Declive demogr¨¢fico
Los lectores opinan sobre la tasa de natalidad, el macrobrote de Mallorca, los indultos y sobre la Guerra Civil
La tasa de fertilidad espa?ola decrece estrepitosamente. La natalidad no cuenta con el apoyo del Estado ni la suficiente implicaci¨®n de la sociedad. A la incertidumbre econ¨®mica y social, agravada por la pandemia, se une la inaceptable precariedad laboral y el desempleo que impide a los j¨®venes no solo emanciparse, sino afrontar un proyecto vital, acceder a la vivienda y poder formar una familia. La situaci¨®n se agrava con el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®...
La tasa de fertilidad espa?ola decrece estrepitosamente. La natalidad no cuenta con el apoyo del Estado ni la suficiente implicaci¨®n de la sociedad. A la incertidumbre econ¨®mica y social, agravada por la pandemia, se une la inaceptable precariedad laboral y el desempleo que impide a los j¨®venes no solo emanciparse, sino afrontar un proyecto vital, acceder a la vivienda y poder formar una familia. La situaci¨®n se agrava con el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n. Las parejas deciden posponer el embarazo. Es un aut¨¦ntico drama humano para las j¨®venes generaciones. El retraso en la maternidad conlleva dificultades. Nos aguarda una poblaci¨®n envejecida y unos padres/abuelos en el mejor de los casos. El impacto va a ser m¨¢s inmediato de lo que creemos. Urge acometer cuanto antes ese desaf¨ªo con pol¨ªticas efectivas, con estrategias e iniciativas adecuadas.
Jos¨¦ Mar¨ªa Torras Coll. Sabadell (Barcelona)
Pobrecitos estos estudiantes
Que los estudiantes intenten ejercer sus derechos para salir del hotel de Mallorca donde est¨¢n confinados es una acci¨®n l¨®gica, si es que se ha vulnerado alg¨²n derecho fundamental. Pero que muchos de ellos sean incapaces de estar aislados diez d¨ªas por una cuesti¨®n de seguridad sanitaria, dice muy poco sobre su nivel de compromiso social, cuando su tasa de positividad covid es muy elevada. Quiz¨¢s debamos ense?ar a nuestros j¨®venes que, adem¨¢s de derechos, la convivencia social conlleva obligaciones. Si son mayores para ir de viaje y de juerga, tambi¨¦n deben serlo para asumir las consecuencias.
Carlos Rivas Mart¨ªnez. Madrid
Es leg¨ªtimo
Tan leg¨ªtimo es estar a favor de los indultos, como en contra. Es la libertad de expresi¨®n en un Estado de derecho. Todas las ideas son expresables y respetables. Todo cabe en el debate pol¨ªtico siempre que se desenvuelva en el marco de la ley. Lo que no es leg¨ªtimo es manifestar su desacuerdo acusando al Gobierno de traicionar a Espa?a, de considerar los indultos un ataque a la separaci¨®n de poderes, a la Justicia y al Estado de derecho, de carecer de fundamento jur¨ªdico y por tanto de ser ilegales, de ser una acci¨®n propia de un Gobierno sin escr¨²pulos, cobarde y miserable.
Julio Garc¨ªa-Casarrubios. Sainz. Valdepe?as (Ciudad Real)
Mitos de la guerra civil
En mi libro sobre La internacionalizaci¨®n de la guerra civil espa?ola (1971) anticipaba dos conclusiones: primero, que el fracaso del golpe de Estado de los rebeldes hizo que la situaci¨®n derivara en guerra civil y, segundo, que las justificaciones inventadas por los ¡°nacionales¡± (entre otras, ser nacionales), que inclu¨ªan la defensa de la cristiandad y la lucha contra el comunismo (de hecho, la revoluci¨®n social no estall¨® en Espa?a hasta despu¨¦s del 18 de julio) no se sustentaban en nada. Entre mayo y junio de 1936 en efecto hubo en Espa?a 171 huelgas parciales o totales que justificar¨ªan el alzamiento. En el mismo periodo hubo en Francia m¨¢s de 12.000. A f¨ªnales de mayo, dos millones de franceses estaban en huelga y, en la mayor¨ªa de los casos, las f¨¢bricas hab¨ªan sido ocupadas por los huelguistas. Y el Gobierno de Par¨ªs era un Frente Popular, como el de Madrid. No hubo alzamiento en Francia.
En mi libro sobre La internacionalizaci¨®n de la guerra civil espa?ola (1971) anticipaba dos conclusiones: primero, que el fracaso del golpe de Estado de los rebeldes hizo que la situaci¨®n derivara en guerra civil y, segundo, que las justificaciones inventadas por los ¡°nacionales¡± (entre otras, ser nacionales), que inclu¨ªan la defensa de la cristiandad y la lucha contra el comunismo (de hecho, la revoluci¨®n social no estall¨® en Espa?a hasta despu¨¦s del 18 de julio) no se sustentaban en nada. Entre mayo y junio de 1936 en efecto hubo en Espa?a 171 huelgas parciales o totales que justificar¨ªan el alzamiento. En el mismo periodo hubo en Francia m¨¢s de 12.000. A f¨ªnales de mayo, dos millones de franceses estaban en huelga y, en la mayor¨ªa de los casos, las f¨¢bricas hab¨ªan sido ocupadas por los huelguistas. Y el Gobierno de Par¨ªs era un Frente Popular, como el de Madrid. No hubo alzamiento en Francia.
Fernando Schwartz. Madrid
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