Basta de historias de terror sobre el Brexit
Aparte de una breve interrupci¨®n de los flujos comerciales, la salida brit¨¢nica de la UE ha sido un ¡®no acontecimiento¡¯ macroecon¨®mico
El colapso del comercio entre Reino Unido y la Uni¨®n Europea tras el 1 de enero hizo correr r¨ªos de tinta. De lo que no se ha informado tanto es de que las exportaciones del primero se han recuperado por completo. En febrero hab¨ªan aumentado un 46,6% despu¨¦s de haber ca¨ªdo un 42% el mes anterior. Las importaciones todav¨ªa no. En febrero hab¨ªan recuperado un 7,3% tras una ca¨ªda del 29,7% en enero. Me alegra pronosticar que pronto se...
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El colapso del comercio entre Reino Unido y la Uni¨®n Europea tras el 1 de enero hizo correr r¨ªos de tinta. De lo que no se ha informado tanto es de que las exportaciones del primero se han recuperado por completo. En febrero hab¨ªan aumentado un 46,6% despu¨¦s de haber ca¨ªdo un 42% el mes anterior. Las importaciones todav¨ªa no. En febrero hab¨ªan recuperado un 7,3% tras una ca¨ªda del 29,7% en enero. Me alegra pronosticar que pronto se recuperar¨¢n tambi¨¦n. Lo que estas y otras cifras nos dicen es que incluso esta parte de las historias de terror sobre el Brexit va a hacerse realidad. Si nos fijamos en los datos y las proyecciones m¨¢s recientes del Fondo Monetario Internacional representados en el gr¨¢fico al principio de esta columna, en los 10 primeros a?os posteriores al refer¨¦ndum no se distingue un efecto macroecon¨®mico visible de la salida de Reino Unido de la UE. El a?o pasado, la ca¨ªda del crecimiento brit¨¢nico super¨® a la de la zona euro, pero esto se compensar¨¢ con un mayor crecimiento en el a?o en curso. La futura prosperidad de Reino Unido depender¨¢ en gran medida de las medidas que el Gobierno brit¨¢nico aplique en adelante, con o sin Brexit.
Las predicciones err¨®neas sobre el Brexit reflejan tres fen¨®menos independientes que, sin embargo, se solapan. El primero es la captura pol¨ªtica de los autores de los pron¨®sticos oficiales. El Tesoro de Reino Unido y el Banco de Inglaterra, por supuesto, no fueron actores neutrales. Las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos cuentan con el Gobierno brit¨¢nico entre sus financiadores.
Un segundo grupo se equivoc¨® porque permiti¨® que sus preferencias pol¨ªticas se impusieran a sus juicios econ¨®micos. Es lo que le pas¨® a la mayor¨ªa. El Brexit ha sido la disputa pol¨ªtica m¨¢s emotiva de los ¨²ltimos tiempos. A algunos les hizo perder la cabeza. Conozco muy pocas personas que fueran verdaderamente neutrales. Las previsiones de casi todo el mundo sobre los efectos econ¨®micos se correlacionaban al 100% con sus ideas pol¨ªticas.
La causa de los errores del tercer grupo, formado en gran parte por economistas, fue que tom¨® como base malos modelos. Entre este grupo y los otros dos hubo un solapamiento, pero merece la pena identificarlo por separado. Los modelos a los que me refiero son los basados en los flujos comerciales a largo plazo. Dado que el Brexit introduce un peque?o grado de fricci¨®n en el comercio de mercanc¨ªas f¨ªsicas, y bastante m¨¢s en el de servicios financieros y bienes agr¨ªcolas, las simulaciones predijeron una p¨¦rdida de bienestar a la larga. Pero eran modelos cortos de vista: solo ve¨ªan lo que pod¨ªa perderse.
Bienvenidos a la escuela de econom¨ªa del artilugio. Lo importante son los objetos y los contenedores, la geograf¨ªa y las cadenas de suministro industrial, la materia de la econom¨ªa del siglo XX. Lo que se ignora aqu¨ª es que los acontecimientos y las tecnolog¨ªas se entrometen. En el futuro no comerciaremos solo con diferentes productos, sino que una proporci¨®n cada vez mayor del tr¨¢fico tendr¨¢ forma de datos.
Es un ¨¢mbito en el que Reino Unido podr¨ªa beneficiarse de la divergencia normativa con la Uni¨®n Europea. La normativa general de protecci¨®n de datos de la UE, poco favorable a las empresas, inmuniza al continente contra la inteligencia artificial, que muchos europeos consideran una enfermedad estadounidense. Las aplicaciones para el rastreo de virus, la inteligencia artificial aplicada al tr¨¢fico, la tecnolog¨ªa de reconocimiento facial y los drones militares dependen del intercambio de datos. Con el Reglamento General de Protecci¨®n de Datos, la UE se dot¨® de un r¨¦gimen dirigido a un consumidor anal¨®gico de la era predigital.
Sabemos que Estados Unidos y China son los mayores inversores del mundo en inteligencia artificial. Pero las cifras generales no cuentan toda la historia. Un informe del Centro para la Innovaci¨®n de Datos en el que se tuvieron en cuenta criterios cuantitativos muestra que la din¨¢mica favorece a Estados Unidos en particular. Estados Unidos ocupa el primer puesto en todos los criterios clave ?talento, investigaci¨®n, desarrollo, equipos, adopci¨®n y datos?, seguido por China. La UE logr¨® algunos buenos resultados en publicaci¨®n de art¨ªculos acad¨¦micos, pero va por detr¨¢s de los otros dos en todas las dem¨¢s categor¨ªas. El informe concluy¨® que el Brexit reducir¨¢ a¨²n m¨¢s la capacidad de la Uni¨®n Europea en materia de inteligencia artificial.
Las teor¨ªas comerciales con sus funciones de proximidad geogr¨¢fica y sus ideas sobre la ventaja competitiva relativa explican el flujo de mercanc¨ªas f¨ªsicas, pero son irrelevantes para el intercambio de datos. La importancia de este ¨²ltimo ya es considerable. El Instituto de Pol¨ªticas Progresistas ha insinuado que las estad¨ªsticas oficiales no representan adecuadamente el intercambio de datos, que al no constituir una categor¨ªa oficial, queda subsumido en la de servicios. En consecuencia, si basamos nuestros macromodelos en las categor¨ªas estad¨ªsticas existentes, muy probablemente no tendremos en cuenta el ¨¢rea de mayor crecimiento del comercio mundial.
No estoy diciendo que el Brexit vaya a ser un ¨¦xito econ¨®mico. No creo que eso vaya a ocurrir. El mejor argumento econ¨®mico contra el Brexit es el que nunca se ha esgrimido: es poco probable que el Gobierno de Reino Unido, ya sea laborista o conservador, aproveche las oportunidades de la divergencia normativa.
Sin embargo, los pron¨®sticos catastrofistas eran err¨®neos y enga?osos. Cuando los economistas no predijeron la crisis financiera mundial, no lo hicieron por malicia o sesgo pol¨ªtico. Pero sus predicciones sobre el Brexit no fueron un error inocente, ni ser¨¢n recordadas como tal.
Wolfgang M¨¹nchau es director de eurointelligence.com
Traducci¨®n de News Clips.