Guerra fratricida en Argentina
La derrota en las urnas hace aflorar una rivalidad en el Gobierno peronista que afecta a la estabilidad pol¨ªtica
La derrota electoral del peronismo en las elecciones primarias abiertas en Argentina expuso las crecientes tensiones internas de la coalici¨®n liderada por el presidente, Alberto Fern¨¢ndez, y su vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Nacido por iniciativa de la expresidenta para ganar las generales de 2019, como finalmente sucedi¨®, el Frente de Todos, como se llama la coalici¨®n gobernante, paga ahora sus pecados d...
La derrota electoral del peronismo en las elecciones primarias abiertas en Argentina expuso las crecientes tensiones internas de la coalici¨®n liderada por el presidente, Alberto Fern¨¢ndez, y su vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Nacido por iniciativa de la expresidenta para ganar las generales de 2019, como finalmente sucedi¨®, el Frente de Todos, como se llama la coalici¨®n gobernante, paga ahora sus pecados de origen. Al frente del Gobierno tiene a un hombre que ejerce el poder, pero no tiene los votos. En segundo plano tiene a una mujer que tiene los votos, pero sin derecho al poder. Como art¨ªfice de la alianza, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner ejerce entonces de hecho toda su influencia sobre Fern¨¢ndez, al que considera en deuda con ella.
Esta estructura antinatural, donde el segundo domina sobre el primero, lastr¨® las estrategias oficiales contra la crisis econ¨®mica heredada y la pandemia de la covid-19. La coalici¨®n peronista, cimentada sobre la creencia de que ¡°el peronismo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido¡±, exhibi¨® ahora en las urnas la magnitud de su debilidad. Los cambios en el Gabinete de ministros posteriores a la derrota se resolvieron a viva voz, como una pelea abierta entre el presidente y su vicepresidenta. Cristina Kirchner venci¨® finalmente en el pulso: Fern¨¢ndez debi¨® sacrificar a su jefe de Ministros, Santiago Cafiero, adem¨¢s de la renuncia de hasta seis ministros m¨¢s, junto a otros altos cargos.
Los ruidos de palacio apenas ocultan que d¨ªa a d¨ªa se agravan los problemas de fondo de Argentina. La pobreza supera el 40% y crece hasta el 63% entre los menores de 14 a?os. Sube el desempleo y la inflaci¨®n est¨¢ en el 50% anual. Mientras tanto, el pa¨ªs intenta refinanciar con el FMI parte de los 44.000 millones de d¨®lares que el organismo dio al Gobierno de Mauricio Macri en 2018. El Gobierno ha emprendido las cinco semanas que restan para las elecciones legislativas del 14 de noviembre limitado por la crisis y debilitado en el frente pol¨ªtico. Si se repitiera el resultado de las primarias del 12 de septiembre, cuando perdi¨® en 18 de los 24 distritos del pa¨ªs, ya no tendr¨¢ el control absoluto del Senado y dejar¨¢ de ser la primera minor¨ªa en la C¨¢mara de Diputados. Los riesgos para la gobernabilidad en tiempos de tormenta son evidentes.
Es por ello que urge al Gobierno peronista poner fin a la guerra fratricida que libran las dos cabezas del Ejecutivo en pos de soluciones consensuadas a la crisis. Argentina vive en una relativa paz social, a diferencia de vecinos como Chile o Colombia, pero debe evitar a toda costa la erosi¨®n de la paz pol¨ªtica. Solo as¨ª podr¨¢ superar a?os de deterioro econ¨®mico y crecer como merecen sus habitantes.