El extra?o viaje de P. Casado
El l¨ªder del Partido Popular ha hecho un curso pol¨ªtico quiz¨¢ no impensable, pero s¨ª extra?o
Pablo Casado ha hecho un curso pol¨ªtico quiz¨¢ no impensable, pero s¨ª extra?o. Al comenzar, plant¨® cara a Vox en la moci¨®n de censura presentada por Santiago Abascal; y al concluir no resulta f¨¢cil distinguir su discurso de Vox, que le pide una moci¨®n de censura en bloque. Aquel Casado del alegato vibrante del centroderecha contra Abascal enhebrando argumentos persuasivamente moderados, termina el curso, diez meses despu¨¦s, cada vez m¨¢...
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Pablo Casado ha hecho un curso pol¨ªtico quiz¨¢ no impensable, pero s¨ª extra?o. Al comenzar, plant¨® cara a Vox en la moci¨®n de censura presentada por Santiago Abascal; y al concluir no resulta f¨¢cil distinguir su discurso de Vox, que le pide una moci¨®n de censura en bloque. Aquel Casado del alegato vibrante del centroderecha contra Abascal enhebrando argumentos persuasivamente moderados, termina el curso, diez meses despu¨¦s, cada vez m¨¢s centrifugado. Claro que con los sondeos, a Casado le costar¨¢ pensar que comete ning¨²n error: muchas casas de encuestas sit¨²an al PP como primera fuerza, con mayor¨ªa absoluta de la derecha factible. Incuso el CIS admite la tendencia. ?l pide elecciones, como quien pide que llueva caf¨¦ en el campo.
El ¨¦xito demosc¨®pico de Casado debe mucho a un fen¨®meno lineal: el desplome de Ciudadanos, literalmente en barrena, libera tres millones de votos cuya inercia conduce al PP. El partido ganar¨¢ casi todo ese paquete y los restos en las provincias menos pobladas. Sin embargo, la ansiedad parece mala aliada. Tiene poco sentido tratar de acelerar ese proceso siendo obvio que ese proceso no se va a acelerar, no mientras el Gobierno disponga de una mayor¨ªa estable y necesite tiempo para rentabilizar su agenda. No se puede estar tres a?os pidiendo elecciones sin debilitarse. Se entiende mal, de hecho, el fichaje de Fran Herv¨ªas para actuar desde los pasillos bajo sospecha de G¨¦nova con la tarea de perseverar en la operaci¨®n derribo de su antiguo partido. El ¨²ltimo ¨¦xito es hacer perder el Ayuntamiento de Granada a Ciudadanos... para entregarlo al PSOE. Notable. Herv¨ªas tal vez experimente un placer insuperable, un chute de dopamina, ante el hundimiento de Ciudadanos, pero el liderazgo no necesita instintos primarios. Empieza a crear problemas en Andaluc¨ªa, que no es Murcia.
La evoluci¨®n de Casado a lo largo de este curso que va llegando al final, con aquel viaje al centro girado en direcci¨®n opuesta, parece obedecer a una l¨®gica estrictamente oportunista una vez que el espacio de Ciudadanos queda disponible. Adem¨¢s de frenar a Vox, para limitar su espacio, probablemente Casado crea que ha de marcar tambi¨¦n al PP de Madrid, l¨¦ase Ayuso, bendecida por Aznar como gran esperanza blanca: ¡°la figura pol¨ªtica m¨¢s relevante de Espa?a¡±. En Madrid sin duda hay un aznarismo sociol¨®gico, pero, desde la Galicia de Feij¨®o a la Andaluc¨ªa de Juanma Moreno, hay otro PP. Casado, sin embargo, parece asumir que el PP de Madrid es el PP de Espa?a dentro de Espa?a... Aquel Casado de octubre fue elogiado vivamente por el l¨ªder del grupo popular europeo, Manfred Weber (¡°Espa?a necesita un l¨ªder de centro sin alianzas con fuerzas radicales que solo buscan la divisi¨®n¡±), y tuvo el acompa?amiento del empresariado, con Garamendi y Bonet elogiando la moderaci¨®n. Hoy Casado est¨¢ enfrentado a los empresarios y cada vez m¨¢s lejos del centro. En las encuestas, eso s¨ª, bien.