Incr¨¦dula

?Por qu¨¦ ser¨¢ que las personas m¨¢s creyentes son las m¨¢s incr¨¦dulas? Una adventista del s¨¦ptimo d¨ªa cree en el don prof¨¦tico de Ellen G. White y, sin embargo, afirma que la covid-19 no existe y los cad¨¢veres son maniqu¨ªes para meternos miedo. Ella no ha visto a nadie morirse de verdad. Tampoco ha visto a Dios ni entre los fogones ni a trav¨¦s de un microscopio, pero eso no es importante: la fe es otra cosa. Yo siento que la fe se ensucia cuando se con...

?Por qu¨¦ ser¨¢ que las personas m¨¢s creyentes son las m¨¢s incr¨¦dulas? Una adventista del s¨¦ptimo d¨ªa cree en el don prof¨¦tico de Ellen G. White y, sin embargo, afirma que la covid-19 no existe y los cad¨¢veres son maniqu¨ªes para meternos miedo. Ella no ha visto a nadie morirse de verdad. Tampoco ha visto a Dios ni entre los fogones ni a trav¨¦s de un microscopio, pero eso no es importante: la fe es otra cosa. Yo siento que la fe se ensucia cuando se convierte en sustancia que ciega y aumenta el dolor en lugar de aliviarlo. Un joven culto cree en los beneficios m¨ªsticos de la ayahuasca y la escalada deportiva, pero no en renta m¨ªnima ni en la Seguridad Social; puede que conf¨ªe en un futuro m¨¢s all¨¢ de las nubes, pero aqu¨ª se pone una camiseta de no future y niega la posibilidad de arreglar nada. Se agarra a su presente con un ego¨ªsmo inseparable de la falta de expectativas: casa, amor, salud, rosas¡­ Las personas vulnerables a veces se aferran a ¨ªdolos de barro. Y ese aferramiento es responsabilidad de la sociedad en su conjunto, sobre todo cuando la fragilidad muta en apisonadora y quienes defienden su verdad, su b¨²squeda de una salvaci¨®n personal y aquello de que el coraz¨®n tiene razones que la raz¨®n no entiende piden respeto para sus fanatismos: hacen de su superstici¨®n argumento cient¨ªfico y golpean con sus biblias la cabeza de homosexuales que a base de hostias sanar¨¢n; o insultan al personal de las cl¨ªnicas abortistas. Mutilan los derechos ajenos apelando a nuestra concepci¨®n democr¨¢tica de los derechos, y as¨ª el mundo se pone patas arriba y el diccionario se pervierte: tenemos el ¡°derecho¡± de creer que con las vacunas nos inyectan un chip, y esa creencia neur¨®tica arriesga la salud global. La Virgen llora l¨¢grimas de sangre y revela ¡ªno sabemos en qu¨¦ lengua viva o muerta¡ª por qu¨¦ la humanidad camina hacia su destrucci¨®n. Unos cuantos se forran a base de la credulidad de un vulnerable, pero airado, ej¨¦rcito mariano. Creencias y unicornios se transforman en verdades cuando se busca la salvaci¨®n en una realidad rota y, en las escuelas, en lugar de hermen¨¦utica y matem¨¢ticas, se aprende finanzas, una disciplina basada en la religi¨®n del dinero. Pol¨ªticos y empresarios contratan videntes particulares. La nieve es de pl¨¢stico y yo, que soy laica, peque?a y roja, pido por favor que bajen de los cielos Graham Greene, Chesterton y el padre Feijoo para se?alar tanto falso milagro y poner orden.

El negacionismo es un afirmacionismo de confesionalidad, individualismo, insolidaridad, desencanto, descr¨¦dito del di¨¢logo y la pol¨ªtica, la carta del loco en el tarot. Le damos p¨¢bulo a excoroneles que declaran en programas de fantaterror ¡ªel entretenimiento es la verdad¡ª que el bicho es un arma qu¨ªmica que ¡°no ataca a los soldados, sino a los ni?os y a los viejos (¡­), se traslada por el aire y no es excesivamente mortal¡±. El piloto Jorge Lis muere arrepentido por haber negado y por no haberse puesto esa vacuna que tambi¨¦n rechaza parte del personal de las residencias geri¨¢tricas. El violento ingenio sustituye en Twitter a la lentitud razonada. Hacer pedagog¨ªa hoy es dif¨ªcil: un importante sector de la poblaci¨®n siente que se ha ejercido contra ¨¦l un autoritarismo intolerable que no le ha permitido desarrollar su responsabilidad. Si la pandemia fuese mentira, a lo mejor hasta tienen raz¨®n.