Noticias de un Brasil en estado de golpe
Dominada por la violenta base de Bolsonaro, la Amazonia muestra que el autoritarismo y la destrucci¨®n ambiental son gemelos siameses
Altamira, la ciudad amaz¨®nica que es el epicentro de la deforestaci¨®n, vio el mi¨¦rcoles como el pasado se materializaba en presente. El general Jos¨¦ Hamilton Mour?o, vicepresidente de Brasil, sobrevol¨® la regi¨®n y dio una rueda de prensa en el Batall¨®n de Infanter¨ªa de Selva. El objetivo era crear im¨¢genes para que el mundo viera que el Gobierno toma medidas para combatir la destrucci¨®n de la Amazonia, que se ha disparado con Jair Bolsonaro. Pero para los buenos en...
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Altamira, la ciudad amaz¨®nica que es el epicentro de la deforestaci¨®n, vio el mi¨¦rcoles como el pasado se materializaba en presente. El general Jos¨¦ Hamilton Mour?o, vicepresidente de Brasil, sobrevol¨® la regi¨®n y dio una rueda de prensa en el Batall¨®n de Infanter¨ªa de Selva. El objetivo era crear im¨¢genes para que el mundo viera que el Gobierno toma medidas para combatir la destrucci¨®n de la Amazonia, que se ha disparado con Jair Bolsonaro. Pero para los buenos entendedores, la imagen evoca la pesadilla autoritaria de la dictadura c¨ªvico-militar (1964-85), que inaugur¨® la destrucci¨®n de la selva a gran escala. Tambi¨¦n hace de puente con el momento actual, en el que Bolsonaro convoca a sus seguidores a realizar un autogolpe el pr¨®ximo 7 de septiembre.
Mour?o preside el Consejo Nacional de la Amazonia Legal. El mando de las operaciones en la selva pas¨® de los civiles a los militares, una pol¨ªtica antidemocr¨¢tica que ha resultado ineficaz. Aplican la l¨®gica de guerra, que destruy¨® la selva durante la dictadura del pasado. Pero ?guerra contra qui¨¦n? Los destructores de la Amazonia ¡ªgrileiros (ladrones de tierras p¨²blicas), madereros y mineros ilegales¡ª son la base de apoyo del Gobierno de Bolsonaro y act¨²an con su bendici¨®n.
Ya no hay seguridad para quienes protegen la Amazonia. Los depredadores incendian las casas de los l¨ªderes, como primera se?al de que el siguiente acto ser¨¢ su exterminio. Los mineros ilegales, comandados por el crimen organizado, invaden tierras ind¨ªgenas como la de los yanomamis. El corrupto Arthur Lira, presidente de la C¨¢mara de los Diputados, impide que se abra un proceso de destituci¨®n contra el presidente y comanda la aprobaci¨®n de proyectos de ley que decretan el fin de la selva.
La escena de un vicepresidente general comandando operaciones en la Amazonia habr¨ªa sido impensable hace unos a?os. Por eso el lado podrido de las Fuerzas Armadas le est¨¢ tan agradecido a Bolsonaro. Mour?o ofreci¨® la rueda de prensa en la Carretera Presidente M¨¦dici. No es una coincidencia. M¨¦dici fue el general que presidi¨® el pa¨ªs cuando el secuestro, la tortura y la ejecuci¨®n de opositores eran pol¨ªticas de Estado. Tambi¨¦n fue el per¨ªodo en que se ejecut¨® a miles de ind¨ªgenas para ¡°liberar¡± la selva a la explotaci¨®n predatoria. M¨¦dici inaugur¨® la carretera Transamaz¨®nica tambi¨¦n ah¨ª, en Altamira, completando los simbolismos. Hacer que sean corrientes im¨¢genes que hasta hace poco eran inaceptables es estrat¨¦gico para que la vida de excepci¨®n se infiltre como normal en la mente de un pueblo asustado, asaltado por la inflaci¨®n y el desempleo y amenazado por el hambre como no ocurr¨ªa hac¨ªa d¨¦cadas.
Bolsonaro y Mour?o aparentemente no se entienden, pero lo cierto es que uno sirve al otro para mantener el mismo Gobierno autoritario. Mientras Mour?o marchaba por Altamira rodeado de militares, en Manaos, ciudad que gener¨® escenas de horror durante la pandemia, Bolsonaro inauguraba un complejo residencial. Sin mascarilla, besando de vez en cuando a un ni?o que ten¨ªa al lado, el antipresidente solt¨® su bravuconada: ¡°El 7 de septiembre estar¨¦ donde est¨¦ el pueblo¡±.
Traducci¨®n de Meritxell Almarza.