Los lectores rechazan cotos vedados
Un malentendido con un texto de Pedro S¨¢nchez destapa anomal¨ªas en la gesti¨®n de los foros
EL PA?S rompi¨® un tab¨² el pasado febrero. Desde ese mes, los lectores pueden opinar en los foros de participaci¨®n del peri¨®dico sobre los editoriales del diario, una zona sagrada vedada hasta entonces al examen p¨²blico. Cay¨® un muro infranqueable durante cuatro d¨¦cadas, pero los lectores quieren derribar otros relevantes, como los espacios de los habituales columnistas, intocables a¨²n en esos foros. Ha llegado el momento de plantearse si hay que eliminar esas puertas al mar.
Demoler esas barreras es una vieja pretensi¨®n de algunos. El lector Joan Colom ha exigido en reiterados mensajes ...
EL PA?S rompi¨® un tab¨² el pasado febrero. Desde ese mes, los lectores pueden opinar en los foros de participaci¨®n del peri¨®dico sobre los editoriales del diario, una zona sagrada vedada hasta entonces al examen p¨²blico. Cay¨® un muro infranqueable durante cuatro d¨¦cadas, pero los lectores quieren derribar otros relevantes, como los espacios de los habituales columnistas, intocables a¨²n en esos foros. Ha llegado el momento de plantearse si hay que eliminar esas puertas al mar.
Demoler esas barreras es una vieja pretensi¨®n de algunos. El lector Joan Colom ha exigido en reiterados mensajes que los textos de opini¨®n, y no solo las noticias y las informaciones, queden abiertos al debate en la web. Por eso recibi¨® con alegr¨ªa la apertura de febrero. ¡°Es todo un paso en la buena direcci¨®n¡±, escribi¨®. Lo mismo dijeron otros que, como Francisco Vida, felicitaron al diario.
En febrero tambi¨¦n se abrieron a comentarios las tribunas de opini¨®n, pero no las columnas de las firmas m¨¢s reconocidas. Colom se quej¨®: ¡°Queda camino por andar. La mayor¨ªa de las plumas de EL PA?S siguen siendo incomentables. Deben poseer los derechos divinos de las palabras de santo¡±. Luis Castro exige igualmente una explicaci¨®n y se pregunta: ¡°?Por qu¨¦ se pueden comentar las noticias y no esos art¨ªculos de opini¨®n?¡±
En efecto, la direcci¨®n del peri¨®dico analiza desde hace tiempo con el ¨¢rea de Opini¨®n qu¨¦ otras zonas deben abrirse a los cientos de comentarios diarios de los lectores. Las restricciones tienen menos sentido desde hace un a?o, cuando el acceso a esos foros es exclusivo para suscriptores. Gracias a esa medida se redujo notablemente el n¨²mero de insultos, exabruptos y descalificaciones, as¨ª como el activismo militante de ultraderechistas, hom¨®fobos o negacionistas.
Sin embargo, los lectores apremian para que el peri¨®dico gestione mejor el ¨¢rea y eleve la calidad de los debates. Eso sostiene Jes¨²s Sarmiento, quien denuncia una ¡°degradaci¨®n¡± en los intercambios y propone limitar el n¨²mero de comentarios de un solo lector en cada pieza. Antonio Pulido va m¨¢s lejos: ¡°Tome medidas para que los foros no se conviertan en un lodazal, que van camino de ello.¡±
El peri¨®dico est¨¢ obligado a mejorar esa gesti¨®n. Para elevar el nivel de los debates, sin duda, pero tambi¨¦n para evitarse disgustos como el del pasado 23. Ese d¨ªa, el jefe del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, public¨® en el diario un art¨ªculo titulado El esp¨ªritu constitucional, en el que defend¨ªa la conveniencia de aprobar los indultos a los condenados por el proc¨¦s.
Al tratarse de una tribuna, la secci¨®n de Opini¨®n la revis¨® y abri¨® el texto a comentarios. Hab¨ªa una veintena de ma?ana. Alguno, subido de tono. Eran las 8.30 y la Redacci¨®n estaba casi vac¨ªa. Dos mandos del peri¨®dico comentaron las condiciones concretas de la pieza en el foro. Ten¨ªa activadas las opciones ¡°Permitir comentarios¡± y ¡°Mostrar comentarios¡±, aunque no se hab¨ªa exigido especial atenci¨®n al equipo de Moderaci¨®n.
La conversaci¨®n deriv¨® en un malentendido, porque el texto pas¨® de pronto a la doble y absurda opci¨®n de ¡°Permitir comentarios¡± y ¡°No mostrar comentarios¡±. Los lectores reaccionaron ante el desprop¨®sito. Jos¨¦ Luis P¨¦rez Lazcano, escribi¨®: ¡°?Por qu¨¦ han borrado los comentarios del art¨ªculo que publica Pedro S¨¢nchez? Es un acto que desmerece a EL PA?S¡±. Y una lectora: ¡°?Su misi¨®n es proteger a Pedro S¨¢nchez de sus lectores?¡±
No fue f¨¢cil averiguar qu¨¦ hab¨ªa pasado. Nadie sab¨ªa nada en Opini¨®n, donde activaron de nuevo la opci¨®n de ¡°Mostrar comentarios¡± ¡ªes incomprensible la existencia de la opci¨®n contraria¡ª y la tribuna qued¨® de nuevo abierta al debate, aunque seguramente algunos lectores se quedaron privados de exponer su punto de vista sobre las tesis del presidente.
No todo es responsabilidad del peri¨®dico. Tambi¨¦n los lectores deber¨ªan cumplir las normas de participaci¨®n del foro. La primera dice: ¡°Para comentar en EL PA?S, el autor deber¨¢ identificarse con nombre y primer apellido¡±. Pues bien, el foro est¨¢ plagado de extravagantes pseud¨®nimos como ¡°Cabellera inexistente¡±, ¡°Jeu Coloma Jeu¡±, ¡°Cromapons Cromapons¡±, ¡°Liverpool NumberNine¡±, ¡°Fow Ler¡± o ¡°Antonio Mepareceam¨ª¡±.
El peri¨®dico hace la vista gorda pese al flagrante incumplimiento de sus normas, pero es obvio que esos an¨®nimos no solo desvirt¨²an el debate, sino que molestan a muchos lectores como Francisco Vida: ¡°Todos los art¨ªculos deben abrirse a comentarios; eso s¨ª, firmados con nombres y apellidos reales, no escondidos tras la irresponsabilidad de seud¨®nimos grotescos y pusil¨¢nimes¡±.
Sin puertas al mar y sin seud¨®nimos, otro debate es posible. Saldr¨¢n ganando los lectores.
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Puede enviar sus cuestiones a defensor@elpais.es
O preguntar en el blog El Defensor del Lector contesta.