Zahara puta
Escuchar ¡®Merichane¡¯ me hizo recordar mi primera vez. El vestido amarillo que llevaba, la ruta escolar donde viajaba y el ni?o que me lo grit¨® levant¨¢ndome la ropa
La cantante Zahara ha cosido la palabra puta en letras de oro sobre la banda azul celeste que lleva puesta en la portada de su ¨²ltimo disco, reci¨¦n publicado, y lo ha titulado justo as¨ª: Puta. Hace tres meses apareci¨® por sorpresa el primer single, Merichane, que es el mote que pusieron a Zahara cuando era ni?a, a los 12 a?os. A ella no le pareci¨® un insulto hasta que supo que tambi¨¦n llamaban as¨ª a la puta del pueblo. Aq...
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La cantante Zahara ha cosido la palabra puta en letras de oro sobre la banda azul celeste que lleva puesta en la portada de su ¨²ltimo disco, reci¨¦n publicado, y lo ha titulado justo as¨ª: Puta. Hace tres meses apareci¨® por sorpresa el primer single, Merichane, que es el mote que pusieron a Zahara cuando era ni?a, a los 12 a?os. A ella no le pareci¨® un insulto hasta que supo que tambi¨¦n llamaban as¨ª a la puta del pueblo. Aquella fue su primera vez y se le qued¨® dentro, como a todas. Porque a todas las mujeres nos bautizan como putas desde ni?as. A m¨ª, igual que a Zahara tambi¨¦n me lo llamaron, a los 13. El disco no tiene sentido explicarlo aqu¨ª porque es imprescindible escucharlo. Pero merece que volvamos a pronunciar esta palabra y pensemos por qu¨¦ sigue viajando pegada como un beso sobre la piel de las mujeres.
Escuchar Merichane me hizo recordar mi primera vez. El vestido amarillo que llevaba, la ruta escolar donde viajaba y el ni?o que me lo grit¨® levant¨¢ndome la ropa. Un gesto, solo unos segundos, nada importante. Lo peor es que la palabra no vino sola, nunca lo hace. Se present¨® con una legi¨®n de c¨®mplices en el colegio. Guarra, zorra, fulana, furcia, ramera, calientapollas, golfa, perra, buscona, loba, puerca, v¨ªbora, facilona y¡ mi favorita, la mejor de todas: cualquiera. Una cualquiera es por definici¨®n una puta. Y ese t¨¦rmino es el m¨¢s preciso de todos porque se?ala que no hay escapatoria, que no hay car¨¢cter femenino capaz de superar el destino de ser o no ser¡ una puta.
A veces nos parece que hemos avanzado y que las cosas est¨¢n cambiando, pero lo cierto es que si en 2021 naces con vulva, antes o despu¨¦s ser¨¢s una cualquiera. Todas y cada una de las ni?as que van hoy al colegio en Espa?a van a ser nombradas con esa palabra. Primero rozar¨¢ como una bala sus cabellos, las despeinar¨¢ solo un poco. Pero cuando menos se lo esperen, atravesar¨¢ su cuerpo tierno y esa bala se quedar¨¢ dentro para siempre. La mayor¨ªa buscar¨¢ en Google el significado exacto, igual que nosotras lo buscamos en el diccionario. Entonces llegar¨¢n a la misma conclusi¨®n que sus madres aquel d¨ªa: puta es una mujer que cobra por tener sexo. Y se enfrentar¨¢n d¨®ciles e ingenuas al sentido de esta profesi¨®n. ?T¨² podr¨ªas ser¡ una puta? Es una pregunta de patio de colegio. Y la respuesta sigue siendo rica y variada. Depende cuanto me paguen. Depende con qui¨¦n. S¨ª. No. Solo si necesito el dinero para estudiar. Jam¨¢s. Antes fregar¨ªa suelos. Ninguna dir¨¢ antes ser¨¦ analista de big data o ingeniera aeron¨¢utica, pero todas responder¨¢n ante llamada de esta posible vocaci¨®n.
La escritora Nelly Arcan public¨® en 2001 un libro con el mismo t¨ªtulo: Puta (Editorial Pepitas). Ella adem¨¢s de escritora era una trabajadora sexual de lujo, una escort en Montreal. ¡°S¨ª, la vida me ha atravesado, no lo he so?ado, esos hombres, miles de hombres, en mi cama, en mi boca¡¡±, escribi¨®. En su libro muchos rabos entran y salen de todos sus orificios, pero su escritura es antes ¨ªntima que expl¨ªcita a pesar de ser descarnada. Y su sentido ¨²ltimo es el de iluminar el final del pozo donde nace la ra¨ªz de esta palabra. Bucea pues, no tanto en su significado como en su sentido. Y habla, como Zahara, de la necesidad de gustar, del miedo a no ser nunca como se deber¨ªa, de necesitar desesperadamente la aceptaci¨®n de los otros, de proteger a personas que nos hacen da?o, de ser yonkis del cari?o ajeno, del dolor ante la falta de amor; en definitiva, del poder destructivo de las cargas impuestas sobre la feminidad.
¡°Yo estaba ah¨ª dej¨¢ndome hacer con tal de que acabase de una vez¡±, canta Zahara. ¡°Yo estaba ah¨ª confes¨¢ndome por haberme tocado, creyendo que ese era el puto pecado. Yo estaba ah¨ª meti¨¦ndome los dedos hasta el fondo queriendo vomitar las penas, la vida, el odio¡±. Y lo cierto es que llegar¨¢ a vomitarlo todo a lo largo del disco, todo el veneno escupido sobre la mesa, como manchas negras de alquitr¨¢n. Poco m¨¢s se puede a?adir a lo que Zahara dice. Salvo que sus palabras han encendido la mecha de una bomba y miles de mujeres y tambi¨¦n hombres est¨¢n escribiendo, nombrando, compartiendo esa p¨®lvora. Cientos, miles de voces agradecen sus palabras sanadoras, hablan incluso de salvaci¨®n en las redes sociales donde comentan sus canciones. A lo mejor por eso lleva una corona de santa en la misma portada donde luce su banda de puta. Como si nombrar esta oscuridad, bucear hasta la ra¨ªz de su sentido, fuera ya la ¨²nica salvaci¨®n.
Espa?a sigue siendo uno de los pa¨ªses con m¨¢s clientes de prostituci¨®n del mundo, pero cuando se habla de abolici¨®n se apela siempre a la prohibici¨®n de pagar por sexo frente a su posible legalidad. Los debates se multiplican y, al mismo tiempo, parece como si nunca llegara el momento de asumir nuestra responsabilidad como sociedad por cargar con semejante lastre el cuerpo de todas las mujeres, de nombrarnos a todas como putas antes o despu¨¦s. Esa otra abolici¨®n.
Es muy triste pensar que justo cuando aparece este trabajo, una de las series m¨¢s vistas de Netflix sea Sky rojo. En ella la prostituci¨®n se aborda con la est¨¦tica de un videoclip indie pop y la historia que se cuenta es tan banal como siempre, pero barnizada adem¨¢s con una po¨¦tica que flirtea con lo aspiracional y hasta con lo feminista. Ya es el colmo, gui?os feministas para seguir sacando a mujeres arrodilladas. Es lo que hay. Nelly Arcan muri¨® ocho a?os despu¨¦s de publicar su libro. Se suicid¨®. La causa no fue la prostituci¨®n. Su profesi¨®n, como su muerte, fue una consecuencia de todo lo dem¨¢s.
Hay un disco que est¨¢ ya muy rayado y aun as¨ª parece que no hay manera de cambiarlo. Pero el mundo est¨¢ lleno de canciones nuevas. As¨ª que, si han llegado hasta aqu¨ª, h¨¢ganse un favor y escuchen (y lean) Puta.