Los bots son los dem¨¢s
Una teor¨ªa de la conspiraci¨®n afirma que internet muri¨® hace a?os y que el contenido hoy lo produce la inteligencia artificial
Hay una teor¨ªa de la conspiraci¨®n loqu¨ªsima que dice que internet muri¨® hace cuatro o cinco a?os y que la mayor parte del contenido nuevo est¨¢ preparado por inteligencias artificiales y propagado por bots. The Atlantic describe y critica esta teor¨ªa en un art¨ªculo que a?ade que el Gobierno estadounidense cuenta con el apoyo de influencers para mantener viva esta ilusi¨®n. El objetivo: controlar nuestras ideas y de paso animarnos a seguir comprando cosas que no nec...
Hay una teor¨ªa de la conspiraci¨®n loqu¨ªsima que dice que internet muri¨® hace cuatro o cinco a?os y que la mayor parte del contenido nuevo est¨¢ preparado por inteligencias artificiales y propagado por bots. The Atlantic describe y critica esta teor¨ªa en un art¨ªculo que a?ade que el Gobierno estadounidense cuenta con el apoyo de influencers para mantener viva esta ilusi¨®n. El objetivo: controlar nuestras ideas y de paso animarnos a seguir comprando cosas que no necesitamos. Como si yo necesitara que la CIA me convenciera de que quiero otra chaqueta.
Hay motivos para sospechar de internet: por ejemplo, hace poco EL PA?S publicaba la historia de un sueco, Sverker Johansson, que program¨® un bot que ha publicado diez millones de art¨ªculos de la Wikipedia. Y Twitter est¨¢ lleno de bots. Ojo, algunos son bots buenos y no intentan enga?ar a nadie: nos recuerdan, por ejemplo, tuits en una fecha concreta, o simplemente nos van dando la hora, por si no tenemos un reloj a mano. No se hacen pasar por personas reales para inflar los n¨²meros de seguidores, ni intentan cambiar nuestro voto con mensajes programados.
La teor¨ªa de la conspiraci¨®n tambi¨¦n se basa en un defecto de las pantallas que Zoom y Meet apenas pueden paliar: estamos solos detr¨¢s de nuestro m¨®vil o de nuestro monitor. Si nos lo proponemos, resulta relativamente f¨¢cil creer que esos tuits que aparecen en la app no los ha escrito nadie y solo son el trabajo de los agentes de una oscura agencia de manipulaci¨®n pol¨ªtica rusa, que por alg¨²n motivo hace chistes muy buenos sobre El Chiringuito.
El problema es que en realidad no hay tantos bots como creemos. Hay muchos, por supuesto: en 2018, Twitter cerr¨® 70 millones de cuentas falsas. Y durante la campa?a electoral para las elecciones generales de noviembre de 2019, una investigaci¨®n acad¨¦mica identific¨® m¨¢s de 40.000, sin que ning¨²n partido pol¨ªtico se librara de la plaga. Tambi¨¦n sabemos que Rusia, Ir¨¢n y China llevan a?os creando y usando cuentas falsas para interferir en la pol¨ªtica de otros pa¨ªses.
Sin embargo, la inmensa mayor¨ªa de los perfiles a los que vemos discutir en Twitter son de personas reales. De hecho, m¨¢s que una acusaci¨®n, bot se ha convertido en un insulto. Es una forma de decir que los dem¨¢s son zombis que act¨²an al dictado de las consignas de sus partidos pol¨ªticos predilectos, mientras que nosotros tenemos un criterio propio y razonado. Es decir, caemos en el sesgo de atribuci¨®n: todo el mundo es d¨¦bil y manipulable menos nosotros, que somos independientes e incorruptibles. Los bots siempre son los dem¨¢s.
Y, claro, olvidamos que nosotros tambi¨¦n podemos parecer un bot a ojos de otros tuiteros. Acaba ocurriendo como en esa teor¨ªa de la conspiraci¨®n que mencion¨¢bamos al principio, o como en el meme de los Spider-Man que se se?alan: todos creemos que todos los dem¨¢s son bots y que nosotros somos una excepci¨®n, los ¨²ltimos humanos de internet.
Es verdad que hoy en d¨ªa es dif¨ªcil estar seguro de lo que es real y lo que no. ?Y si yo soy un bot que intenta convencer a los lectores de que los bots no existen? Al fin y al cabo, lo primero que dir¨ªa un bot es que no es un bot. Y luego a?adir¨ªa que no hay tantos bots como parece. Y por ¨²ltimo simular¨ªa tomarse la teor¨ªa tan poco en serio que incluso se atrever¨ªa a bromear con la posibilidad de que fuera cierta.