El contenido material de la ¡°concordia¡±
La rescat¨® Pedro S¨¢nchez ante el C¨ªrculo de Econom¨ªa. En modo escueto: ¡°La concordia es tambi¨¦n un valor econ¨®mico. Y la discordia, partidista o territorial, es un lastre econ¨®mico¡±
La idea m¨¢s ¨²til para la cuesti¨®n catalana es ¡°concordia¡±, prop¨®sito vinculado al de ¡°reencuentro¡±. La rescat¨® Pedro S¨¢nchez ante el C¨ªrculo de Econom¨ªa. En modo escueto: ¡°La concordia es tambi¨¦n un valor econ¨®mico. Y la discordia, partidista o territorial, es un lastre econ¨®mico¡±.
El paralelismo entre conciliaci¨®n pol¨ªtica y progreso econ¨®mico no es un invento. Hace casi nada, la def...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La idea m¨¢s ¨²til para la cuesti¨®n catalana es ¡°concordia¡±, prop¨®sito vinculado al de ¡°reencuentro¡±. La rescat¨® Pedro S¨¢nchez ante el C¨ªrculo de Econom¨ªa. En modo escueto: ¡°La concordia es tambi¨¦n un valor econ¨®mico. Y la discordia, partidista o territorial, es un lastre econ¨®mico¡±.
El paralelismo entre conciliaci¨®n pol¨ªtica y progreso econ¨®mico no es un invento. Hace casi nada, la defensa del mercado interior frente a la fragmentaci¨®n unific¨® a los 27 en su pulso pol¨ªtico con los intentos de Londres de repetir su tradicional divide y vencer¨¢s en la negociaci¨®n sobre el tratado bilateral.
En la literatura econ¨®mica, hizo fortuna la defensa del c¨ªrculo virtuoso de la institucionalizaci¨®n paralela formulada por Daron Acemoglu y James Robinson: ¡°Las instituciones pol¨ªticas inclusivas tienden a apoyar las instituciones econ¨®micas inclusivas¡± (Por qu¨¦ fracasan las naciones, Deusto, 2012).
Y hace un siglo largo, en 1919, lord Keynes anticip¨® c¨®mo el Tratado de Versalles, que impon¨ªa a la perdedora Alemania la destrucci¨®n sistem¨¢tica de sus pilares econ¨®micos (comercio exterior, carb¨®n y acero), y unas reparaciones abusivas, acarrear¨ªa otro conflicto y la bancarrota europea: ¡°Iniquidad¡± a la que ¨¦l contribuy¨®... y de la que se desdijo. Lo hizo en su genial y pol¨¦mico Las consecuencias econ¨®micas de la paz (RBA, 2012).
Hasta ahora el foco se dirig¨ªa a la discordia. Los a?os del proc¨¦s se caracterizaron por el menosprecio a la econom¨ªa ¡ªbaluarte tradicional de Catalu?a¡ª por sus dirigentes. Ignoraron la estabilidad pol¨ªtica como su requisito imprescindible. Prestaron o¨ªdos sordos a los bancos y empresas que les anticiparon su exilio. Organizaron tres huelgas generales (3/10 y 8/11 de 2017 y 21/2 de 2019). Amenazaron con ¡°parar la econom¨ªa catalana durante una semana¡±. Y facilitaron el sorpasso a la madrile?a.
Lo peor de la discordia es su efecto multiplicador. En sentido inverso ¡ªy sim¨¦trico¡ª, Pablo Casado acusa a empresarios, obispos y ¡°sociedad civil¡± de ¡°c¨®mplices¡± del reencuentro: siembra ciza?a entre espa?oles. Los adjetivos ¡°infamia¡±, ¡°traici¨®n¡± y ¡°golpe¡± devienen as¨ª sustantivos generadores de inestabilidad.
¡°La estabilidad pol¨ªtica tiene un valor econ¨®mico en s¨ª misma¡±, replica uno de esos c¨®mplices, el presidente del C¨ªrculo, Javier Faus (LV, 20/6). Pero, precisemos, su ausencia no solo perjudica a los empresarios catalanes. Sino a todos: mella la locomotora econ¨®mica Barcelona/Madrid, tan esencial para los espa?oles como lo es la entente Par¨ªs/Berl¨ªn para los europeos.