Porque yo lo valgo
La tolerancia social a las desigualdades depende de lo leg¨ªtimas que nos parezcan
La tolerancia social a las desigualdades depende de lo leg¨ªtimas que nos parezcan. Antes de la Ilustraci¨®n, el Antiguo R¨¦gimen nos colocaba a cada cual en nuestro estamento y fijaba nuestras aspiraciones. La llegada del sistema capitalista y la Ilustraci¨®n rompen ese marco; empezamos a hablar del talento y el esfuerzo. Sin embargo, los estudios sobre por qu¨¦ queremos m¨¢s o menos redistribuci¨®n se cen...
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La tolerancia social a las desigualdades depende de lo leg¨ªtimas que nos parezcan. Antes de la Ilustraci¨®n, el Antiguo R¨¦gimen nos colocaba a cada cual en nuestro estamento y fijaba nuestras aspiraciones. La llegada del sistema capitalista y la Ilustraci¨®n rompen ese marco; empezamos a hablar del talento y el esfuerzo. Sin embargo, los estudios sobre por qu¨¦ queremos m¨¢s o menos redistribuci¨®n se centran en un elemento fundamental: la importancia que le damos al azar en determinar nuestra posici¨®n social.
Si un ciudadano considera que el esfuerzo individual es lo que determina sus ingresos, luego que el azar es irrelevante, todo el mundo tiene derecho a recibir el fruto de su trabajo. Esto lleva de manera natural a que prefiera una baja redistribuci¨®n y carga de impuestos. Es decir, considera que las desigualdades est¨¢n ligadas a decisiones individuales y que el resultado final que ve a su alrededor es fruto de ese esfuerzo. Por el contrario, si un individuo piensa que su posici¨®n social depende mucho de la suerte, entonces tender¨¢ a preferir m¨¢s impuestos y redistribuci¨®n. Esta suerte puede tener muchas formas; el lugar en el que uno ha nacido, el sost¨¦n de su entorno, los contactos que hereda¡ Unas capacidades con las que no todos cuentan de partida y que necesitan que el Estado corrija, dando m¨¢s oportunidades a los menos afortunados.
Partiendo de esta idea se entiende m¨¢s f¨¢cil el giro del FMI, recomendando alzas en impuestos o ver a Joe Biden pidiendo armonizarlos a escala global. Un giro que no era tan dif¨ªcil de anticipar; no puede haber una narrativa por la que la crisis econ¨®mica ligada a la pandemia no sea algo azaroso. Precisamente por eso se han podido vencer las resistencias de la Uni¨®n Europea a endeudarse de manera conjunta. ?Qu¨¦ han hecho mal los pa¨ªses para que el virus y los confinamientos la arrastren a esta situaci¨®n? Este efecto, documentado en cat¨¢strofes naturales, es parecido al que vemos en contextos b¨¦licos, cuando es m¨¢s com¨²n revisar al alza de los impuestos.
Adem¨¢s, estos agentes tambi¨¦n reaccionan a c¨®mo se han movido las opiniones p¨²blicas. Una mayor¨ªa de votantes conservadores en el Reino Unido est¨¢n de acuerdo con alzas de impuestos y en Espa?a, por primera vez, los espa?oles que piensan que pagan muchos impuestos no son la mayor¨ªa. Por lo tanto, la pandemia tiene este componente de ventana de oportunidad. Por m¨¢s que las desigualdades se hayan disparado en Occidente, este componente ha pasado a tener una centralidad en el debate que no exist¨ªa al arranque de la Gran Recesi¨®n. Y todo naciendo de una pregunta sencilla, muy por debajo de lo macro y los equilibrios pol¨ªticos, pero decisiva para cualquier noci¨®n de justicia: ?Merezco la suerte que tengo? Denle una vuelta.