Metamorfosis

El periodista le pregunt¨® si el PP pod¨ªa celebrar que el Gobierno haya cumplido el objetivo de vacunaci¨®n y Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, alcalde de Madrid y comentarista de moda en sus ratos libres ¡ªen verano convirti¨® las alpargatas del presidente en tendencia (tuitera)¡ª mir¨® a la c¨¢mara y respondi¨®, muy serio: ¡°Si hablamos en t¨¦rminos de estricto cumplimiento, el hito del 70% de vacunaci¨®n no se ha cumplido en los tiempos que anunci¨® Pedro S¨¢nchez, pero no voy a ser yo tan cicatero, el retraso ha sido peque?o. Creo que es bueno. Ahora, ?ha visto usted a Pedro S¨¢nchez poner alguna vacuna a alguien? Yo he visto a todas las comunidades aut¨®nomas hacer un esfuerzo gigantesco¡±.

La tuiteca o archivo ¡ªsalvo preventivo borrado¡ª arroj¨® enseguida tuits recordando que el PP hab¨ªa responsabilizado a S¨¢nchez del plan de vacunaci¨®n. Desde poco despu¨¦s de fijarse los plazos y objetivos ¡ªCasado replic¨® que a ese ritmo se tardar¨ªa ¡°cuatro a?os¡± en inmunizar a la poblaci¨®n¡ª hasta un par de d¨ªas antes de la rueda de prensa de Almeida, cuando Teodoro Garc¨ªa Egea, secretario general de los populares, dijo que les ¡°habr¨ªa gustado¡± que el Gobierno hubiese dotado de ¡°medios y vacunas¡± a las comunidades aut¨®nomas. ¡°Lamentablemente¡±, a?adi¨®, ¡°ha sido un nuevo fracaso de S¨¢nchez¡±.

A veces la mejor forma de desmontar un argumento es copiarlo. Los tuiteros se pusieron manos a la obra, cambiando el sujeto de la frase, y afearon al alcalde que no se hubiera dejado ver dirigiendo el tr¨¢fico madrile?o o recogiendo la basura de la capital. La frase ¡°?ha visto a Pedro S¨¢nchez poner una vacuna a alguien?¡±, efectivamente, estimulaba la imaginaci¨®n. Si la dejabas volar, ve¨ªas a Isabel D¨ªaz Ayuso operando a coraz¨®n abierto de 8 a 9, poniendo un examen de matem¨¢ticas a sus alumnos de 10 a 11, reforestando de 11 a 12 y pintando los cuadros de El Prado de 12 a 14. Pod¨ªas, tambi¨¦n, ver a la oposici¨®n se?alar, como aquellos repelentes ni?os del colegio, que la presidenta se estaba saliendo de la raya al colorear; que podar ¨¢rboles es puro populismo, y que las cirug¨ªas a vida o muerte solo evitan lo segundo cuando m¨¦dico y paciente llevan el carn¨¦ de sus siglas.

Quiz¨¢, como explic¨® Almeida tras su comentario sobre las alpargatas, el reproche al presidente que ni siquiera pone vacunas era tambi¨¦n ¡°una met¨¢fora¡±. Quiz¨¢ no quiso decir lo que dijo. Quiz¨¢ no detectamos la figura ret¨®rica o no entendimos el chiste. O puede que de verdad piense que de haber estado el PP en el Gobierno, Pablo Casado se habr¨ªa puesto la capa de superh¨¦roe, una bata blanca, y habr¨ªa vacunado a casi 34 millones de habitantes en ocho meses. Brazo por brazo.

Twitter tiene memoria como los peri¨®dicos, hemeroteca. Revisando declaraciones pasadas afloran contradicciones, volantazos y absolutas metamorfosis, los cambios de forma y funciones que experimentan muchos animales durante su desarrollo. Si observamos con ojo cient¨ªfico las cuentas de determinadas criaturas, los pol¨ªticos, podremos comprobar la evoluci¨®n de alcalde a portavoz de partido ¡ªsacrificando la popularidad de los primeros tiempos¡ª o del candidato a presidente ¡ªque pas¨® de tener pesadillas a dormir con el enemigo¡ª.

Sabi¨¦ndose observados, cabe preguntarse por qu¨¦ no hacen ese ejercicio de revisar lo que dijeron para intentar parecerse a s¨ª mismos o al menos, hacerse preguntas: ?Puedo exigir una reforma para renovar el Poder Judicial si no la hice cuando ten¨ªa los votos suficientes? Pero conocen su ventaja: cada nueva pol¨¦mica entierra la anterior porque las redes tienen memoria, pero olvidan r¨¢pido. Todo esto ya es viejo. ?Qui¨¦n recuerda los indultos? Twitter no.