Hacer notar el peso de la UE
El bloque debe mejorar su capacidad de reacci¨®n en un vecindario turbulento
Las autoridades bielorrusas, con la excusa de una supuesta amenaza de seguridad, interceptaron el domingo en su espacio a¨¦reo un vuelo comercial de una compa?¨ªa europea (Ryanair) que cubr¨ªa la ruta entre dos capitales europeas de la zona Schengen (Atenas y Vilna). El avi¨®n tuvo que aterrizar en Minsk, donde el r¨¦gimen autoritario de Aleksandr Lukashenko detuvo al periodista bielorruso Roman Protasevich, perseguido por ser...
Las autoridades bielorrusas, con la excusa de una supuesta amenaza de seguridad, interceptaron el domingo en su espacio a¨¦reo un vuelo comercial de una compa?¨ªa europea (Ryanair) que cubr¨ªa la ruta entre dos capitales europeas de la zona Schengen (Atenas y Vilna). El avi¨®n tuvo que aterrizar en Minsk, donde el r¨¦gimen autoritario de Aleksandr Lukashenko detuvo al periodista bielorruso Roman Protasevich, perseguido por ser considerado un instigador de las revueltas populares que el a?o pasado estuvieron a punto de costarle el cargo al calificado como ¨²ltimo dictador de Europa. Se trata de una acci¨®n intolerable, un aut¨¦ntico acto de pirater¨ªa de Estado que tendr¨¢ que tener una adecuada respuesta por parte de Occidente. La UE ha dado este lunes un primer paso, impulsando una serie de sanciones. El Consejo Europeo ha pedido a la Comisi¨®n que estudie medidas econ¨®micas contra Bielorrusia y decidido vetar el espacio a¨¦reo europeo a las compa?¨ªas de ese pa¨ªs. Un juicio definitivo sobre la respuesta europea podr¨¢ emitirse cuando se concreten las represalias econ¨®micas. En una mirada m¨¢s amplia, no cabe esperar una respuesta global, ya que Lukashenko es protegido de Rusia, pero s¨ª una reacci¨®n occidental que en su conjunto desincentive en el futuro comportamientos parecidos.
La UE se halla en primera fila en este oscuro episodio, que evidencia una vez m¨¢s las turbulencias que el bloque afronta en las relaciones con sus vecinos, aparentemente cada vez m¨¢s dispuestos a echar pulsos de distinta ¨ªndole. Rusia destaca desde hace a?os con una gran acumulaci¨®n de acciones sin escr¨²pulos, desde invasiones y anexiones ilegales de territorios, envenenamientos, ciberataques o propaganda desestabilizadora; Marruecos acaba de utilizar a miles de civiles para echar un pulso a Espa?a (y, en definitiva, a las fronteras de la UE); Turqu¨ªa ha mantenido en varias ocasiones actitudes desafiantes en cuestiones estrat¨¦gicas en aguas del Mediterr¨¢neo o con descortes¨ªas protocolarias en visitas oficiales.
Por su naturaleza, la UE tiene a menudo dificultades para responder a estos desaf¨ªos asim¨¦tricos con la rapidez y firmeza necesarias. La b¨²squeda de un consenso entre socios suele frenar las respuestas, a veces impedirlas, o aguarlas en un m¨ªnimo com¨²n denominador blando. Superar este estado de cosas, que produce desaliento, no ser¨¢ f¨¢cil. Pero no hay que sucumbir al catastrofismo.
De entrada, debe recordarse que no solo la UE es un tit¨¢n econ¨®mico y normativo a escala global, sino que, pese a las consabidas dificultades, ya ha demostrado una considerable capacidad de proyecci¨®n en t¨¦rminos de geopol¨ªtica dura. Las sanciones contra Rusia tras la anexi¨®n ilegal de Crimea en 2014 han asestado un significativo golpe a Mosc¨². Se implantaron entonces, y ah¨ª siguen, en una notable muestra de unidad. Por otra parte, Marruecos ha reculado enseguida de su desaf¨ªo en Ceuta, sin duda alentado a ello tambi¨¦n por la reacci¨®n al un¨ªsono de las autoridades europeas. No es casual que su ministro de Exteriores se haya apresurado a intentar aclarar que el pulso iba dirigido solo a Espa?a.
El caso bielorruso es solo una prueba m¨¢s en un largo recorrido. La UE tendr¨¢ que afinar el arte de la respuesta r¨¢pida y firme. Para ello, tendr¨¢n que explorarse m¨¢s a fondo las posibilidades de actuar sin unanimidad, orillando a los recalcitrantes. Tanto en materia de declaraciones pol¨ªticas, como ya se ha empezado a hacer, como en acciones, con el margen que ofrece el Tratado. Con vecinos como Putin, Lukashenko o Erdogan es especialmente importante tener capacidad de reacci¨®n ¨¢gil y vigorosa.