problema de frenar y paliar el cambio clim¨¢tico es sencillamente irresoluble sin un liderazgo inteligente que piense a largo plazo aun cuando no obtenga ning¨²n r¨¦dito pol¨ªtico por ello. Y ahora tenemos tambi¨¦n el asuntillo de la pandemia, donde los gobernantes est¨¢n tan ofuscados con estimular la econom¨ªa y salvar el verano que han postergado la ra¨ªz del problema: de d¨®nde nos ha venido este desastre y c¨®mo podemos evitar que se repita, aunque sea m¨¢s all¨¢ de una legislatura.
La ¡°gran ciencia¡± (big science en ingl¨¦s) estuvo reservada a la f¨ªsica de part¨ªculas en la segunda mitad del siglo XX, por la simple raz¨®n de que esa disciplina acad¨¦mica hab¨ªa ganado la Segunda Guerra Mundial, redondeando un poco. El chorro de dinero que los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca inyectaron ah¨ª permiti¨® que Estados Unidos mantuviera la supremac¨ªa nuclear, y de paso descubrir el modelo est¨¢ndar de la f¨ªsica subat¨®mica, es decir, las leyes matem¨¢ticas que rigen nuestro mundo. La biolog¨ªa empez¨® a ser big science en los a?os noventa con la gen¨®mica, que culmin¨® en 2001 con la publicaci¨®n del genoma humano, y que ha sido desde entonces el motor de la aceleraci¨®n vertiginosa de las ciencias de la vida.
La misma ambici¨®n de big science se puede aplicar a la detecci¨®n precoz de las pr¨®ximas pandemias. El mejor ejemplo es el Observatorio Inmunol¨®gico Global (GIO), concebido por la ec¨®loga Jessica Metcalf, de Princeton, y el epidemi¨®logo Michael Mina, de Harvard. Han hecho los n¨²meros, y hay 1.500 especies de virus que pertenecen a familias conocidas que infectan tanto a animales como a humanos, y lo peor son las desconocidas, que seguramente pueden hacer lo mismo, y que tal vez sumen un par de millones.
El GIO calcula en 4.000 millones de d¨®lares el coste de descubrir unos cuantos millones de virus. Las p¨¦rdidas por la covid se medir¨¢n en billones. El coste puede reducirse mucho si el programa se reduce a los pa¨ªses y situaciones de mayor riesgo. Aparte de los detalles, el mensaje central es que la ciencia dispone de los medios para detectar la pr¨®xima pandemia. Lo que falta es visi¨®n pol¨ªtica m¨¢s all¨¢ de una legislatura.