Incertidumbre en Per¨²
El presidente Pedro Castillo necesita superar las crisis de su Gobierno para recuperar la estabilidad pol¨ªtica
El inicio del mandato de Pedro Castillo como presidente de Per¨² no ha podido ser m¨¢s accidentado. Si la elecci¨®n de un radical de izquierdas como primer ministro casi fuerza que los perfiles m¨¢s moderados del Gobierno no formasen parte de ¨¦l, apenas antes de que se cumpliese un mes de mandato ha renunciado el canciller por unas declaraciones fuera de lugar. La incertidumbre no augura nada bueno ni para el devenir de Castillo ni, sobre todo, para Per¨², un pa¨ªs al que le urge la estabilidad p...
El inicio del mandato de Pedro Castillo como presidente de Per¨² no ha podido ser m¨¢s accidentado. Si la elecci¨®n de un radical de izquierdas como primer ministro casi fuerza que los perfiles m¨¢s moderados del Gobierno no formasen parte de ¨¦l, apenas antes de que se cumpliese un mes de mandato ha renunciado el canciller por unas declaraciones fuera de lugar. La incertidumbre no augura nada bueno ni para el devenir de Castillo ni, sobre todo, para Per¨², un pa¨ªs al que le urge la estabilidad pol¨ªtica en un momento delicado.
La renuncia de H¨¦ctor B¨¦jar se produjo por la pol¨¦mica que desataron unas declaraciones de este exguerrillero y soci¨®logo de 85 a?os en las que aseguraba que el terrorismo en Per¨² naci¨® por culpa de la Marina, en lugar de ser responsabilidad del grupo mao¨ªsta Sendero Luminoso. La postura de B¨¦jar tampoco resulta un caso aislado, ya que el nombramiento de Guido Bellido como primer ministro y sus simpat¨ªas por la organizaci¨®n terrorista en el pasado hab¨ªan levantado muchas cr¨ªticas.
La inestabilidad del Gobierno, que se form¨® despu¨¦s de una campa?a muy agitada por las acusaciones de fraude por parte de la rival de Castillo, Keiko Fujimori, que nunca fueron probadas, ha golpeado sobremanera al nuevo presidente. Todo ello le ha pasado factura, hasta el punto de que es el mandatario m¨¢s impopular de los ¨²ltimos cinco que ha tenido Per¨². Todo ello debe ser un aviso para Castillo, que debe enviar m¨¢s pronto que tarde se?ales de certidumbre dentro del pa¨ªs, pero tambi¨¦n hacia el exterior. La reacci¨®n, un tanto desproporcionada, que han tenido los mercados con la nueva Administraci¨®n, con ca¨ªdas en la Bolsa y una fuerte depreciaci¨®n de la moneda, ha propiciado un incremento de algunos de los productos b¨¢sicos que, no hay duda, golpear¨¢n a las clases m¨¢s populares.
Per¨², un pa¨ªs emergente que logr¨® reducir la pobreza a trav¨¦s de una reconocida disciplina fiscal y apertura de sus mercados, apost¨® por la elecci¨®n de un maestro rural como nuevo presidente. El compromiso de Pedro Castillo de luchar por dar m¨¢s poder a las clases populares, hist¨®ricamente degradadas en el pa¨ªs andino, merece todo el reconocimiento, as¨ª como la legitimidad de su victoria. Ello, no obstante, no puede lograrse a cualquier precio ni a costa de contentar a sectores pr¨®ximos a ¨¦l que han dado muestras m¨¢s que evidentes de un radicalismo exacerbado que, a todas luces, no puede traer nada bueno a Per¨².