Otra de periodistas
Es una l芍stima que el presidente no se limite a precisar la informaci車n o corregir distorsiones y crea que su mejor defensa es el ataque
En la interminable querella que el presidente Andr谷s Manuel L車pez Obrador y el periodismo han sostenido a lo largo de estos a?os, la sesi車n de ※qui谷n es qui谷n en las noticias falsas§ introducida el mi谷rcoles pasado y repetida esta semana en la rueda de prensa matutina, constituye una vuelta de tuerca adicional. Un ejercicio formal por parte de la presidencia para desmentir y aclarar las noticias di...
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En la interminable querella que el presidente Andr谷s Manuel L車pez Obrador y el periodismo han sostenido a lo largo de estos a?os, la sesi車n de ※qui谷n es qui谷n en las noticias falsas§ introducida el mi谷rcoles pasado y repetida esta semana en la rueda de prensa matutina, constituye una vuelta de tuerca adicional. Un ejercicio formal por parte de la presidencia para desmentir y aclarar las noticias difundidas sobre su gobierno que considera infundadas, distorsionadas o, de plano, agresiones.
El problema es que en su primera versi車n, el mi谷rcoles anterior, esta secci車n termin車 siendo m芍s una plataforma para juzgar y condenar periodistas y medios de comunicaci車n que un espacio de r谷plica o aclaraci車n. A lo largo de los siguientes d赤as, fue duramente cuestionado tanto en forma como en fondo. Algunas cr赤ticas, a mi juicio, ten赤an sentido. Otras, no tanto.
Ciertamente la puesta en escena result車 apresurada y atropellada en la primera versi車n. Intentaba un tono c車mico o ir車nico, a medio camino entre una parodia de televisi車n y el matiz burl車n que suelen utilizar Templo Mayor o Bajo Reserva de Reforma y El Universal, respectivamente. No lo consigui車, como tampoco lo consiguen esos espacios las m芍s de las veces, con lo cual obtuvo la misma reacci車n que un chiste mal contado que pretende cargarse a alguien que est芍 ausente. Los descalificativos dirigidos a los periodistas no ten赤an nada de chistosos y era obvia la falta de habilidad de la presentadora elegida para mal leer los textos preparados. Y eso por no hablar del error inconcebible de despedazar una noticia que criticaba al gobierno, sin darse cuenta de que databa de 2017 y se refer赤a a otro gobierno. Como es de suponer, el ejercicio fue duramente criticado, particularmente en c赤rculos period赤sticos nacionales e internacionales.
Y si bien coincido con el sentido de muchas de estas cr赤ticas, difiero en algunos matices. Primero, habr赤a que insistir en que el presidente tiene motivos para buscar un derecho de r谷plica y utilizar la Ma?anera para ese efecto. Hay una batalla por la opini車n p迆blica entre dos concepciones de pa赤s; una representada por el obradorismo y los votos que lo llevaron a Palacio Nacional; y otra por una parte de la comunidad y los factores de poder que rechazan el fondo o la forma de lo que el presidente propone y representa. En esta confrontaci車n buena parte de los medios de comunicaci車n y de los columnistas y conductores m芍s conocidos se han convertido en cr赤ticos sistem芍ticos del gobierno. Algunos, los menos, con respeto a los c車digos del oficio; otros, en una cruzada destinada a divulgar solo aquello que resulta contrario a L車pez Obrador. Con frecuencia notas y an芍lisis est芍n cargados de sesgos, exageraciones y referencias sacadas de contexto. Es en ese sentido que el Ejecutivo, que no cuenta con el apoyo de los medios convencionales que s赤 ten赤an sus predecesores, est芍 en su derecho de usar sus espacios para ofrecer su visi車n sobre versiones que considera infundadas.
Dicho lo anterior, es una l芍stima que el presidente no se limite a precisar la informaci車n y o corregir distorsiones y crea que su mejor defensa es el ataque. Eso ha derivado en la perniciosa actitud de desacreditar la reputaci車n del medio o del cr赤tico, lo cual suele conducir a ahorrarse la tarea de responder a los argumentos y remitirse a deshonrar a quien los esgrime.
Por otro lado, no coincido con algunos calificativos que en medios period赤sticos se le adosan al presidente. Durante 30 a?os estuve en puestos de direcci車n de medios period赤sticos en Guadalajara y en M谷xico y no tengo dudas de que las relaciones con el Ejecutivo estatal o federal eran mucho m芍s severas si en verdad se deseaba incursionar en una l赤nea cr赤tica. Relaciones m芍s opacas ciertamente y con una enorme ※generosidad§ por parte del gobierno para negociar complacencias o una cr赤tica aparente o ※blanda§. No avenirse invariablemente costaba el puesto o el ostracismo. Por lo mismo, difiero de las posiciones de algunos de los colegas que acusan a L車pez Obrador de ser un dictador o un represor en lo que respecta a la libertad de opini車n o el ejercicio de la cr赤tica. Me parece incorrecto que el presidente dirima diferencias con sus cr赤ticos a trav谷s de las descalificaciones mutuas y la ofensa, pero eso no lo convierte en un tirano.
Aunque ciertamente al comportarse as赤, L車pez Obrador pierde ※presidenciabilidad§ y se disminuye a la misma estatura que los rivales a los que continuamente sube al ring. Est芍 convencido de que en tanto lo haga de manera p迆blica y solo verbal, sus actitudes no constituyen actos autoritarios y represivos. En estricto sentido podr赤an no serlo, pero no se da cuenta de que no es un interlocutor m芍s en una discusi車n, sino un Jefe de Estado y su poder es desproporcionado respecto de un particular o una empresa, o que las consecuencias pueden ser impredecibles por parte de la maquinaria del Estado o los simpatizantes de su movimiento en detrimento de los se?alados. Y, eso s赤, dificulta el ejercicio de la cr赤tica.
Este mi谷rcoles se difundi車 la segunda edici車n de ※Qui谷n es qui谷n en las noticias falsas§. La habilidad de la presentadora para leer no mejor車, pero al menos se abandon車 el intento de hacer chistes o parodias. Y aunque menos cargado de adjetivos no resisti車 la tentaci車n de atribuir intenciones deleznables al medio abordado, en este caso El Universal.
Y sin embargo, pas車 inadvertido algo que no sucedi車 en la edici車n anterior. La mayor parte del segmento estuvo dedicado a cuantificar las notas favorables y desfavorables que durante la campa?a electoral recibi車 Morena por parte de algunos medios y columnistas. Al margen de que la definici車n de lo que son notas buenas y malas es absolutamente subjetiva y unilateral, AMLO no parece advertir que con ese ejercicio dej車 de ser jefe de Estado para convertirse en l赤der de una corriente pol赤tica. Una cosa es aclarar un infundio que compete a la autoridad, y otra utilizar la investidura presidencial y los recursos del Estado para exigir mejor trato para su movimiento pol赤tico en per赤odos electorales.
No s谷 cu芍l ser芍 el balance de L車pez Obrador como presidente al final del sexenio. Pero no tengo dudas de que habr赤a sido mejor o habr赤a sido menos peor, seg迆n el cristal con que se mire, si hubiera dejado afuera de Palacio Nacional al l赤der opositor que fue durante tantos a?os y hubiera asumido de tiempo completo su responsabilidad como presidente de todos los mexicanos.