15-M: una democracia sin miedo
Desde plazas y mareas se reclam¨® un espacio para pensar la pol¨ªtica espa?ola
No veo sentido a recordar el 15-M si no es para tratar de prolongar su energ¨ªa, su potencia de esc¨¢ndalo y desorden. ?D¨®nde radica a d¨ªa de hoy? En un punto de vista. El 15-M es un corte hist¨®rico intempestivo que nos ofrece una perspectiva para pensar la pol¨ªtica espa?ola. Una perspectiva, un espacio para ver y o¨ªr, que se abre con el siguiente grito: ¡°lo llaman democracia y no lo es¡±. Esa afirmaci¨®n nos hace en primer lugar una pr...
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No veo sentido a recordar el 15-M si no es para tratar de prolongar su energ¨ªa, su potencia de esc¨¢ndalo y desorden. ?D¨®nde radica a d¨ªa de hoy? En un punto de vista. El 15-M es un corte hist¨®rico intempestivo que nos ofrece una perspectiva para pensar la pol¨ªtica espa?ola. Una perspectiva, un espacio para ver y o¨ªr, que se abre con el siguiente grito: ¡°lo llaman democracia y no lo es¡±. Esa afirmaci¨®n nos hace en primer lugar una pregunta: si no es democracia, ?entonces qu¨¦ es? ?Y de d¨®nde viene?
La democracia espa?ola, configurada en el proceso de transici¨®n, es un tablero pol¨ªtico cerrado: la capacidad de acci¨®n y decisi¨®n sobre lo com¨²n se restringe a los partidos, los l¨ªmites de lo posible cristalizan privilegios blindados de oligarqu¨ªas pol¨ªticas y econ¨®micas, y por encima de todo pesa una amenaza: ¡°es esto o el caos¡±. Democracia restringida, limitada y disuasiva: el 15-M no se queda enroscado en la denuncia o la cr¨ªtica, ni tampoco imita en espejo aquello que desaf¨ªa, sino que abre espacios para experimentar otros modos de organizaci¨®n y otras relaciones humanas. Espacios donde vivir una democracia real ya.
Contra la pol¨ªtica restringida a los partidos, el 15-M propone la activaci¨®n de la gente com¨²n y cualquiera, sin t¨ªtulos para gobernar. Mientras que la polarizaci¨®n del tablero nos tienta a ver el mundo desde los t¨¦rminos predeterminados del bando de nuestra elecci¨®n ¡ªPP o PSOE, izquierda o derecha, gobierno u oposici¨®n¡ª, el 15-M inventa un lugar donde sentir, pensar y actuar con autonom¨ªa. Un espacio que no vende promesas o soluciones, ni tampoco pide adhesiones, sino que invita a cualquiera a elaborar preguntas y acciones sobre la vida com¨²n.
Contra el acaparamiento de la vida p¨²blica por oligarqu¨ªas pol¨ªticas y econ¨®micas, el 15-M cuestiona la falta de demos de la democracia restringida. La alienaci¨®n pol¨ªtica sacraliza lo que solo son momentos y herramientas: Constituci¨®n, instituciones, leyes. Niega y reprime la potencia instituyente ¡ªnuevos problemas, nuevos usos, nuevas libertades¡ª en nombre de lo instituido. Convierte al pueblo en espectadores y votantes. En la democracia real ya, practicada por el 15-M en plazas y mareas, las normas que regulan la vida en com¨²n deben poder ser revisadas y modificadas por lo com¨²n, por el demos.
Contra la amenaza permanente del caos, el 15-M presenta el conflicto como motor democr¨¢tico. Son los conflictos, cuando est¨¢n animados por una perspectiva igualitaria (movimientos de trabajadores, mujeres, minor¨ªas), los que han tra¨ªdo siempre m¨¢s justicia al mundo. Pero nuestra democracia los teme como al diablo y asimila todo tumulto a la cat¨¢strofe. La derecha agita el miedo (separatismo, comunismo bolivariano) y la izquierda el miedo al miedo (fascismo, extrema derecha). Pero ambas conciben la democracia como algo acabado y que solo cabe preservar. El 15-M plantea una democracia en movimiento y siempre por hacer, capaz de responder creadoramente a los conflictos sociales.
¡°Democracia o fascismo¡± es una falsa alternativa. El consenso democr¨¢tico se define desde la Transici¨®n como la superaci¨®n del ¡°estado de guerra¡± entre espa?oles, pero todo el rato nos amenaza con volver a ¨¦l si desafiamos lo establecido. Vox no es ¡°lo otro¡± de la cultura consensual espa?ola, sino la radicalizaci¨®n de la amenaza. Un franquismo de retaguardia siempre listo para asegurar los l¨ªmites cuestionados. Del terror a la disuasi¨®n (y vuelta): el miedo sigue en el centro de la vida colectiva. Es el bucle del laberinto espa?ol.
La fuerza del 15-M ¡ªpol¨ªtica de cualquiera, potencia instituyente, conflicto igualitario¡ª se perdi¨® en el pasaje posterior a la representaci¨®n. Con la ¡°traducci¨®n institucional¡± de 15-M por parte de Podemos se vuelve al c¨®digo de la pol¨ªtica convencional: la jerarqu¨ªa de los que saben, la producci¨®n de espect¨¢culo y espectadores, el alejamiento de los territorios de la vida, la subordinaci¨®n al tiempo medi¨¢tico de la coyuntura, la retorizaci¨®n y verticalizaci¨®n de la pol¨ªtica.
Un mal traductor es el que solo escucha el signo (lo que se dice) y pierde de vista el ritmo (lo que se hace al decir). La traducci¨®n institucional retom¨® algunas de las demandas del 15-M, pero borr¨® por completo su energ¨ªa y vibraci¨®n propias. El 15-M se convirti¨® de ese modo en un objeto de referencia y ya no un modo de hacer y pensar. En un elemento ret¨®rico en la ¡°producci¨®n de relato¡± en que consiste hoy la pol¨ªtica a izquierda y derecha. ?Ser¨¢ la salida de Pablo Iglesias una ocasi¨®n para repensar la acci¨®n pol¨ªtica o simplemente para reajustar el relato?
El laberinto de la pol¨ªtica espa?ola nos reclama alternativamente como ¡°soldados¡± y como ¡°v¨ªctimas¡±. Soldados: carne de ca?¨®n manipulable a voluntad en las disputas de poder entre partidos. V¨ªctimas: masa temerosa que se resigna al estado de cosas o se moviliza desde el odio y el resentimiento. Ni soldados ni v¨ªctimas, sino personas capaces de sentir con su propio coraz¨®n y pensar con su propia cabeza sin delegar en ning¨²n comit¨¦ central (pol¨ªtico o medi¨¢tico), capaces de hacerse cargo en com¨²n de lo com¨²n y de una pol¨ªtica afirmativa. Es la propuesta siempre actual del 15-M: otro pueblo para otra democracia, no basada en el miedo de la gente ni en el miedo a la gente.
Amador Fern¨¢ndez-Savater es autor de La fuerza de los d¨¦biles. El 15M en el laberinto espa?ol (Akal).